capitulo 43

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Victoriano entraba de nuevo a su habitación con dos pequeños perfectamente vestidos y arreglados en brazos

—Ines ¿Estás lista?, Necesitas ayudar a Diana con su vestido- gritó Víctoriano desde la puerta

—Si Víctoriano, estoy lista, voy- apareciendo segundos después terminando de ponerse un arete

—No cabe duda que eres la mujer más hermosa que he visto

Ines se acercó a el y le coloco un suave beso sobre los labios, despues sonrió al ver a los dos pequeños que traía en brazos

—Ahorita no mi cielo, debo ayudar a tu hermana Diana ¿Si?- dijo mientras Angel estiraba las manitas exigiendo ser cargado por ella

Ines entro a la habitación donde se encontraba Diana observando su vestido de novia y la ayudo a ponérselo, al verla finalmente vestida sus ojos se cristalizaron de la emoción

Pero sin duda el más emocionado fue Víctoriano al verla bajar por la escaleras junto a Inés, su hija estaba preciosa y Miles de recuerdos empezaron a cruzar por su mente, recordó la primera vez que la tuvo en sus brazos, como sintió que su alma se derretía cuando abrió por primera vez sus ojitos, aquel cumpleaños en el que le regaló su primer caballo, cuando fue por primera vez a la escuela, su graduación y también recordó como varias lágrimas salieron de sus ojos al verla, apenas unas semanas atrás, sosteniendo a su primer nieto, mismas lagrimas que salían ahora al verla vestida de blanco, sin duda su Diana ya no era una niña, era toda una mujer que ya tenía la dicha de ser madre y ahora estaba lista para casarse

—Diana- dijo al tenerla enfrente- estás lindísima hija, pareces una reina

—Gracias papá- dijo Diana sintiendo los grandes brazos de Víctoriano envolverla

—Aunque seas ya una mujer ten por seguro que siempre serás mi niñita, así que siempre estaré aquí dispuesto a regañarte eh- dijo en el oído de su hija que rió al escuchar aquello

Alejandro entro a la iglesia tomado del brazo de Inés para esperar a Diana, quien llegó minutos después del brazo de Víctoriano, el orgullo en la cara de ambos padres no se podía ocultar así como tampoco se pudieron ocultar las lágrimas que derramaron juntos, al igual que los novios

Los presentes en la iglesia fueron testigos de un rotundo "Si, acepto" lleno de amor salido de la boca de Diana y Alejandro, seguidos de la bendición otorgada por el sacerdote y finalizada con un tierno beso que sello así la Unión de los dos

Lo siguiente era la fiesta en las Dianas, Victoriano tiro la casa por la ventana para festejar el matrimonio de sus hijos, los jardines de la hacienda estaban llenos de personas y la música inundaba el lugar, en una mesa viendo cómo todos bebían y festejaban estaban sentados victoriano e Ines, a sus lados había tres carriolas

—Quien iba a pensarlo, a nuestra edad deberíamos estar bailando igual que los Corona, míralos, después de criar a sus hijos son libres y no tienen ninguna obligación más que disfrutar de su matrimonio, pero nosotros criamos a nuestros hijos y no conformes con eso volvimos a empezar con los pañales, y ahora hasta al nieto debemos cuidar- dijo Víctoriano riendo

—Señor Santos, no se queje porque aquí todo mundo sabe lo mucho que le gusta cuidar niños- rió también Ines

—Tienes razón morenita, ¿Y sabes que he estado pensando?

—¿Que?

—No quiero que Diana y Alejandro se vayan de la casa, entiendo que deben hacer sus vidas aparte ahora pero, Ines, voy a extrañar mucho a mi nieto Víctoriano

—Con que es eso ¿Eh?- respondió Ines sonriendo- yo también lo voy a extrañar, me encanta estar rodeada de bebés, hablemos con ellos mi amor

𝐒𝐢𝐞𝐦𝐩𝐫𝐞 𝐚 𝐦𝐢 (Concluida) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora