13. Cena romántica

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Los días pasaron, Ari logró acoplarse rápido a su trabajo y le iba muy bien. Temo se quedaba a hacer los deberes del hogar y de vez en cuando iba a visitar a la familia.

Ese viernes Temo se encontraba en la casa leyendo un libro, unos leves golpes en la puerta lo interrumpieron y fue a abrir. Al hacerlo vio a Ari parado afuera y sosteniendo un ramo de girasoles, quedó impresionado.

 Al hacerlo vio a Ari parado afuera y sosteniendo un ramo de girasoles, quedó impresionado

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-¿Y esto Tahi?- preguntó sonriendo.
-Quería sorprenderte- dijo Ari entregándole las flores y dándole un beso-. ¿Te gustan?
-Me encantan, ya sabes que los girasoles son mis favoritos. ¿Y a qué se deben? Hoy no celebramos nada.
-No. Pero lo que si te puedo decir es que te vayas a poner más guapo de lo que ya estás porque te voy a invitar a cenar, hoy me pagaron mi primer sueldo.
-¡Ay! Felicidades mi amor y gracias por la invitación.
-Tú te mereces lo mejor del mundo. Anda, ve a bañarte y a ponerte guapo.
-¿Y si me haces compañía en la bañera?
-Ay señor López de Corcega, esa es una buena propuesta.

Después de un baño donde hubo besos apasionados y caricias los Aristemo se arreglaron para irse a su cita. Era una linda noche para ese momento, llegaron a un restaurante y pidieron mesa para dos.

-Aquí tienen el menú y en un momento les tomo la orden- dijo el mesero y se retiró.
-No sé qué pedir, Ari- dijo Temo mirando el menú.
-Mi Temo, pide lo que quieras- dijo Ari sonriendole-. No importa lo que cueste, yo solo quiero que comas rico y pasemos una bonita noche.

Temo sonrió por aquello que le dijo Ari, no se había equivocado en haberse casado con él por los lindos sentimientos que tenía.

Minutos después ambos ya tenían su cena en la mesa y comenzaron a comer. Temo miraba a Ari con una sonrisa de enamorado. Acercó su mano para entrelazarla con la de él, este al sentir el contacto lo miró y le regaló una sonrisa.

-¿Qué pasa Tahi?- preguntó Ari.
-Soy feliz contigo Ari- dijo Temo sin dejar de sonreír.
-Yo también soy feliz contigo mi amor. Contigo descubrí lo que es el amor verdadero porque no hay momento en que no deje de pensar en ti ni cuando estoy en el trabajo, eres la persona por quien muero de celos si te miran o te dicen cosas, pero especialmente eres la persona que amo y siempre amaré.

Aquellas palabras llegaron al corazón de Temo y unas lágrimas ya salían de sus ojos, Ari secó las lágrimas de su esposo con una servilleta de las que se encontraban en la mesa y después lo besó tiernamente.

-Amo cuando me dices esas lindas palabras- dijo Temo-. Es tanto el amor que siento por ti que volvería a casarme contigo.
-Claro que podemos volver a casarnos cuando sea nuestra boda de plata y nuestra boda de oro- dijo Ari.
-Ay Ari, de tan solo imaginar esas dos bodas cada día descubro que quiero pasar el resto de mi vida a tu lado.
-Siempre estaremos juntos.

Continuaron cenando y al terminar Ari pagó la cuenta.

Aun era temprano y al salir del restaurante la pareja quiso caminar un rato por la plaza que estaba cerca. Ari pasó un brazo por los hombros de Temo y con sus manos entrelazadas caminaron por ese lugar.

-Es una hermosa noche- dijo Ari mirando a la luna.
-Y contigo a mi lado la haces mucho más hermosa- dijo Temo-. Recuerdo aquellas noches que subíamos a la azotea y solo éramos nosotros dos.
-Si mi amor, solo nosotros.

Después de pasar una linda noche los Aristemo regresaron a casa para descansar. Temo terminaba de ponerse la pijama cuando sintió que Ari besaba su cuello y se giró para que sus labios se encontrarán.

-Te amo mucho mi amor- dijo Temo.
-Y yo a ti mi amor, te amo hasta el infinito- dijo Ari.

Después de una pequeña sesión de besos la pareja se acostó para dormir, Temo se acostó sobre el pecho de Ari y este le hizo piojito hasta que se estaban quedando dormidos.

-Descansa Ari.
-Tú también descansa mi Temo.

Felizmente casadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora