Capitulo 18

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La próxima semana es navidad, eso quiere decir que me falta este miércoles y el próximo para comenzar el descanso festivo.

Estoy deseando que lleguen las vacaciones, pero por otra no al saber que eso también significa la reunión de padres.

Yo le digo que me va bien pero está más que claro que no, y el no es tonto. Nunca me ve coger un mísero lápiz

— Nos vamos al McDonald, nos queda a cinco minutos – aconseja Ángel.

Acabamos de salir de clases y no se ponen de acuerdo donde ir a comer.

Hacemos votación y por mayoría gana ir al restaurante de comida rápida de la esquina.

También queremos hacerle la despedida a nuestro amigo Dani que se va de intercambio a Francia, por eso pasaremos todo el día como si fuese viernes.

Ese siempre a sido su sueño, vivir en Paris. Le encanta la moda y todo relacionado al francés.

— Antoni, ¿Irás a verlo? – le pregunto al novio de mi amigo mientras caminamos a nuestro destino.

— Viajaré con el, me quedaré dos semanas y volveré cuando pueda. Mantendremos la relación a distancia.

Nunca me han hecho mucha gracia esas cosas, siento que es de tontos no pensar que te pueden engañar con los ojos cerrados. Bueno es decisión de ellos, ellos sabrán.

Entramos, y pido junto a Miguel que se olvidó efectivo y le invito yo. Se niega pero yo me niego a que no coma, finalmente acepta y nos dirigimos a la mesa con todos con nuestras deliciosas hamburguesas.

— No te hagas tanto de rogar –lo regaño –. Si yo digo invito, invito y punto. Yo no me niego cuando lo haces.

— Sabes que no me gusta medigar dinero...

— No soy cualquiera idiota, soy una de tus mejores amigas.

— Mira –  me avisa Aylen que la tengo al lado, señala la entrada – ¿Que hace con esa? Se supone que quedamos en nada de terceros por un mes.

Veo a Thiago con una chica alta rubia y un labial rojo, que no es por nada, pero le queda fatal. Y detrás suyo entran el castaño con mi fan número uno.

— Le voy a arrancar las bolas –se levanta furiosa, no me da tiempo de frenarla.

El moreno parece verla y agarra a su ligue de la cintura arrastrándola afuera. Sabe lo que le espera con la maniática de mi amiga afuera reclamándole, a los otros les causa risa verla desde la ventana gesticular como loca. A mi también, pero se que a mi amiga en el fondo le duele verlo con otra.

Izan y la novia prefieren no meterse y hacer cola, me toca pasar frente a ellos y no dudo en darle con mi hombro a Andrea cuando paso por su lado. Ella intenta joderme cada que me ve, y yo no voy a quedarme atrás.

— Aylen, entremos no vale la pena...–hablo pero me corta Thiago.

— Angie, dile que se calme ¡no somos nada para que se ponga así!

— Ángela para ti –le digo a Thiago, nos llevábamos bien pero si le hace daño a mi amiga me lo hace a mi también –. Sí sois algo, lo veo yo, lo ve Izan y los ves tú aunque te hagas el desentendido. El otro día en el hospital no vi que seáis nada, ese apoyo y cariño mutuo que os dabais no era de un rollo cualquiera.

— Pero...

— ¡Pero nada!–lo interruumpe Aylen– Yo estaba cumpliendo mi trato y tú en cambio seguías haciendo tu papel de puto. Después no vengas a rogarme como lo haces cada vez que la cagas, y no te quejes cuando yo haga lo mismo.

Por primera vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora