capitulo 26

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Victoriano quiso ir solo, no quería exponer para nada a Inés pero ella insistió así que ambos subieron a la camioneta, Victoriano estuvo todo el trayecto pidiéndole que se mantuviera tranquila e Ines se lo prometió pero esa promesa fue rota al momento de llegar a la casa de Loreto y escuchar los gritos de el y Emiliano discutiendo

Al escuchar todo Victoriano bajo de la camioneta para entrar y convencer al muchacho de que dejara las cosas así, no se dió cuenta de que Ines iba detrás de el, de un golpe abrió la puerta

—Tu madre me pertenece y va a ser mía cuántas veces quiera- gritó justo en el momento en que Victoriano entraba quien sin pensarlo dos veces, y recordando todo lo que le habia echo a Inés, lo tomo por la camisa poniéndolo así frente a el y soltandole un puñetazo

—¡No Victoriano!- gritó Ines al presenciar aquello

—Con que tú también estás aquí, pues que bueno, así escuchas todo lo que tengo que decir de esta- dijo con desprecio y zafandose del agarre del hombre pudiendo darse cuenta del estado de Inés- tu la defiendes a pesar de que ella te dejo por mi

—Te equivocas Loreto, yo solo me fui contigo porque me violaste ¡Jamás te ame!- respondió la mujer poniéndose frente a Víctoriano

—Pero a el si lo amas ¿Verdad? Tanto así que le vaz a dar un hijo ¿O acaso este también es mío? Recuerda que volviste a ser mía hace apenas unos meses- dijo sonriendo con malicia

Victoriano quiso golpearlo de nuevo pero las manos de Inés sobre su pecho lo detuvieron

—Callate ya Loreto- murmuro Emiliano detrás de el aparentando los puños

—No maldito, el hijo que espera Ines es mío- gritó Víctoriano

—Pues ojalá que este si se logre no como el primero que tuvieron...

Ines sintió como un balde de agua fría caía sobre ella, el no tenía derecho de revelar aquello que con tanto dolor había guardado en su pecho

—¿Que estás diciendo?- pregunto Victoriano mientras volteaba a ver a Inés esperando una respuesta pero está solo bajo la mirada

—¿Que? ¿Acaso Inesita nunca te hablo de su hijo? Ese que era tuyo y que yo mismo le mate a golpes- dijo con sinismo

—¿Es cierto eso Ines?

—Si...- murmuró la mujer

Victoriano sintió su corazón quebrarse y en un rápido movimiento quitó a Inés, quién lloraba desconsoladamente, y le soltó un nuevo golpe a Loreto, el hombre le respondio empezando así una pelea

—¡Emiliano separalos por favor!- chillo mientras el joven trataba de jalar a Loreto sin éxito, los dos de golpeaban sin ninguna piedad tratando de desquitar todo su coraje 

Ines se acercó entonces para jalar a Víctoriano de la camisa, estaba aterrada

—Victoriano suéltalo por favor, lo vaz a matar- rogaba

Los hombres estaban cegados ante el calor de la pelea que ni siquiera se dieron cuenta de que Ines estaba junto a ellos, la mujer lloraba asustada por la situación cuando de pronto, después de recibir un empujón por parte de Loreto, cayó al suelo de espaldas

En ese momento todo se paralizó para ella al igual que para Victoriano quien inmediatamente soltó a Loreto para ayudar a su mujer

—Victoriano- sollozo tocandose el vientre- la bebé

Victoriano trato de ayudarla a levantarse y pudo notar como estaba pálida y débil, parecía que en cualquier momento podía desmayarse, la tomo en brazos y salió con ella sin pensar siquiera en Loreto, lo más importante ahora era llevar a su mujer a la clínica que por suerte no quedaba lejos del lugar donde estaban, en menos de 10 minutos estarían ahí

Después de que en la clínica ingresaran a Inés para su valoración se sentó, sentía la palabras de Loreto retumbandole en la cabeza, había tenido un hijo con Ines y no lo sabía, peor aún, ese pequeño estaba muerto, se frotaba el rostro tratando de contener las lágrimas que amenazaban con salir de sus ojos cuando llegó Emiliano preguntando por su madre

—¿Cómo está mi mamá?- pregunto

—El médico aún no dice nada, la deben estar revisando

Después de esta respuesta ambos guardaron silencio, ninguno quería decir nada más, Emiliano se sentía incómodo y Víctoriano estaba dolido y nervioso, estuvo adentrado en sus pensamiento quien sabe por cuánto tiempo sin hacer caso de lo que pasaba en su exterior hasta que vio al doctor frente a el, al parecer ya habían revisado a Inés y le traían el diagnóstico

—¿Cómo está Ines doctor?- pregunto levantándose del lugar donde estaba sentando junto con Emiliano

—Ines y la bebé están bien señor santos, por suerte la caiga no ocasiono desprendimiento de placenta, pero si tuvo una baja de presión algo considerable por eso fue que se sintió débil y mareada, pero pronto se le pasara

—¿Puedo pasar a verla?

—Si claro, acompañeme

Victoriano siguió al médico hasta la habitación donde estaba Ines y al estar frente a la puerta dudo en entrar, talvez no era el momento ideal pero necesitaba una explicación o se volvería loco, respiro hondo y abrió la puerta

Ines estaba recostada en la cama, tenía los ojos cerrados pero no dormía, al escuchar a Víctoriano entrar los abrió lentamente, se sentía mareada

—Victoriano- murmuró estirando la mano en la espera de que el hombre la tomara, pero no fue así

—¿Por qué Ines?- pregunto con resentimiento- ¿Por qué me lo ocultaste?

—Victoriano yo...

—¿Que paso? ¿Que paso con el? ¿Fue cierto lo que dijo aquel maldito?

—Si es verdad, murió al nacer...- su voz fue cortada por un sollozo, las lágrimas volvieron a correr por su rostro recordando aquel horrible día

—¿Que fue, Ines?- pregunto Victoriano con lo último de paciencia que le quedaba

—Un niño... Victoriano yo te lo oculte porque quería evitar que sufrirás por algo que no se podía cambiar...

—Yo tenía derecho a sufrir por ese hijo ¡También era mío Ines!- reprochó Victoriano

—Era muy doloroso para mí, por eso lo oculte

—Tu no tenías ningún derecho de ocultarme algo así, estoy cansado ¡Estoy harto! De que siempre tomes decisiones por mi, a los dos nos correspondía llorarle no solo a ti

—Perdoname, perdóname por favor, se que me equivoqué pero...

—Pero nada Ines- la interrumpió- está será la última vez que me ocultes algo porque lo nuestro se termina hoy, yo no puedo seguir soportando tu falta de confianza, simplemente no puedo hacerlo

—Victoriano por favor- Rogo la mujer con desesperación- ¡por favor te lo suplico!- viendo cómo salía de la habitación sin decir más

Una enfermera entro tras escuchar los gritos y se encontró con Ines terriblemente nerviosa, lloraba  y pedía que hicieran regresar a Víctoriano, por lo que no hubo otro remedio que ponerle un sedante pues no era conveniente que su presión volviera a bajar

Mientras tanto Victoriano hablaba con Constanza mientras salía de la clínica, quería correr lejos de ahí pero no podía desatenderse totalmente de Ines y de la pequeña que esperaba pues al final también era su hija y no tenía la culpa de nada

Amaba a Inés pero esto no era algo que pudiera perdonarle tan fácilmente...

𝐒𝐢𝐞𝐦𝐩𝐫𝐞 𝐚 𝐦𝐢 (Concluida) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora