28. Hora de volar

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Ari y Temo ya se habían levantado en cuanto sonó su alarma, hicieron unos últimos asuntos de la casa y esperaron en la sala. Tal como lo dijo Ari en unos minutos llegó Pancho con Eduardo y Polita en La Burra, los chicos tomaron sus maletas, cerraron la casa y subieron a La Burra para irse.

Ya estando en la central llegó el momento de las despedidas, Pancho y Susana abrazaron a los Aristemo.

-Mucha suerte muchachos- dijo Susana-. Les irá bien en el concierto.
-Muchas gracias Susana- dijeron los dos.
-Ay hijos, estoy muy orgulloso de ustedes porque nuevamente viajarán para cumplir otro sueño- dijo Pancho sonriendo-. Eso si, recuerden que chiflando y aplaudiendo. Me los vigilan bien, consuegra.
-No te preocupes Pancho- dijo Polita-. Pero no prometo nada.
-¡¿Qué?!
-Pancho, ellos ya son esposos y son responsables de sus actos.

Luego de ese gracioso momento todos se despidieron una vez más y las dos parejas abordaron su autobús. Polita y Eduardo se sentaron en sus lugares correspondientes, los Aristemo se sentaron detrás de ellos. Ya sentados Ari tomó la mano de Temo y lo miró con mucha emoción.

-¿Por qué me miras así?- preguntó Temo sonriendo.
-Porque estoy feliz de cumplir un sueño más a tu lado- contestó Ari-. En un par de días estaremos tú y yo arriba de un escenario cantando, demostrando que nuestro amor es valiente.
-Si Tahi, juntos como Aristemo.
-Te amo.
-Te amo más.

Temo se recostó en el pecho de Ari, quien lo abrazó con fuerza y besó su frente. El rizado besó a Temo y acarició su rostro hasta que se quedó dormido, Ari en pocos minutos también cayó dormido.

Pasaron un par de horas en el viaje, Polita se había despertado y miraba el paisaje por la ventana. Salió de sus pensamientos cuando escuchó a una persona tararear una canción, al principio pensó que era Ari pero en un segundo reconoció la voz. Se asomó por un pequeño espacio que había entre los asientos y vio que era Temo el que tarareaba.

-Hola suegrita- dijo en voz baja ya que Ari seguía dormido.
-Hola Temo, ¿qué haces?- preguntó Polita-. Te escuché tararear una canción.
-Si es sobre una canción pero quiero que sea sorpresa tanto para ustedes como para Ari.
-De acuerdo, sea lo que sea estoy segura que quedaremos sorprendidos.

Polita volvió su vista al paisaje, Temo aun tenía sueño así que se abrazó nuevamente a Ari para dormir otro rato. Aun estando dormido Ari correspondió al abrazo y le dio un beso en la frente.

El tiempo continuó pasando y ya faltaba menos para llegar a Monterrey, Ari ya había despertado y sonrió al ver a Temo aun dormido sobre su pecho pero no por mucho porque comenzó a despertar.

-Hola dormilón- dijo Ari besando su frente.
-Hola amor- dijo Temo sonriendo-. ¿A qué hora despertaste?
-Apenas unos segundos pero estaba viendo lo lindo que eres durmiendo y en eso despertaste.
-¿Ya vamos a llegar?
-Me imagino que si.

En pocos minutos ya habían llegado a Monterrey, los chicos miraban todos los lugares ya que se sentían emocionados de estar en una cuidad completamente diferente. Llegaron a la central de autobuses, bajaron del camión y tomaron sus maletas para irse al hotel donde se hospedarían.

-¿Emocionados?- preguntó Eduardo.
-Demasiado- dijeron ambos-. Nunca pensamos que estaríamos a punto de cumplir un sueño más en una ciudad totalmente diferente.

Felizmente casadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora