En casa de la bruja nos reunimos todos con los objetos necesarios. Cuando llegamos la mujer reposaba en una silla con los ojos cerrados y la respiración tranquila.
- ¿Los materiales? - preguntó aun con los ojos cerrados.
- Los tenemos- contestó Daryl.
Una sonrisa se extendió por sus labios de forma lenta y tranquila.
- Deposítenlos en la mesa.
La obedecimos y dejamos todo lo pedido en la mesa despejada. Miré discretamente a Dhara que observaba a la mujer apoyada desde la puerta.
- No se ha movido en ningún momento sigue en palacio, donde lo dejasteis.
Y sin más que decir, salimos rápidamente de la casa en busca de los caballos. Solté al caballo por la cuerda y lo acerqué al grupo.
- Yo me quedo aquí- dijo decidida Clara.
¿Qué? La miré sorprendida.
- ¿Qué? ¿Por qué?
- Me quiero quedar aquí.
La manera decisiva en la que confirmaba que era donde quería quedarse no me dejaba refutarle, por lo cual solo pude preguntarle.
- ¿Estás segura?
- Como nunca.
Asentí y le regalé una sonrisa que correspondió al instante.
Subí al caballo y detrás de mí se puso Calix rodeando con sus brazos mi cintura buscando las riendas del caballo.
- Espero que consigas vivir todo lo que te has perdido.
- Lo mismo os deseo- dijo Clara por última vez antes de que nos marcháramos.
Había sido una despedida simple y sin drama, pero reconfortadora, porque sabía que ella estaría bien allí, lo presentía.
El viaje de vuelta duró mucho menos que el de ida, habíamos perdido mucho tiempo, pero ahora no parábamos en ningún momento y íbamos a una velocidad constante. En menos de una semana llegamos al pueblo por él que una vez subimos con un carruaje, desconcertados y confusos por lo que veíamos, por lo que estábamos viviendo. Pero todo había cambiado ahora subíamos la cuesta del pueblo a caballo, siendo personas completamente distintas con una relación diferente entre ellos. Habíamos cambiado, nos habíamos encontrado y ahora decidíamos nosotros.
El tiempo pasaba como una ráfaga de viento para mí, sentía como los demás hablaban, como nos movíamos, pero yo me había quedado estancada en algún lugar absorta sin controlar el tiempo que pasaba. Lo único que sentía era la tela de lino de la camisa de Calix entre mis dedos, lo demás lo veía difuminado, sin sentido.
Hasta que sentí como los brazos de alguien me bajaban del caballo y después de tanto tiempo volví a sentir que tocaba la tierra. Me separé de sus brazos y miré a mi alrededor, estábamos en la parte trasera del castillo entre unos matorrales, la noche profunda y oscura no dejaba ver mucho más que no fuese el césped recién tallado.
- Entraremos Fayra y yo a inspeccionar. En el palacio abra tanta seguridad como sirvientes, así que mejor que entremos nosotros solos y luego ya trazaremos un plan todos juntos-explicó Calix.
Nadie se opuso por lo cual ellos dos se movieron ágilmente y se camuflaron con la oscuridad de la noche, con la finalidad de entrar a palacio.
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La Última de las Melodías
Adventure¿Dos corazones podrán llegar a amar, pese a tener que cumplir, una misión de la que no se podrán salvar? Una bestia. Una salvación. Seis jóvenes. Y un destino. Obra iniciada 22/02/2021 Obra culminada 03/08/2021