capitulo 42

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—Dios mío, Victoriano por favor el tiene que decirte dónde está nuestra hija

—Si mi vida, vamos a tener a nuestra pequeña cuánto antes, pero dime ¿Cómo está Angel?

—El doctor nos dijo que estará bien, pero aún no me dejan pasará a verlo y Victoriano yo no voy a estar tranquila hasta que no pueda verlo

—Diana me envio un mensaje, me dijo que estabas muy nerviosa y mi vida de verdad yo lo entiendo pero te prometo que Victoria estara bien, de mi cuenta corre... Te dejo, pero antes prométeme que estará tranquila ¿Si?

—Te lo prometo, por favor mantenme informada

Diana se acercó al ver que Ines ya había cortado la llamada, quería saber que estaba pasando, que noticias había e Ines le conto todo

—Va a ser más sencillo una vez que sepamos quienes se la llevaron

—Si hija, gracias a Dios todo esto se está solucionando poco a poco...

Deborah había escuchado toda la conversación y se había dado cuenta que eso claramente era una amenaza para ella y Loreto, los nervios la traicionaron y tanto diana como Ines no dejaron pasar eso desapercibido

Deborah salió a hacer una llamada y después de eso entro solo para informarle a las dos mujeres que debía hacer algunas cosas en el pueblo pero que en menos de una hora estaría de vuelta

—Nana, que le pasa a esta estúpida, ¿no que tanto le importaba su hijo?

—Esto me parece muy raro Diana, le voy a avisar a tu papá, no me gustó cómo se comporto Déborah, no me da buena espina- respondió Ines sacando su celular para llamarle a Víctoriano...

—¡Eres un estúpido!- gritó la mujer mientras conducia apresuradamente- No debimos confiar en ese imbécil

—Pues lo hicimos Deborah, tu también confíaste en el pero eso ya no importa, ahora lo que debemos hacer es largarnos muy pero muy lejos y lo más rápido que se pueda

—En 20 minutos estaré contigo, y lo mejor es que dejes a esa maldita escuincla dónde sea, solo nos está trayendo problemas

—Lo voy a hacer, justo eso pensaba hacer al cabo que dudo mucho que sea mia pero la voy a dejar en donde no la puedan hallar, por mi que se muera de hambre- respondió Loreto cortando la llamada

Deborah manejaba conducía como loca, estaba muy nerviosa y por supuesto no se había dado cuenta que la seguían...

Lo siguiente que pasó fue muy rápido, los oficiales habían llegado hasta el lugar donde se encontraban Loreto y Deborah, era en una brecha poco concurrida, los vieron a ambos salir minutos después sin la pequeña y subirse al mismo auto en el que Deborah había llegado, algo muy estúpido por cierto ya que ese auto era el que regularmente utilizaba ella y era ya conocido por muchas personas, segundos después de verlos salir un par de oficiales entraron al lugar donde antes habia estado Loreto y se dieron cuenta de que efectivamente la niña estaba ahí, fue entonces cuando comenzó el movimiento para atrapar a los culpables.

Empezó una persecución contra Loreto y Deborah, lo más sencillo hubiese sido detenerse y entregarse a las autoridades pero no, ellos no estaba dispuestos a rendirse tan fácilmente.

Aquello termino en una curva cuando Loreto, quien iba manejado, perdió repentinamente el control del auto, volcandose y estallando segundos después.

Hospital

Ines se encontraba al lado de Angel acariciando su mejilla

—Necesito que estés bien mi cielo, todo lo necesitamos, necesito volver a verte sonreír y llenarme de vida, tu y tu hermanita son todo lo que necesito ahora para poder ser feliz, ¿sabes? Cuando naciste eras una cosita muy pequeñita, casi nunca llorabas y eso me agradaba mucho pero te juro que ahora lo único que deseo es escucharte llorar con fuerza, con mucha fuerza y poder llegar con tu biberón listo para alimentarte- llevo su mano hasta su mejilla solo para secar una lágrima que empezó a correr sobre esta- por favor Angel tienes que estar bien...

Ines de pronto sintió una mano tocar su hombro, conocía ese contacto y esa tranquilidad que empezaba a trasmitirle, giro su cabeza y al darse cuenta de quién era se levantó inmediatamente para abrazarlo

—Ya paso mi vida, todo está bien- dijo Víctoriano apretandola fuertemente

—Dime que nuestra hija está bien- murmuró Ines entre su pecho

—El médico cree que puede tener el mismo problema que Angel, ella es muy chiquita y bueno, tu sabes que ellos estuvieron todos estos días sin los cuidados necesarios

—Quiero verla por favor

—Dijo el médico que esperaramos un poco para poder estar con ella, ¿Cómo sigue Angel?

—Aun no ha despertado para nada, pero yo veo que está recuperando poco a poco el color... Victoriano ¿Quienes fueron?

—Loreto y Deborah- respondió

—¿Que?, No puede ser que Deborah se prestará para esto, su hijo estuvo en peligro y a ella no le importo, maldita mujer- dijo con coraje Ines- ellos no debieron meterse con nuestros hijos, el problema era con nosotros no con ellos, dime por favor que los atraparon

—Ines, ellos murieron, tuvieron un accidente y parece que murieron al instante

Ines no dijo nada, no le agradaba saber eso pero de alguna manera sabía que aquello significaba la tan anhelada paz que necesitaban...

5 meses después

Ines mesía entre sus brazos a un pequeño de apenas poco más de un mes de nacido, lo veía con gran amor y ternura, esa ternura tan característica de ella

—Ay nana, estoy muy nerviosa- dijo Diana sentada frente a un espejo mientras un estilista le daba los últimos toques a su peinado

—Ay Diana, ya con esta es la quinta vez que me lo dices- dijo Ines riendo

—¡Nana!- gritó Connie abriendo de pronto la puerta- dice mi papá que ya vengas a vestirte o no vaz a estar a tiempo

—Si, si, ya solamente duermo a este pequeño y voy

—Yo lo hago Nani, tu ve a cambiarte, además mi papá está vuelto loco de los nervios

—Si el está nervioso imagínate yo que soy la novia- respondió Diana haciendo un puchero

Ines entro a la habitación y se encontró con que, efectivamente, Victoriano estaba muy nervioso

—Ines, Ines- gritó a escucharla cerrar la puerta- necesito que...- Víctoriano se detuvo de golpe al verla- estás preciosa, que bien trabajo hizo el estilista contigo, bueno, en realidad tu siempre eres preciosa

Y era verdad, Ines se veía muy bien, llevaban un peinado recogido y un maquillaje que, aunque sutil, resaltaba lo más lindo de sus facciones, lucía elegante y divina ante los ojos de cualquiera

Víctoriano se acercó lentamente hacia ella y poco a poco la tomo de la cintura para enseguida plantarle un beso

—Victoriano- dijo en tono de berrinche después de separar sus labios de los de el- detente vaz a quitarme todo el labial

—Pues tendrás que pedirle al estilista que te lo retoque despues- respondió besándola de nuevo, pero está vez con un beso más intenso y apretandola aún más contra su cuerpo

—No Victoriano, espera, recuerda que ya casi tenemos que estar listos y aún me falta vestirme y vestir a los niños- dijo Victoria entendiendo bien sus intenciones

—Mi vida, por favor, los niños están dormidos aún además no pasa nada si nos tomamos unos minutitos

—Si, si pasa- soltandose de su agarre- te prometo que en la noche nos podremos tomar todos los minutos que quieras mi cielo pero ahorita no, ya es muy tarde

—Esta bien señora Santos, como usted diga

—No, aún no soy la señora Santos mi vida- dijo Ines pasando ambas manos por su pecho tratando de acomodarle el traje

—Pero en una semana más lo serás mi vida- respondio Víctoriano acariciando su quijada- voy a vestir a los niños mientras tú te pones el vestido

Ines asintio y lo vio salir con un pequeño vestidito  rosa pastel y un trajecito azul marino, ese hombre era un gran padre y sobretodo un gran amor, suspiro al darse cuenta que efectivamente faltaba solo una semana para ese día con el que tanto soñaba.

𝐒𝐢𝐞𝐦𝐩𝐫𝐞 𝐚 𝐦𝐢 (Concluida) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora