Un pequeño contratiempo

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Que podía ser peor que un nuevo día con la misma rutina, un nuevo día, pero de una manera diferente.

Despertó cansado, su garganta dolía, y su cara estaba ardiendo, estaba claro que se trataba de un pésimo día.

Estaba enfermo eso estaba claro, pero no podía hacer nada al respecto, tenía una misión a la que no podría asistir, pero no tenía como avisarlo.

Con las pocas fuerzas que tenía se vistió, intento hacer algo, pero no lo logro, por las pocas fuerzas que tenia cayo al piso, y tampoco es que hizo el intento de levantarse.

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— Sakura-chan, hola, Sasuke-teme, ¿Sasuke? — pregunto al no ver a nadie — ¿Y Sasuke?

— No ha llegado — respondió su compañera.

— ¿Que?, Pero Sasuke nunca llega tarde — menciono preocupado.

— Hola — saludo el peliplateado — Perdón por la tardanza, pero, ¿Y Sasuke? — interrumpió su propia excusa.

— No ha llegado Sensei.

— Eso sí que está raro, pero sin él no podemos hacer la misión.

— Iré a buscarlo — menciono el rubio y partió corriendo.

— ¿Regresarán? — pregunto la pelichicle.

— Nah, no creo, ven vamos por ramen.

— De acuerdo.

El rubio siguió su camino buscando cualquier cosa, pero no encontró nada, no hasta llegar a la casa de su compañero.

— ¡Sasuke! — grito alarmado al encontrarlo en el suelo, lo levanto y lo llevo a la cama.

— Naruto...

— Sasuke, estas ardiendo, necesitas un médico.

— ¡No!, Estaré bien — mentiría si dijera que no le daban miedo los hospitales, despertar conectado en un cuarto blanco no es su mejor recuerdo.

— Pero teme, te ves muy mal.

— No tengo nada, solo es un ligero resfriado, nada que no pueda controlar — menciono antes de empezar a toser adolorido.

— Sera mejor que ayude.

— No es necesario — pero el rubio ya había salido de la habitación.

Cansado intento colocar su mano sobre sus ojos, la luz de la habitación lastimaba su vista, quizás si necesitaría un profesional.

— Sasuke, quédate recostado — hablo mientras colocaba un paño húmedo en su frente, no era la primera vez que veía a alguien con fiebre.

— ¿No tenías una misión?

— Teníamos, pero en tus condiciones no puedes ir, la misión se canceló y estará así hasta que te recuperes.

— Mph, de todos modos, era una misión ridícula, como la de ir tras un gato.

— ¿De qué hablas?, Tu eres el que siempre está de acuerdo con esas misiones.

— No lo estoy, son ridículas, está claro que podemos hacer mucho más.

— Es lo que siempre trato de decir, sé que somos capaces de grandes cosas.

— Bueno por lo menos yo.

— ¡Oye!

— No grites Naruto, me lastimas mis oídos — se quejó cerrando los ojos con fuerza como si eso disminuyera el dolor.

Lo Que Siento Por TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora