Capitulo 23

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Por fin encuentro maletas en la entrada al llegar, eso significa que la querida familia de John se va. Pero mi felicidad no dura mucho cuando veo bajar a John con sus maletas también.

Pasa por mi lado y ni siquiera se digna en mirarme. No quiero saber si se va o no, por eso subo a mi cuarto a distraerme un rato con la televisión.

— ¡Me quiero quedar con Ángela y Lucia! – entra Diego corriendo a mis brazos, y yo imaginándome el porqué, lo abrazo para que no se vaya.

— Ya lo escuchaste, vete tú que él se queda y si quieres me dejas también a Emily.

— ¡Diego! – reta a mi hermano cuando se quita los zapatos acomodándose mas – Nos vamos, y cuando vuelva no te quiero encontrar. Llévate todas tus cosas porque a partir de ahora no vuelves a poner un
pie en mi casa.

— Te arde que prefiera quedarse conmigo que con esa gente – intento enfadarlo, que se vaya a sus vacaciones pero contento no se irá – ¿Te gustan tus primos y los otros?

— Son unos feos que solo me molestan y te insultan cuando no les escuchas. Y los abuelos son unos pesados no dejan en paz a papá diciéndole cosas malas de ti.

Me lo imaginaba.

¿Que mierda le hago a la gente para que me tengan tanto odio?

Bajo al jardín donde se encuentra la mayoría desayunando, ni a mi me sirven así.
Y cuanto más me acerco más me lleno de ira, y ver a Isaac entre ellos me harta. Pensé que ya se había cansado.

— En una semana que llevamos, perdí la cuenta de los hombres que vienen por ti. Eso no es de una señorita...

— Seis en total, ¿la edad te está cobrando factura, no? Deberías tomar algo para la memoria abuelita – la molesto.

Ni que trajera a desconocidos, solo traje el otro día a mis amigos y Izan. Y hoy que se me apareció Isaac.

— Te lo dije, se comporta como una cualquiera – le dice Judith a un tío suyo.

Quiero desquitarme todo este malestar que traigo con la pelirroja, pero no voy a volver a discutir frente a Diego que me sostiene la mano. Prefiero llevarme a Isaac a la cocina y saber que quiere de una vez.

— Me enteré que Izan volvió con Andrea.

La gota que colma el vaso.

— ¿Y?

— Pensé que querrías desahogarte con alguien de confianza.

— Isaac tengo problemas más importantes, y no es por nada, pero me harías un favor si vuelves otro día.   Y no, ellos no han vuelto, seguro es un mal entendido.

Quiere hablar de nuevo pero esta vez mi hermanito le dice de malas maneras que se vaya, y por lo menos a él le hace caso.

— ¡Por tu culpa papá se va! – entra histérica a la cocina – ¿No te cansas de ser así? ¡Arruinas todo! Nuestra relación por un hombre, la relación de Andrea, con papá, Sonia... ¡Todo por tu carácter de mierda!

No quiero discutir con mi hermana, no quiero...1, 2, 3,... intento tranquilizarme pero sigue...

— Diego vete por favor – le dice a mi hermanito que se va – ¿Podrías solo ir a disculparte? Si lo haces nos llevará al viaje familiar...

— Su familia son ellos, ni tú ni yo estamos incluidas. ¿No te das cuenta como nos ven cada vez que pasamos frente a ellos? Y no pienso ir a disculparme, entiende que si no te lleva es porque no quiere, tu no le has hecho nada y de todas maneras no lo hace – intento calmarme –. Mejor acepta venir a ver a mamá y ya.

Por primera vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora