Capítulo 16

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Los ojos de Theon se volvieron abrir con un color rojo irritante en ellos.

- ¡Hay que salvarlo! - grito Dhara histérica.

Me levanté corriendo y fui hacia la barra pasando por encima de los cuerpos desplomados en el suelo, una botella de alcohol estaba abierta encima de la barra la cual estaba medio vacía, la cogí y me moví por la sala hasta dar con un rollo de papel, después agarré a uno de los hombres del suelo y le rompí la camiseta con el cuchillo que llevaba.

Los chicos estaban alrededor de Theon paralizados sin saber que hacer menos Dhara, claro que lo único que podía hacer era moverse de lado a lado.

- Que conste que no se nada de medicina y seguramente la esté cagando- digo intentando quitarme peso de encima.

Me arrodillé al lado de su cuerpo y al otro lado se puso Calix, esperando mis indicaciones con ansias. Cogí una de las jarras de agua de una de las mesas alargando el brazo y me tiré el agua encima lavándome las manos y hice lo mismo con Calix.

- Primero viértele el alcohol en la herida- le dije pasándole el alcohol.

Escucho unos pasos y veo como Dhara se marcha del lugar hacia el exterior.

Calix hecho el alcohol en su herida y Theon empezó a gritar, con el papel le limpié un poco la zona de fuera que no tenía nada que ver con la herida y después le rodeé la herida con el tejido apretándolo todo lo posible.

- No sé qué más hay que hacer, he improvisado todo el rato la verdad- me confieso.

Dhara entro más tranquila y se acercó a nosotros.

- He buscado entre sus libros y entre los mapas la zona en la que estamos, y tengo una buena noticia y dos malas- dijo Dhara.

- Di la buena por favor, no más cosas malas- le responde Fayra con cansancio.

- La buena es que el veneno que le ha podido inyectar una de esas cosas, no te mata, te puede entrar fiebre y pasar unos días mal pero el cuerpo echará el veneno solo.

Bufo con tranquilidad y esperanza.

- ¿Y la mala? - pregunto Daryl.

- La zona en la que estamos está llena de locos como estos, son una especie carnívora que se alimenta de personas y muchos de ellos tienen aspecto de humanos, pero con mutaciones. Y la segunda mala es que está zona es tan grande y extensa que nos puede llevar más de dos días salir de ella.

Mierda.

Esta vez habíamos conseguido matarlos a todos, pero la próxima lo dudaba bastante, Theon ya había sido atacado y estaría fuera de juego más de un día hasta que el veneno saliese de su cuerpo. Tenía miedo. Abu no nos había avisado de que podía haber otras especies por los bosques.

- Llevaros a Theon al carruaje y atenderlo. - rompió el silencio Calix- Aerilyn y yo buscaremos provisiones o algo que nos pueda ayudar por aquí.

En cuanto todos se marcharon, él empezó a andar y yo le seguí.

- Este lugar me da escalofríos- digo.

- No me sorprende, contando que estamos pasando por al lado de muertos que hemos matado nosotros mismos.

Seguimos hacia delante hasta abrir una de las puertas.

- Busquemos por aquí.

Asentí y empecé a buscar en los armarios hasta que di con uno lleno de comida.

Me giré hacia él para llamar su atención, pero está ya la había llamado porque llevaba un rato observándome.

Me sentía extraña. Era como si una energía flotara en la habitación envolviéndonos en ella.

Se me erizo la piel mientras se acercaba a mí.

- Mmm, aquí hay comida que podríamos llevarnos- le digo nerviosa.

Me alejo un poco hasta que mi espalda choca contra la pared. Mi corazón se acelera, anhelando algo que mi cabeza implora que deje de pensar. Mis ojos siguen los suyos como si una fuerza los anclara uno con el otro. Mi garganta se seca en cuanto apoya su frente encima de la mía.

- Lo siento tanto.

Su mano acoge la mía entre sus dedos y la deposita en su pecho.

- Ojalá me hubieras hecho caso.

La cabeza me empezó a doler obligándome a cerrar los ojos por unos segundos.



Un niño y una niña estaban sentados uno frente al otro encima de una cama. Jugaban a las palmadas mientras la niña cantaba una canción y el niño reía divertido.

- Hoy has llegado antes- dijo la niña.

- Es que he acabado antes el entrenamiento.

- ¿Pero, y si te han visto? - la niña estaba inquieta.

- No creo, soy muy sigiloso- dijo el niño orgulloso de sus habilidades.

- Si tú lo dices.

Pero la niña no estaba nada segura.



Mis labios cosquilleaban buscando el calor de los suyos. Y entonces me acerqué a su boca.

- No sé de qué hablas.

Y salí, casi corriendo, a rencontrarme con los demás.

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Muy rápido todo, ¿no? Ya vemos que Calix no se abre nunca pero cuando lo hace se deja llevar y luego se arrepiente. Bueno, casi Calix, si eso para la próxima.

Espero que os haya gustado <3

La Última de las MelodíasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora