— ¿Sabes lo deprimente que es estar encerrada un sábado?— Un infierno– me quejo –. Aylen, si quieres ir a esa fiesta vete, disfruta por mi– dramatizo la última frase.
— No, nos hace falta una desintoxicación, últimamente estamos muy descontroladas. Y ya avisé a mis padres que me quedo aquí hasta el lunes.
Yo asiento sin insistir más en que se vaya a la fiesta a la que nos invito el universitario.
Después de comer subimos a mi habitación para ponernos nuestros bikinis e ir a tomar el sol, ya están los últimos días de calor antes de que vengan las lluvias bochornosas que hay en Miami.
— ¿Que hay entre el boxeador y tu?– le pregunto a mi amiga que se encuentra en la tumbona continua a la mía.
— Nada más que sexo – responde–. Mejor dime tu que pasa con el guapetón ese, ¡todavía no te lo has llevado a la cama!– dice casi indignada.
— Tiene novia.
— ¿Desde cuando nos importa eso?– me recuerda, bueno tiene razón – Créeme si te digo que ese babea por ti. No entiendo porque has echo la tontería esa con el otro.
Ayer le conté todo lo que había pasado con los dos, y como lo creí no me entendió, ni yo misma me entiendo en estos momentos. Es tan raro lo que me hace sentir Izan, cuando lo tengo cerca como que no pienso simplemente actúo como niña de cinco años.
— No deberías jugar así con Isaac, si te confesó que le gustas deberías dejar de ilusionarlo – habla Lucia que la tengo al otro lado.
— ¡No juego con nadie!– me defiendo– Yo le deje las cosas claras, le dije que si no se sentía capaz lo podía dejar. Que el quiera ayudarme a pesar de eso, ya yo no tengo nada que ver.
— Te va a salir mal la jugada.
— Gracias hermanita – le sonrió falsamente–, me ayudan demasiado tus consejos.
— Mejor acepta que te gusta Izan y ya – suelta sin preocupación.
— No me...
— ¡Tienes novio! Quiero que venga Izan a casa – grita Diego que no se de donde a salido.
— Cállate– le tapó la boca con mi mano–. Escúchame, no existen los novios para tu hermana grande ¿entendido? El amor es feo, horrible, espantoso, una completa mierda.
Aylen no deja de carcajearse por la situación en la que estoy. A muchos les encantará tener hermanos, a mi me gusta, pero a veces juega mucho en tu contra.
Ahora tengo al chismoso de mi hermano creyendo algo que no es y a mi hermana que aunque me cueste admitirlo se que tiene la razón.— Mejor ves a molestar a tu madre – digo una vez lo suelto y me tumbo de nuevo.
— Es que la pelota se a ido a la calle y mami me va a castigar si se entera.
— Coge otra, tienes muchas y ni si quiera se dará cuenta.
— Quiero esa – se cruza de brazos.
Es tan difícil decirle que no a este niñito, puede ser muy malo y pesado, pero debo admitir que lo tengo muy mimado aunque no se lo merezca.
Sin que me lo repita de nuevo doy un largo suspiro y me adentro junto a él a la entrada de la casa y salgo, según el estaba jugando y se le fue a la otra calle.
¿Que hacia en la calle, solo? Tiene un patio suficientemente grande para jugar todo lo que quiera como para ponerse a jugar en la entrada.
Como me había dicho estaba justo al lado de un árbol, cruzo la calle y recojo el balón rápido antes de que algún vecino me vea en estas pintas, solo llevo el bikini y mis gafas de sol. Pateo el balón hacia Diego y el contento se vuelve a la entrada a jugar.

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Por primera vez
RomanceSoy Ángela Collins, una chica normal que le gusta salir mucho de fiesta con sus amigos. No voy mentir, para muchos soy una inmadura que no aprende, pero la vedad es que me da igual lo que digan de mi. Nunca he creído en el amor, menos me he enamora...