Felizmente casados

1. Primer día como esposos

Tuvieron que pasar por muchos obstáculos para demostrar su amor y seguir cambiando las mentes de muchas personas pero finalmente lo habían logrado, Aris y Temo se habían casado. Tal como lo había dicho Temo fue una fiesta a lo grande pero lo importante fue que la pasaron muy bien en compañía de su familia y amigos. La boda fue en Oaxaca ya que fue el lugar donde nació su historia de amor y al terminar la fiesta se fueron al edificio Corcega donde doña Imelda les prestó un departamento para pasar la noche antes de irse a su luna de miel.

El sol comenzaba a salir y a pesar de estar cansado por la fiesta Temo fue el primero en despertarse. Estaba por levantarse pero una mano que rodeaba su cintura lo impedía, se dio la vuelta y ahí estaba su guapísimo esposo dormido. Aun no podía creer que finalmente se había casado con el amor de su vida y la prueba se encontraba en esas argollas. Se acercó un poco más a Ari y lo besó, el beso fue correspondido junto con una pequeña risa.

-Si me vas a despertar así todas las mañanas quiero que sea para siempre- dijo Ari al despertarse.
-Una vez tú me dijiste y ahora yo te lo digo, te voy a besar toda la vida- dijo Temo dándole un piquito-. Buenos días Tahi.
-Buenos días mi Temo durmiente.

Ari se acomodó para que Temo pudiera recostarse sobre su pecho y estar más abrazaditos. Había mucho silencio pero para ellos solo era un momento para escuchar el latido de sus corazones. Temo bajó un poco su mirada solo para ver sus manos entrelazadas donde se encontraban sus anillos de matrimonio.

-Esto no es un sueño, ¿verdad, Ari?- dijo Temo.
-No Temo, es una hermosa realidad- dijo Ari sonriendole-. Finalmente tú y yo estamos casados.
-Esperamos tanto tiempo para este momento.
-Si, y ahora solo me voy a dedicar a amar y cuidar a mi esposo.
-Que bonito se escucha llamarnos así. Te amo esposo.
-Yo también te amo mi esposo.

Los Aristemo preferirían estar acostados todo el día pero ya tenían que levantarse porque en un rato más tenían desayuno familiar en casa de doña Blanca y esa noche partirían a su luna de miel.

Se bañaron y se arreglaron. Ya tenían sus maletas preparadas así que disfrutarían al máximo ese día con su familia.

-Ya está todo listo, Tahi- comentó Temo.
-Si Tahi, ven aquí- indicó Ari y al acercarse juntaron sus frentes mirándose con amor-. Verás que la vamos a pasar muy bien.
-Mientras esté contigo yo sé que así será. Vamos, ya deben estar esperándonos.

Salieron del departamento y se dirigieron al de doña Blanca. Al entrar todos los Corcega ya se encontraban ahí.

-Hola hijos- los saludó doña Blanca-. Pasen, ya casi está el desayuno.
-¿No ha llegado mi familia?- preguntó Temo.
-No tardan en llegar.

Los Aristemos saludaron a todos y minutos después llegaron los López, así que se dio inicio al desayuno.

Todos platicaban de lo mucho que se divirtieron en la fiesta y algunos otros temas. Hasta que comenzó a entrar el tema de la luna de miel.

-¿Por cuánto tiempo se irán?- preguntó Linda.
-Nos iremos por una semana ya que al regreso solo queremos iniciar nuestra etapa como esposos- dijo Temo.
-Pues con lo enamorados que están ni van a parecer esposos- dijo Julio-. Si van a parecer esposos mínimo discutan seguido.
-No Julio- lo regañó Lupita-. El matrimonio no se trata de discutir todo el tiempo, se trata de crecer como pareja pero seguir amándose.
-Lupita tiene razón, habrá momentos en los que discutiremos pero no perdiendo la comunicación aclararemos todo porque nuestro amor es más fuerte- dijo Ari besando la mejilla de su esposo.
-¿Y a dónde se irán?- preguntó Axel.
-Mi abuela fue quien nos dio la sorpresa y nos vamos a ir a Cancun.

Doña Imelda al ser la madrina como regalo de bodas les dio unos boletos de viaje a Cancun con todo pagado para que disfrutaran su luna de miel.

-Yo también les tengo un regalo mis Aristemos- dijo Pancho y de su bolsillo sacó unas llaves-. Estas son las llaves de su nueva casa.
-¡¿Qué?!- exclamaron sorprendidos-. Pero Papancho...
-Nada de peros, todos colaboramos con esto y ahora que son esposos queremos que tengan su propio hogar.

Los Aristemos felices aceptaron el regalo y le dieron un abrazo a Pancho. Ambos estaban felices por iniciar esa etapa.

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Guapuritas, aquí está el primer capítulo. Esperó que les haya gustado y ¿qué más les gustaría leer en esta historia? ¿Qué momentos quieren que pasen los Aristemos ya siendo esposos?