Capítulo 32

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Aprovecho tomar un baño mientras estoy encerrada, luego de un largo tiempo escucho el sonido de las gotas de lluvia contra el piso. Y Maykol aún no ha llegado.

Voy e intento abrir la puerta, me tendió una trampa, debí haberlo imaginado, aunque tenía razón. Siempre soñé que mi cumpleaños número quince fuera el mejor, sin embargo, no lo fue; mamá empezó a empeorar de salud, y en el colegio, estar en compañía de mis amigos pero sentirme sola, vacía y con ganas de llorar.

Maykol, tu ya estás entre mis recuerdos más valiosos.

La lluvia se intensifica, entonces, escucho a la otra puerta sonar y algunas cosas cayéndose.

—¡Maykol!

—Mierda —escucho su susurro—, ¡tranquila, estoy bien! —se ríe de sí mismo.

—¡Abre la puerta!, no aguanto estar aquí.

—¿Cuál es la contraseña secreta?

—¿Qué?

—Te daré diez minutos para que lo pienses, si aciertas, te dejaré salir y si no, esperarás en calma.

—Eso no es justo.

—El tiempo corre.

¡Ugh! Haber, si fuera Maykol ¿cuál sería la contraseña?, pasan los diez minutos y comienzo a intentarlo.

—Stendhal.

—No.

—Maykol.

—No.

—¿Estás haciendo esto a propósito cierto?

—No.

—¡No mientas!

—Sí —lo escucho reír—, ya que soy un buen novio, te daré una oportunidad. Debes decir: Maykol es mi novio y es el más guapo del mundo.

Que egocéntrico.

—No lo haré.

—Pues seguirás ahí.

—¡Bien! Maykol es mi... —soy interrumpida por el sonido de mi celular.

—¿Quién es? —pregunto.

El sonido de detiene, Maykol permanece en silencio. Repentinamente, vuelvo a escuchar el sonido del celular, no hay respuesta.

—¿Maykol?

Veo la puerta abrirse un poco, él deja el celular en el suelo y vuelve a cerrar la puerta. Me acerco al objeto, puedo ver el nombre de Cris en la pantalla.

—Cris.

—Rous, es raro que contestes a la segunda llamada, te quería decir algo pero primero ¿cómo se encuentra Maykol?

—Ah, él está de maravilla, no hay de qué preocuparse.

—Eso es genial. ¿Y cómo estás?

—¡Excelente! Ni siquiera sé por qué lo preguntas, Cris.

—Sabes que no puedes engañarme, sé que no estás bien ¿te parece si lo hablamos mañana?

—Mañana es nuestro día libre, no creo que podamos encontrarnos —digo.

Él se queda en silencio por un momento, suelta su suspiro y habla.

—Descuidada como siempre, quedamos en reunirnos mañana en el departamento de Eri ¿no lo recuerdas?

—¿Alguna actividad importante? Supongo que es para celebrar la relación de Eri con Diego, bien, nos vemos mañana.

—Acertaste, no puedo creer que lo hayas olvidado, hablaremos mañana y prepárate porque te haré muchas preguntas, soy tu mejor amigo y merezco eso —lo escucho reír.

El Veneno De La Cruel EternidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora