Felizmente casados

18. Cumpleaños de Ari parte 2

Después de pasar una bonita mañana juntos ya era momento de ir a la siguiente sorpresa. Ari llevaba los ojos vendados y Temo manejó hasta llegar al edificio Corcega.

-¿Dónde estamos Tahi?- preguntó Ari en cuanto bajaron del auto.
-Ahorita lo sabrás, camina y yo te voy guiando- dijo Temo.

Ambos entraron al edificio, Temo guiaba a Ari hasta que llegaron al departamento de doña Blanca y el castaño abrió sin hacer ruido. Todos ya se encontraban ahí.

-1... 2... Y 3- dijo Temo y le quitó a Ari el paliacate de sus ojos.
-¡Sorpresa!- gritaron todos.

Ari quedó sorprendido al ver el departamento decorado con globos y serpentinas, sobre la mesa había muchos guisados pero en especial un pastel y lo que le llenaba de alegría a Ari era ver a toda su familia.

-¡Wow, ¿de verdad hicieron todo esto para mí?!- dijo Ari emocionado.
-Claro mi Aris, eres especial para todos y por ello te preparamos esta fiesta- dijo Polita.

Todos fueron felicitando a Ari con un abrazo, Temo aunque ya lo había felicitado le dio otro abrazo y un beso. Ari estaba feliz y en ese momento sintió que alguien le tocó el hombro.

-¡Feliz cumpleaños Ari!- dijo esa persona que era Kika.
-¡¿Kika?! ¡¿Qué haces aquí?!- preguntó Ari feliz.
-Temo me invitó y obvio no iba a faltar a la fiesta de mi mejor amigo.
-¿Por qué tengo al esposo más bonito del mundo?
-Yo te hago la misma pregunta, amor- dijo Temo y le dio un beso.
-¿Quién es ella, Ari?- preguntó David.
-Si mi carnal te ve con ella se va a poner celoso- dijo Julio.
-No Julio, ella es Kika y es amiga de Ari, pero ahora también es mi amiga.

El festejo estaba saliendo de maravilla, los niños jugaban, los adultos platicaban y los más jóvenes reían de cualquier cosa que contaban. Todo iba muy bien hasta que llegó la hora del pastel.

-Gracias tía, sabes que este es mi pastel favorito- dijo Ari.
-Te voy a decir la verdad, esta vez yo no preparé tu pastel- dijo doña Blanca.
-Entonces ¿quién lo hizo? ¿Mi abuela o doña Crissanta?
-Fui yo, Tahi- dijo Temo sonriendo-. Te lo hice con todo mi amor.
-Tú ya tienes ganado el cielo, gracias mi Tahi.

Después de que los Aristemo se dieron un beso todos le cantaron las mañanitas a Ari y repartieron el pastel. El pastel de chocolate y mil leches sería una especialidad porque aunque ya había probado el que hacía doña Blanca, no tenían palabras para describir el de Temo.

-De verdad Temo, deberías abrir una pastelería y todos tus pasteles se venderían rápido por lo ricos que quedan- dijo Eduardo.
-Gracias Eduardo, pues todo eso lo aprendí de mi querida tía Blanca- dijo Temo abrazando a la mencionada.
-Ay hijo, no sabes la felicidad que me da cuando me dices tía- dijo doña Blanca sonriendo y le dio un beso en el cachete.
-¿Me puedo volver a casar contigo, Tahi?- dijo Ari.
-No manches Aristofanes, apenas se casaron- dijo Pancho-. Mejor esperate a la segunda boda que será la de plata.

Había unos pocos regalos que Ari no resistió a abrirlos, algunos eran ropa pero había uno que llamaba su atención y estaba dentro de una caja enorme.

-¿De quién es este?- preguntó.
-Es de tu esposo- dijo Kika-. Pero solo quiero decir que yo fui cómplice.
-¡Abrelo, amor!- dijo Temo emocionado.

Ari comenzó a romper la envoltura, pero apenas había quitado un trozo de papel cuando logró identificar lo que era, se quedó en shock.

-¡No es cierto, Tahi!- dijo emocionado.
-¿Qué es, Tahi?- dijo Temo sonriendo.

Ari quitó la envoltura por completo, el regalo era un estuche de guitarra y dentro de este se encontraba ese instrumento.

-Pero, ¿cómo?- dijo Ari aun sorprendido.
-Dijiste que necesitarías algún instrumento para tu trabajo- dijo Temo.
-Y yo le dije a Temo que cuando tenemos un momento de descanso vas al salón de música a tocar alguna guitarra- dijo Kika.
-¡Son los mejores, gracias!

Ari abrazó a su mejor amiga y besó a su esposo. Sin duda había pasado un gran cumpleaños junto a su familia, amiga y esposo. Su deseo que pidió al soplar las velas fue ser feliz junto a las personas que amaba.