Felizmente casados

2. Volando juntos

Habían pasado un día genial junto a toda su familia pero había llegado el momento de partir. Se despidieron de todos con la promesa de que en cuanto regresaran de su viaje los visitarían.

-Chicos, diviertanse mucho y recuerden no hacer caso a esos comentarios homofóbicos, solo dediquense a vivir su amor- dijo Julieta.
-Gracias, saben que los queremos mucho- dijeron ambos dándoles un abrazo a los Oppas.
-Nosotros también los queremos- dijo Robert-. Y espero que se sigan bañando juntos.

Rieron y subieron a “La Burra” porque ya los estaban esperando para llevarlos al aeropuerto. Pancho, Susana, Polita y Eduardo los acompañarían ya que querían que fuera un momento especial entre padres e hijos.

Después de unos minutos llegaron al aeropuerto, bajaron las maletas y entraron. Faltaban unos minutos para que abordaran su avión, así que ese momento lo aprovecharon para despedirse de su familia.

-Diviertanse muchachos y no duden en llamarnos para saber cómo están- dijo Eduardo.
-Mis niños, disfruten de este viaje al máximo y no dejen de amarse ahora que son esposos- dijo Polita.
-Gracias, los amamos- dijo Temo dándoles un abrazo junto con Ari.
-Me despiden del chaparro, yo ya no pude hacerlo porque se quedó dormido- dijo Ari.
-Los queremos muchachos- dijo Susana dándoles un abrazo-. Hoy comienzan una hermosa etapa como esposos y solo les deseo lo mejor, pero sobretodo que se sigan apoyando como pareja.
-Aristocles, cuidame mucho a mi hijo y cuidense entre ustedes- dijo Pancho casi llorando-. Los quiero mucho.

Los seis se unieron en un último abrazo pero nadie se sentía triste porque sabían que muy pronto se volverían a ver.

-Pasajeros con destino a Cancun favor de abordar por la puerta 6- anunciaron.
-Los amamos y les llamaremos en cuanto aterrizemos- dijo la pareja.

Tomaron sus maletas y tomados de las manos caminaron hacia su avión, no sin antes darles un último adiós a su familia.

Ya arriba del avión buscaron sus respectivos asientos, Temo se sentó del lado de la ventana y Ari a su lado. Como viajarían toda la noche se cubrieron con una cobija que llevaban a la mano porque en cualquier momento se quedarían dormidos, y finalmente el avión despegó.

Temo miraba por la ventana las luces que iluminaban la ciudad, recordando aquella promesa que Ari y él se juraron cuando recién eran novios: brillar juntos. Salió de sus pensamientos cuando un beso fue depositado en su cachete y miró a su esposo.

-¿Estás bien?- preguntó Ari.
-Si amor, solo recordaba- dijo Temo sonriendo.
-¿Y qué recordaba mi lindo esposo?
-Son tantos recuerdos pero en todos estás tú porque son de nuestra historia de amor.
-Hoy es un buen momento para recordar porque así nos damos cuenta que pasamos por momentos buenos y malos que nos trajeron hasta esta etapa.

Temo se recostó sobre el pecho de Ari para estar mejor abrazaditos, miró su anillo y una lágrima rodó por su mejilla por lo que había dicho su esposo en ese momento.

-Si no te hubiera conocido todo esto no estaría pasando- dijo Temo sonriendo y derramando más lágrimas-. Tú y yo viajando a nuestra luna de miel, felizmente casados.
-Y si yo no me hubiera dado cuenta de que realmente te amo no sería tan feliz como lo soy ahora- dijo Ari tomando el rostro de Temo entre sus manos-. Te amo mi Temo.
-Yo también te amo Ari, demasiado.

Se unieron en un beso que realmente necesitaban, no estaba tristes, estaban felices por un sueño más que habían cumplido.

Al separarse se regalaron una tierna sonrisa que cualquier persona diría que realmente estaban enamorados. El cansancio comenzaba a hacerse presente y los bostezos aumentaban.

-Lo mejor será dormir, aun nos quedan muchas horas de viaje- dijo Ari.
-Tienes razón, mañana nos espera un maravilloso día y quiero disfrutarlo al máximo contigo- dijo Temo y le dio un pequeño beso a Ari-. Buenas noches mi amor.
-Buenas noches bebé, descansa.

La pareja cayó en un profundo sueño ya que les esperaban unas horas largas de viaje, pero las sonrisas en sus rostros significaban que en cuanto despertaran sus vidas iban a cambiar.