Capítulo 9

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-¡Eres un bastardo! -exclama Maykol y de un empujón lo arrima contra la puerta, lo levanta del cuello.

-¡Basta! -trato de jalar de los brazos de Maykol que lo suelta haciendo que Ale caiga al suelo.

Maykol se inclina mientras Ale está un poco débil, nunca lo había visto pelear, sin embargo él se impulsa y de un puñetazo hace que el labio de Maykol se rompa, él limpia la sangre de sus labios y se abalanza para solo son puñetazos que torcer el rostro de Ale de izquierda a derecha, está comenzando a sangrar. Sigo intentando pararlos pero no paran, se me ocurre una idea, corro a la cocina por agua, es lo que Maykol hizo antes, espero que funcione. Con un recipiente recibo agua del lavadero y vuelvo hacia donde están ellos, aún están peleando.

Por favor, que funcione.

Lanzo el recipiente de agua, y Maykol para, con la respiración entrecortada me mira, me examina de pies a cabeza, decido protestar.

-¡Estoy cumpliendo con lo que dijiste! -grito muy enojada, ambos lucen mal -¿Me dijiste que me marchara con él verdad? Con Alexis ¡Pues lo estoy haciendo! No tienes derecho a interferir en mi vida -afirmo con un tono de voz elevado.

-Ya la oíste -comenta Ale.

-Vete, no quiero ocasionar más problemas, adiós Maykol -observo sus ojos verdes, estos expresan decepción y alivio a la vez.

-Esto no se quedará así -susurra él y sale de la casa, el sonido de la puerta hace que note su molestia.

Me acerco rápidamente a Alexis, está tirado, sangrando pero no mucho, lo ayudo a ponerse de pie, el se recuesta en mis hombros y ambos vamos hacia el cuarto de baño para invitados. El ingresa y se limpia, logrando desaparecer las manchas de sangre, en tanto, lo observo desde atrás. El cuarto de baño es mediano pero posee lo necesario, un gran espejo detrás del lavadero. En parte, siento algo de culpa por la condición de Alexis.

-¿Estás bien? -pregunto.

-Lo estoy si tú estás bien -responde mirando a través del espejo.

-Eso es un alivio -me sonríe pese a su condición.

-Escucha, mi padre está a punto de llegar y si te ve aquí será un gran problema -tartamudeo.

-Por lo menos ¿Podrías llamar a un taxi que me lleve a mi departamento? -él agacha la cabeza.

-De acuerdo.

-Pero antes, me gustaría saber cómo Jones entro a tu casa.

-Eso no lo sé, hablaré con mi padre sobre la seguridad -mi cuerpo tiembla un poco.

-Y ¿Podemos cumplir con lo que dijo Jones? -se voltea y pone sus ojos en los míos-. Podemos estar juntos -se acerca a mi y me da un abrazo-, por favor.

-Sabes que no estoy segura de mis sentimientos.

-Sal conmigo para que lo confirmes, no te decepcionaré -acaricia mis mejilla

-Sabes que Eri está enamorada de ti ¿Verdad? No puedo hacerle esto -me agacho mirando el piso.

-No le haces daño, sin una persona no te ama, no tienes porqué forzarla a quererte, solo te queda aceptarlo -levanta mi mentón y me acerca hacia él-Hablaremos con ella juntos ¿Si?.

Doy una señal asertiva con la cabeza y él añade-, Así está mejor -para luego tomarme de la cintura, nos acercamos más, estamos a pocos centímetros.

-Te debe estar doliendo el rostro de tantos golpes -bromeo.

-No tanto si obtengo la medicina -y nos fusionamos en un beso, esta vez no es a la fuerza pero no estoy conforme, es como si algo me faltara, solo le estoy siguiendo la corriente, no lo estoy disfrutando, simplemente me estoy volviendo a engatusar.

El Veneno De La Cruel EternidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora