Aristoteles dormía tranquilamente, por ser su cumpleaños su jefe lo dejó tomarse el día.
-Buenos días- le susurraba Temo-. Despierta mi amorcito, hoy es un día muy especial. -Buenos días Tahi- dijo Ari al despertarse-. ¿Qué hora es? -Son las 9, pero ya levantate porque mira lo que te preparé.
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Ari se sentó y vio sobre la cama una charola en la que estaba su desayuno, pero también había una pequeña carta que Ari leyó.
Mi Ari: Hoy es un día muy especial porque hoy celebras un año más de vida y agradezco infinitamente a tu mamá por haberte traído al mundo porque te pude conocer. Te amo mucho mi amor y por muchos más cumpleaños a tu lado. Con amor: Temo.
-Ven acá- le indicó Ari y al acercarse lo besó-. Gracias amor, yo se que hoy pasaré un día genial junto a ti. -Así va a ser amor y hoy tengo un día planeado especialmente para ti, así que para comenzar desayuna porque te lo preparé con mucho amor.
Ari comenzó a desayunar en compañía de Temo y aunque ya había desayunado dejó que su esposo le compartiera. Al terminar de desayunar se acostaron un rato mirándose a los ojos y sonriendo.
-¿Tu plan es estar acostados todo el día?- preguntó Ari. -Claro que no, solo será por un rato mientras nos vamos- dijo Temo acariciando la cara de Ari-. Además, me encanta ver tu rostro cuando nos despertamos. -A mí también me encanta ver tu hermosa carita, pareces un ángel.
Se dieron un beso esquimal y entre caricias siguieron mirándose, era un lindo momento y en especial para Ari porque sabía que pasaría un gran cumpleaños junto al amor de su vida.
-Me voy a meter a bañar- dijo Ari. -Si amor, yo voy a tender la cama y a lavar esto para después bañarme- dijo Temo y se dieron un beso.
Ari ya se estaba bañando, no había prisa alguna porque sabía que ese día solo se encargaría de ser feliz junto a Temo y su familia. Salió de sus pensamientos cuando sintió unos brazos rodeando su cuerpo y al girarse vio que era Temo sin nada de ropa.
-¿Puedo hacerte compañía?- preguntó. -Ya sabes que mi repuesta siempre será un “si” contigo- dijo Ari acercándolo para que se metiera al agua y comenzar a besarlo.
Después de un baño lleno de caricias y besos apasionados la pareja salió para cambiarse, como era una ocasión especial se pusieron sus mejores vestimentas.
-Que guapo te ves- dijo Ari. -Tú estás más guapo- dijo Temo y le dio un piquito. -¿Nos vamos? -Si. Ya verás que pasaremos un día genial.
Salieron de la casa y subieron al auto, Temo manejaría. Durante el camino platicaban sobre su semana y de cualquier tema que se les ocurriera. Llegaron a un parque y bajaron del auto.
-¿Qué hacemos aquí, Tahi?- preguntó Ari. -Este parque es muy especial para nosotros porque hay muchos momentos que pasamos cuando fuimos amigos y novios- dijo Temo-. Pero ahora quiero que comencemos a crear momentos siendo esposos. -Todos los momentos contigo quedan guardados en mi corazón.
Se dieron un tierno besito y tomados de las manos comenzaron a caminar por aquel hermoso parque. Temo compró dos helados y se fueron a sentar a su banca.
-Que recuerdos me trae esta banca- dijo Temo que estaba recargado sobre el hombro de su esposo. -Y según tú era la banca maldita- dijo Ari soltando una pequeña risa-. Pero también los bonitos recuerdos son los mejores, el que nunca olvidaré será la sorpresa de cumpleaños que me hiciste. -Me alegra que te haya gustado esa sorpresa, te la preparé con mucho amor. -Me hubiera gustado pedirte matrimonio aquí, pero no contábamos con que estaríamos en la Cuidad de México. -Pero la manera en que me lo pediste fue hermoso. Te amo mi lindo esposo. -Yo también te amo Temo. Tú eres el mejor regalo que tengo.
Ari sin duda estaba pasando un lindo cumpleaños junto a Temo, no necesitaba más en el mundo que estar junto a su pareja.