capitulo 8

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A la mañana siguiente

Victoriano y Déborah bajaban temprano para ir al pueblo, la mujer llevaba una enorme sonrisa de oreja a oreja y por el contrario Víctoriano solo le pedía a Dios no toparse con Ines, al bajar las escaleras la mujer aprovecho para rodear el brazo de Víctoriano y entonces apareció Inés, lucía guapísima y tranquila, de no ser por Deborah hubiera pasado de largo a la cocina sin siquiera darse cuenta de cómo bajaban del brazo

—Ines, que lindo día hace ¿No crees?

—Buenos días señora- girando la cabeza- don Victoriano... Buenos días

—Ines...- nervioso- cuando regrese quiero que hablemos en mi despacho

—Creo que no será necesario señor, con permiso

—Bueno ¿Y a esta que le pasa?- viendo a Inés retirase- bueno vidita vámonos ¿Si?

Victoriano pudo ver la confusión y el dolor a través de los ojos de Inés, esa escena con Deborah tenía una explicación que le hubiese gustado decirle en ese momento pero creía que podría esperar.

Mil ideas rondaron la cabeza de Inés, pensaba en que talvez no había actuado de manera correcta pero es que ese acercamiento de Victoriano con Deborah la lastimo, aún asi no quería crearse historias falsas y esperaba una buena explicación por parte de su hombre

En el hospital

—Bien... Pues todo parece indicar que efectivamente este bebé es un machito, señor Santos

—Te lo dije vidita, yo lo sabía

—Un santos, por fin mi machito- dijo Victoriano sonríendo ampliamente

—Sin embargo, aquí hay algo que no me gusta para nada

—pasa algo con mi hijo doctora- pregunto Víctoriano cambiando su sonrisa por un gesto de preocupación

—me parece que sus pulmones no se están desarrollando correctamente y también noto que está bajo de peso, ya se puede levantar señora- dándole un papel para que se limpiará el gel del vientre

Los tres pasaron enseguida al escritorio para recibir indicaciones

—Y eso ¿es muy peligroso para mi bebé doctora?

—Lo podría ser señora, en caso de que el parto se adelantará el bebé tendría menos posibilidades de sobrevivir

—Y que es lo que se debe hacer en este caso

—Le voy a recetar algunas inyecciones a su esposa y también una vitaminas, también le voy a enviar una lista de alimentos para que los incluya en su alimentación y sobre todo le encargó que no se salte comidas- escribiendo sobre una receta médica

Ya en la camioneta iban los  dos en silencio, ciertamente a Víctoriano le preocupaba la situación en la que se encontraba su bebé y aún más recordando que en semanas pasadas Deborah había tenido una amenza de aborto, sus pensamientos fueron interrumpidos por la voz de la mujer

—¿Estas feliz Victoriano? Al fin vaz a tener el hijo que tanto anhelaste- poniendo su mano sobre la de victoriano que sostenía la palanca de la camioneta

—Claro que estoy feliz, pero me preocupa eso que dijo la doctora, debe ser por causa de esa amenaza de aborto que tuviste hace unas semanas- sin dejar de ver al frente

—Todo es culpa del estrés, no puedo estar tranquila y mi hijo lo está resistiendo, Victoriano está situación no puede seguir así...

—Mi hijo ahora es lo más importante, nuestros asuntos pueden esperar entonces

Deborah sonrió, aunque la dichosa amenza de aborto había sido un invento de ella estaba funcionado perfectamente, lo dicho por en el hospital esa mañana no había sido planeado más sin embargo también lo usaría a su favor, Víctoriano no le hablaria de divorcio al menos mientras estuviera embarazada y eso le daría tiempo de pensar en algun chantaje para cuando el bebé naciera, no estaba dispuesta a dejar atrás los lujos que su "esposo" le podía proporcionar.

A llegar a la hacienda Víctoriano sintió un gran alivio, por fin podría hablar con Ines y contarle todo lo que había pasado y el porque salió con Déborah, Víctoriano la ayudo a bajar de la camioneta y entraron los dos a la par, ya dentro de la casa Víctoriano se detuvo frente a Deborah

—Le voy a dar la lista de los alimentos a las muchachas y les pediré que te suban algo para que comas

—Victoriano, yo preferiría bajar a comer hoy con ustedes, quisiera decirle a tus hijas que ya sabemos el sexo del bebé, claro si tú me lo permites

—Por mi está bien, pero de una vez te digo que no quiero problemas ni con Diana, ni con Connie y menos con Ines

—No te preocupes... Y gracias por lo que estás haciendo por nosotros

Deborah vio en ese momento a Diana e Ines venir de la cocina y en un solo movimiento beso a Víctoriano ante la mirada atónita de las dos mujeres, inmediatamente Ines se dió media vuelta y Victoriano alejo a Deborah

—Nana, nana espérame- dijo Diana dándose la vuelta tras ella

—¡Deborah! No vuelvas a hacer eso- Victoriano fue tras las mujeres, sabía que esto le traería graves problemas con Ines

Ines no pudo contener más sus lágrimas, se sentía destruida, y antes de entrar a su habitación fue alcanzada por Diana

—nana ¿Que pasa? ¿Que tienes?- abrazándola

—Ines por favor tenemos que hablar- Víctoriano llegaba en ese instante, su cara reflejaba toda la angustia que sentía

—No Victoriano, no tenemos nada de que hablar, yo comprendo que ella es tu esposa y es normal que te bese...

—Te equivocas Ines, sabes que te amo más que a nada

—Vete por favor, no te quiero ver

—Papa, por favor vete, yo hablo con mi nana ¿Si? 

Victoriano accedió, Diana no sabía lo que pasaba ¿Su padre amaba a su Nana? ¿Desde cuándo? No sabía que decirle a su Nana que seguía llorando porque en realidad no entendía que pasaba, estaba a punto de preguntárselo directamente cuando entro Constanza, la sonrisa que la joven tenía al entrar, desaparecido rápidamente, trato de decir algo pero su hermana le hizo una seña para que guardara silencio, así que solo se sentó en el borde de la cama, al lado de su hermana y de su Nana.

Minutos después Ines cayó en cuenta de que sus niñas no sabían nada, Diana había escuchado todo y ella necesitaba darle una explicación

—Diana- secando su mejilla- lo que oíste no es...

—No te preocupes Nana, se perfectamente lo que escuche- interrumpiendola

—Entiendo que quisieras una explicación

—Si nana, si la necesito, necesito saber porque mi papá te ama, necesito saber desde cuándo- Pregunto Diana, su expresión era sería más sin embargo no estaba molesta, quería mucho a su nana pero efectivamente quería que le explicara que pasa entre su padre y ella

—¿De que estás hablando Diana?- pregunto Connie levantándose de golpe de la cama

—Yo se los puedo explicar- levantándose- les juro que yo siempre respete a su padre y lo quise en secreto, nunca me hubiera atrevido a revelarle mi amor mientras estuviera casado con Deborah, pero el me dijo que me quería y yo...

Ines de pronto sintió que todo daba vueltas a su alrededor y sin más se desplomó ante la mirada de sus niñas

𝐒𝐢𝐞𝐦𝐩𝐫𝐞 𝐚 𝐦𝐢 (Concluida) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora