capitulo 5

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—Para Loreto por favor, me lastimas

—Cuando estas con tu amante Victoriano no debes pensar lo mismo

—Porque el no es como tú, a el lo amo y tú me das asco, suéltame- alcanzo a decir antes de que aquel hombre le soltará nuevamente una bofetada

Ines sintió que sus fuerzas abandonaron su cuerpo, ya no peleo más y una vez que Loreto la dejo, después de haberse saciado, se acurrucó en una esquina a llorar, se sentía sucia y solo podía pensar en Victoriano ¿Dónde estaría? Deseaba con todas sus fuerzas que apareciera en aquella puerta y la sacará de esa pesadilla. Loreto bebía sin siquiera voltearla a ver, Ines espero a que esté se quedará dormido para quitarle las llaves y poder salir, una vez afuera corrió sin rumbo hasta donde encontro un teléfono público para llamar al único hombre que amaba, lo necesitaba y no podía seguir ocultandole nada, mucho menos ahora que volvía a sentirse en peligro con ese desgraciado suelto

—¿Bueno? Quien llama- pregunto Victoriano al no reconocer el número telefónico

—Victoriano... Soy yo- respondió Ines con la voz entrecortada

—¿Ines? ¿Que tienes? ¿Porque lloras?

—Ven Victoriano, por favor ven rápido, tengo miedo- Ines era un mar de llanto, temblaba y a pesar de su estado las pocas personas que pasaban apenas la veían y seguían caminando

—¿Donde estás?- Víctoriano estaba realmente preocupado, a este punto ya salía de su oficina rumbo al estacionamiento para ir a buscar a su mujer cuanto antes

Ines le dió el nombre de la calle y le pidió que llegara lo más pronto que pudiera, temia que Loreto despertara y la encontrará de nuevo

Victoriano llegó lo más rápido que pudo y al verla quedó sorprendido ¿Que había pasado? Estaba recargada sobre una pared, llorando, tenía el hombro de la blusa desgarrado y el cabello desordenado, inmediatamente bajo de la camioneta y la abrazo, pero al darle la vuelta y verla quedó helado, tenía el labio inferior hinchado y el pómulo también

—¿Ines que pasó? ¿que te hicieron?- Victoriano, al escuchar como Ines lloraba fuerte entre su pecho, lloro también lleno de furia contra quién sea que haya sido capaz de hacerle eso a su morenita

—No me preguntes nada ahora por favor- respondió Ines casi en un susurro de voz

Lentamente la subió a la camioneta y después subió el, sin importar lo incómodo que era abrazar a alguien que estaba en el asiento de copiloto Víctoriano apretaba fuertemente a su mujer, la veia tan frágil llorando entre sus brazos que no podía decir palabra alguna, así estubieron hasta que poco a poco Ines estubo un poco más tranquila, aunque el seguía lleno de rabia se atrevio a preguntar con todo el tacto que le era posible tener en esa situación

—mi amor, necesito saber que fue lo que pasó, quien demonios se atrevio a hacerte esto- nuevamente una lágrima bajo por su mejilla, aunque era un hombre fuerte ante está situación era imposible no doblegarse

—yo...- tomando aire- Loreto está libre Víctoriano

De repente los ojos de Victoriano parecían echar chispas

—¡Que te hizo ese infeliz!

—Me golpeó, me...- Ines se arrepintió de lo que iba a decir- queria que me fuera con el

—¡Voy a matar a ese maldito! ¡Lo voy a matar como el perro que es!

—No Victoriano por favor, no hagas nada- hizo una mueca de dolor

—¿Que tienes Ines? Hay que llevarte a qué te revise un médico cuánto antes, ya después arreglaré cuentas con ese desgraciado, ahora tu eres lo que me importa- dijo Víctoriano mientras encendía la camioneta

𝐒𝐢𝐞𝐦𝐩𝐫𝐞 𝐚 𝐦𝐢 (Concluida) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora