Capitulo 15

371 14 0
                                        

— Les dije a las doce y miren a las horas que llegan.

Es lo primero que escucho cuando entro a la cocina.

— Perdón, pero nos conoces bastante bien como para saber que no íbamos a llegar a esa hora.

— Que sea la ultima vez que salen teniendo clases al siguiente día.

— Está bien, saldré en una hora pero llegaré antes de que anochezca – dice Alex saliendo de la cocina.

— Mírame a los ojos –le exige Sonia – ¡¿Que te metiste?!

— Es el sueño, no hice nada – y se va corriendo antes de que lo reten.

No tengo nada que hacer, me siento en la barra frente a mi padre con un vaso de limonada, Sonia se fue tras su hijo.

— ¡¿Que te paso en el brazo?!– dice alarmando.

— Me corte con algo.

— Tu hermana se va con la familia de Luca el fin de semana.

— Me cae bien el chico, por lo que me contó Luci también te gusta.

— Es respetuoso, y trata bien a la niña, ella está contenta no le veo problema a dejarle un poco de libertad y que disfrute.

— ¿Desde cuando has cambiado tu manera de pensar?

— Desde que vi que contra más prohíbo, peor es el asunto. El ejemplo está frente a mi y no creas que no me di cuenta que vas fumada.

— Para que te digo que no, si si lo hice – me encojo de hombros.

Pasamos un rato más hablando, el me cuenta con toda la ilusión del mundo lo bien que va la empresa de construcción y que cada vez crece más, incluso piensa expandirla a otros estados.

Cuando al fin me deja libre, subo a mi habitación a hacer lo que más amo en la vida; escuchar música, leer o ver series. No hay nada que me guste más que salir con mis amigos y pasar mis tardes solitarias en mi alcoba.

A ratos se me viene Izan a la cabeza, después del susto que pasamos estuvo para mi sin agobiarme tanto con preguntas. Me curó la herida con todo el cuidado del mundo, se veía preocupado y eso me encantó.

No todo fue bonito, los hombres que me amenazaron e hirieron me dejaron bien claro que si la que se hace llamar mi madre no entregaba una mercancía me mataban.

¿Me pregunto si hablaban de la mochila de mi armario?

No lo se, lo único seguro que tengo es que si no logro contactar con Abigail hoy, abriré esa maleta y si encuentro algo raro...se los daré a los tipos esos. No me costará localizarlos, seguramente me siguen y eso me asusta.

Ángela
Necesito verte lo antes posible.
Me amenazaron por tu culpa.
¡Puedes solo responder los mensajes!

Hago como tres llamadas, ya es de noche y nada.

Ángela
Si no das señales de vida, tendré que darles ese maletín a los encapuchados. No arriesgaré mi vida por ti.

Cinco minutos después:

Abigail
Ni se te ocurra hacerlo.
No te harán nada, esconde lo que te di donde nadie lo pueda encontrar.

Ángela
No. Necesito verte para entregártelo, no quiero problemas por ti.

Amanece y todavía no obtengo respuesta.

Ya es la hora de ir a clases y como de costumbre o el chofer nos lleva o mi padre.

Por primera vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora