capitulo 3

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Víctoriano entro en la recámara de huéspedes, seguia sin poder creer lo que había pasado horas antes con Ines, había pasado tantos años tan solo imaginando poder estar con ella de nuevo y el lograrlo ahora le parecía un sueño, parecía que los años no habían surtido ningún efecto en ella, era aún más preciosa que la primera vez que se entrego a el, sentía tantas ganas de estar con ella de nuevo pero no en el sentido carnal, simplemente quería recostarse a su lado, enrollar sus brazos alrededor de su cuerpo y observarla dormir, pero por ahora era mejor espérar a que ella también asimilará lo que había pasado entre los dos, Ines también por su parte pensaba en el, siempre había sido el hombre de su vida pero no podía dejar de sentir miedo de sus sentimientos, sabía que apartir de ese momento habría que revelar secretos que, por el dolor que causaban, ella había ocultado muy en el fondo de su alma.

A la mañana siguiente todo parecía normal, a excepción de que don Victoriano bajo al comedor solo y no había ni rastro de su mujer, las 3 amazonas estaban ya sentadas en la mesa e inmediatamente comenzaron a hacer comentarios al respecto

—¿Tu mujer no piensa bajar papá? ¿Se le pegaron las sábanas?

—No diana, pediré que le suban el desayuno.

—Es que el embarazo la debe tener agotadisima- dijo sarcásticamente la mejor

En ese momento entro Ines, como siempre, dispuesta a servir los alimentos de cada una

—Buenos días mis niñas, don Victoriano, buenos días
—Buenos días- respondieron todos

El desayuno transcurrió entre platicas y risas, sin la presencia de aquella mujer las muchachas se sentian más cómodas y sorprendentemente su padre también estaba con un excelente humor, al terminar Victoriano se levantó de la mesa y se dirigió a Inés

—Me gustaría que habláramos algunas cosas, podrías venir al despacho

—Claro señor, enseguida- dejo lo que estaba haciendo y se fue tras el

—Ines- cerrando la puerta tras el- quiero hablar con mis hijas y con tu hijo sobre lo nuestro, he estado pensandolo y lo mejor será que Deborah se vaya de la casa mientras empieza el proceso de divorcio

—Victoriano ¿no te parece que es muy pronto para esto?, Además no puedes echar a Deborah de la casa si está esperando un hijo tuyo, yo no me lo perdonaría

—No morenita, le rentare un lugar donde pueda estar cómoda por lo menos en lo que nace mi hijo, y respecto a lo otro, yo me muero por gritarle al mundo lo que hay entre tu y yo- se acerca a ella y lentamente coloca un beso en sus labios

—Yo también Víctoriano pero creo que por respeto a mis niñas y a mi hijo debemos esperar

—sera como tú quieras mi vida, por ahora me conformo con tenerte al menos en secreto

Víctoriano nuevamente la beso, pero está vez fue un beso más profundo, lleno de pasión, y es que esa mujer era capaz de liberar todo el deseo que el guardaba dentro, separó sus labios de los de ella solo para articular un te amo

—Yo también te amo, te amo más que a nada- Respondió Ines para nuevamente juntar sus labios con los de el

Aquel hombre al que ella tanto adoraba la tomo fuertemente de la cintura mientras caminaba hacia la puerta para poner el seguro, sentía estallar de ansias y la única que las podía controlar era precisamente la mujer a la que abrazaba, rápidamente llevo sus labios hacia en cuello de ella, planto besos hasta donde la blusa que ella tenía puesta le permitió, apartir de ahí empezó a desabotonarla mientras seguía dejando pequeños besos, Ines hizo también lo mismo con su camisa y su pantalón, momentos después ya estaban los dos desnudos

Victoriano, que se empeñaba en sujetar a Inés contra el mientras la besaba, la soltó y subió de golpe al escritorio para tomar con la mano su seno y ponerlo en su boca para empezar a succionarlo lo que le arrancó pequeños gemidos de placer a Inés, después de saborear ambos senos separó las piernas de Inés y comenzó a masajear su feminidad mientras la besaba, Ines soltó un grito al sentir sus dedos invadiendo su centro de placer

—Shhh, no queremos que nadie se de cuenta mi amor- dijo Victoriano dándole nuevamente un beso

—Ya Victoriano, por favor, necesito que...- no termino de decir aquello cuando sintió que sus músculos se tensaron

Víctoriano en ese momento comenzó a masajearla con más fuerza haciéndola así llegar al orgasmo, no dió ni siquiera tiempo a que se recuperara cuando entro en ella, sus embestidas fueron lentas al principio y poco a poco fueron subiendo de intensidad arrancandoles gemidos de placer que ambos trataban de callar, momentos después ambos llegaron al climax

—Te amo- dijo Ines con voz temblorosa

—No más que yo, mi vida- respondió Víctoriano aún dentro de ella.

¿Que les está pareciendo está historia? Es la primera que escribo, se que aún me falta mucho por aprender pero poco a poco lo iré haciendo. Les agradecería cualquier sugerencia que quieran darme y muchas gracias por leer 💕

𝐒𝐢𝐞𝐦𝐩𝐫𝐞 𝐚 𝐦𝐢 (Concluida) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora