Inicios

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Años atrás...

Una pequeña niña pintaba con las tizas, que su mentor le había dejado, en el suelo de su habitación. Ella tarareaba una melodía alegre mientras acababa su dibujo, gateó más cerca de la última línea que había hecho cuando su mano sin querer toco el suelo y con ello el polvo se pegó a su mano estropeando parte del dibujo.

- ¡No!

Dejó las tizas a un lado y se sentó en la esquina de su cama y golpeo tres veces el puño contra la pared. Al otro lado se escucharon unos pasos veloces y el chirrido de la cama al tener peso encima.

- ¿Calix? - pregunto la niña.

- Aerilyn- la voz alegre de un niño sonó al otro lado.

El corazón de Aerilyn se estrujo de felicidad.

- Pensaba que estarías entrenando.

Ella se acercó más a la pared sentándose cruzada de piernas y mirando fijamente a la pared como si pudiese ver al otro lado a Calix.

- Abu no apareció y al final vino un hombre a decirme que hoy no habría entreno- contesto el niño desde la otra habitación.

Abu era el nombre con el que le habían apodado a su mentor. Un hombre mayor, con el pelo canoso y una barba blanca que lo hacía lucir más viejo de lo que era.

- Calix está mañana he aprendido por fin a como escalar, como tú- la niña estaba ilusionada por su nuevo conocimiento aprendido.

- ¿Y qué tal? - le pregunto el niño ilusionado de que siguiera hablando.

- Pues..., no soy muy buena, ya sabes que lo mío son las dagas y el arco, pero Abu dice que es normal que cayera tantas veces.

- Me alegro, ya sabes que me alegro por ti siempre Aerilyn- una sonrisa boba se extendió en los labios de la niña.

- Lo sé, Calix.

Hablaron un rato más sobre los entrenamientos y como habían ido progresando.

- ¿Por qué nos obliga a entrenar tanto el Abu? - preguntó Calix.

- Él dice que nos está preparando para nuestro destino- Aerilyn repitió las palabras que tanto había escuchado decir a su mentor.

- ¿Crees que somos los únicos niños aquí? Porque Abu ni siquiera sabe que nosotros nos conocemos- Calix parecía aterrado de pensar que su mentor supiese la existencia de esa amistad.

- No sé, Calix. No sé, pero no podemos decírselo a nadie, ya lo sabes- le repitió la niña como tantas veces se habían dicho el uno al otro.

Un silencio profundo se extendió y por un momento Aerilyn sintió temor de que Calix se hubiera marchado.

- ¿Calix?

- Si, estoy aquí.

- Quiero verte. ¿Crees que algún día nos veremos, que nos tengamos uno delante del otro?

Otro silencio, pero este más largo que el anterior.

- Yo confió en que sí, Aerilyn.


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Hola!! 

Este no es el primer capítulo exactamente pero es un inicio, la siguiente actualización ya será el primer capitulo que será en el presente.

Espero que os guste y gracias por el apoyo que habéis estado dándole a mis historias. <3

La Última de las MelodíasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora