Todo estará bien

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A pesar de que se sintió mal, y que le recomendaron, casi obligaron a quedarse en casa, no hizo mucho caso y fue a entrenar.

Entrena en un campo privado, cortesía del Hokage, ese viejo no le agradaba, pero por lo menos le daba lo necesario, como mantener en buen estado su casa, darle suficiente dinero y un campo propio de entrenamiento, no podía quejarse mucho.

El campo era grande, tenía troncos que podía golpear, tenía puntos en dónde practicar sus shurikens y kunais, en las orillas había árboles en dónde poder practicar sus puntos de chakra y por último estaba cerca del bosque, en dónde practicaba jutsus más peligrosos, como su jutsu de bola de fuego, por ejemplo.

El lugar donde se encontraba como bien había dicho, era privado, es por eso que se encontraba totalmente solo, era una ventaja, en definitiva, nadie lo veía fallar, un gran ejemplo, nadie lo veía no atinarle con el kunai, nadie lo veía caerse de los árboles, y sobre todo nadie lo veía llorar de frustración, cuando se hartaba de su propio entrenamiento.

En cambio, se encontraba solo, podía sentirse el mismo, por unos momentos, podía gritar, llorar y sufrir sin que nadie lo juzgará, una ventaja, estamos de acuerdo.

Cuando sale de su entrenamiento, ya ha descansado un poco en el campo, por lo tanto, se encuentra bastante bien, sus admiradores lo acosan, y lo siguen, pero él no les hace mucho caso.

Compra en las tiendas su alimento necesario, y luego vuelve a casa, una rutina simple.

Cuando llega a su habitación, se siente más cansado de lo normal, es obvio que se sentiría así, estuvo enfermo y aun así hizo su entrenamiento, que estuviera bien, sería raro.

Agarró una manzana que estaba en su frutero y se quedó viendo el techo, no tenía hambre, pero comer era básicamente una necesidad, en realidad no había comido nada desde la mañana, pero tampoco era que pretendía hacerlo.

Cuando estuvo listo, se quitó su ropa, para meterse a bañar, se enrollo su toalla, y estaba a unos pasos de su baño, cuando piso la toalla, está cayó al suelo dejándolo completamente desnudo.

No hizo mucho caso, y levanto el trapo, su sorpresa llegó cuando se encontró con su reflejo en el espejo y quedó viéndose un buen rato.

Su piel era blanca de por sí, pero por alguna extraña razón se veía más pálido que otra cosa, su cuerpo tenía unos cuantos moretones producto del entrenamiento, pero eso no es lo que le sorprendió, más bien era sus huesos, mientras se observaba en el espejo, podía delinear sus costillas, y ver su delgada piel, algo desconcertado dejo el objeto y fue a bañarse.

Una imagen bastante extraña, en definitiva, no recordaba la última vez que se vio al espejo, era simplemente porque no era algo normal en él, para que quería ver su cuerpo, no era algo necesario, pero verlo en ese estado lo alarmó, no era médico, pero si algo tenía en claro es que las costillas no se deberían de ver de ese modo, ¿No?

¿Estaría haciendo algo mal?

Es cierto que, bajo su rendimiento en los entrenamientos y que se sentía más cansado de lo normal, pero eso era debido a que no podía dormir bien y a lo mucho que entrenaba, no por otra cosa.

Además, el solía comer bien, sabía cocinar ciertas comidas y comía dos veces al día, en la mañana y en tarde-noche, sabía que algunos comen tres veces, pero eso era porque comían mucho, y él comía poco, era solo eso.

No pudo evitar sentirse preocupado, tal vez algo malo le estaba pasando, pero eso solo significaría que estaba más lejos de su venganza y eso lo enojaba más.

Ya era tarde, pero no tenía ganas de dormir, decidió mejor salir a dar un paseo, al lago que estaba cerca, el agua siempre tranquilizaba su mente.

Cuando llegó no esperaba encontrarse a otra persona ahí, sobre todo por la hora y por el lugar, claramente.

— ¡Teme!, yo lamento... creo que este es tu lugar, será mejor que me vaya — hablo rápidamente y se paró.

Sasuke se sentó con tranquilidad y una vez en esa posición hablo.

— Puedes quedarte, es un lugar bonito — agrego con una sonrisa casi imperceptible.

Naruto sonrió de una manera más exagerada y se colocó a su lado, pensando cómo llegaron a ese lugar.

— ¿Qué haces en mi barrio?, Y más a esta hora.

— Yo... — no podía decirle que le preocupaba tanto Sasuke, que merodea el lugar, en caso de ser necesitado por el azabache, eso sería extraño y difícil de explicar, mejor se quedó callado.

— Olvídalo, debes de tener tus razones que no me incumben.

— Solo estaba tratando de reflexionar un poco — en parte era verdad — El agua tranquiliza, ver la Luna y las estrellas reflejadas en el agua, es, como decirlo...

— Especial — contesto Sasuke.

— Si, es un sentimiento especial, que bueno que lo entiendas.

— Yo también he pensado eso muchas veces, tiene hasta un aire nostálgico, no sé, es raro — hablo antes de bostezar un poco.

— Si, tienes razón — le contesto con una sonrisa.

Naruto se acercó un poco más, dejando que Sasuke recargara su cabeza sobre su hombro, lucía cansado y tenía unas cuantas ojeras, se preguntó internamente como podía ayudar a su amigo.

Sasuke muy perdió en su mundo, viendo el agua y oyendo los grillos del lugar, empezó a sentir sus ojos pesados, se cerraban contra su voluntad a pesar de que el intentaba abrirlos, frunció un poco el entrecejo, pero una de esas veces en que cerró los ojos, ya no los volvió a abrir.

Naruto noto la respiración tranquila de su Uchiha, se había quedado dormido, se quedó en esa posición un rato, no quería despertarlo, pero estaba consiente que no se podían quedar ahí tampoco.

Con pesades y mucho cuidado, se levantó y con él a Sasuke, llevándolo a su casa, entro hasta su cuarto y lo dejo en su cama, lo arropó y se quedó viendo, era increíble la cantidad de sensaciones que podía generarle ese azabache, cuando estaba con él, sentía las ganas de protegerlo de absolutamente todo.

Entendía a Sasuke, por lo menos un poco, también era huérfano y sabía lo que era sentir la soledad, sin embargo, jamás entendería el sentimiento de perder a tu familia, porque él nunca tuvo una, aunque el solo hecho de ver a Sasuke mal, le hace querer entender tal sentimiento.

Solo esperaba poder ayudarlo, aunque sea en algo.

Antes de salir de la habitación, se acercó a su rostro y le dio un pequeño beso en la frente, Sasuke sonrió inconscientemente, para Naruto eso era lo único que necesitaba para ser feliz, con una pequeña sonrisa salió del lugar y se fue a su propia casa.

Esa noche ambos durmieron con un pequeño calor en su corazón que esperaban volver a sentir, por lo menos una vez más.

— Todo estará bien

Lo Que Siento Por TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora