Lo Que Siento Por Ti

La verdad

Este día era libre para el equipo 7, ninguna misión obligatoria, solo entrenamientos, salidas en grupo, para divertirse, para platicar, para lo que quieras.

— Sakura-chan, ¿Estarás ocupada? — pregunto un rubio carismático.

— Tengo que ayudar a mi familia, Naruto, puedes ir a buscar a Sasuke — le recomendó antes de irse.

Sasuke, tenía que admitirlo, se había comportado como un verdadero estúpido, lo había estado evitando, no es que Sasuke lo buscará y él lo ignorará, no, porque Sasuke no lo busca, pero él tampoco había ido, no quería verlo, estaba enojado, pero enojado con sigo mismo, por no poder ayudar ni hacer nada al respecto, Sasuke no tenía la culpa y aun así él se llevaba la peor parte.

Estaba enojado, pero tuvo una plática con sus padres adoptivos, si los podía llamar así.

Ellos le recordaron lo que estaba bien, mal, lo que tenía que hacer y lo tonto que se vio al evitarlo, claro que cómo era un niño, se le perdona, pero él no se perdona a sí mismo, ¿Cómo pudo abandonarlo en cuanto más lo necesitaba?, Ridículo, se vio como un verdadero estúpido.

Tenía que remediarlo, le prepararía algo especial.

Sasuke no había salido de su casa, desde la última vez que vio a Naruto, fue a buscarlo el primer día, pero el rubio parecía evitarlo, le dolió, no mentiría, ¿Qué llevo a ese tipo de rechazo?, ¿Hizo algo mal?

En fin, se había quedado en su casa, para encerrarse en su propia miseria, ni siquiera había comido en todo ese tiempo, porque no tenía ganas de salir a comprar cosas y muchos tenía ganas de alimentarse.

Aun así, decidió salir ese día, porque sentía sus piernas entumecidas, tal vez de tanto estar acostado, no le quedó más opción que salir.

Camino sin rumbo alguno, solo para estirar sus piernas, temblaban levemente y se le dificultaba avanzar.

— ¿Qué ocurre Hinata? — escuchó una voz detrás de los arbustos de dónde estaba.

Seguiría su camino, pero una frase lo paro de inmediato.

— ¿Te gusta Naruto? — escuchó decir por Sakura, su corazón se detuvo por un momento.

— Ehh... Si... Naruto-kun me parece... Muy lindo...

Y su corazón no sabía cómo bajar la velocidad.

— Vaya, eso no lo veía venir, ¿Y crees que le gustes a él también?

No, contesto Sasuke, aunque lo hizo mentalmente, no le gustas, no le gustas.

— Yo creo que si...

Te equivocas, te equivocas.

— Lo he estado viendo estos días... Es muy divertido estar con el...

Estos días, cuando lo ha estado evitando, todo porque estaba ocupado con otra persona, bueno, eso tiene sentido.

Regreso casi corriendo, su corazón latía demasiado rápido, su respiración era agitada y sus piernas temblaban, apenas y pudo ingresar a su casa.

Naruto quien iba pasando por ahí, listo para disculparse por ser un tonto, lo vio correr de regreso y lo siguió ahora que lo había encontrado.

Sasuke cayó de rodillas al piso cuando estás ya no respondieron, temblaban demasiado para mantenerlas de pie, se asustó un poco por lo que estaba ocurriendo.

— Sasuke, ¿Estás bien? — pregunto el rubio cuando llegó y lo vio arrodillado.

— Naruto, me siento mal — agrego con sus ojos cristalizados.

— ¿Qué pasa?, ¿Qué tienes? — pregunto asustado, pero tratando de no sonar así y poner peor a Sasuke.

— No lo sé, no siento mis piernas, mis manos están dormidas...

— Tranquilo, necesito que tranquilices.

— ¡Naruto! — grito de un momento a otro, espantando al nombrado — Todo me da vueltas, ¿Dónde estás? — hablo mientras lágrimas caían de su rostro y trataba de palpar el piso, buscando algo.

— Aquí estoy, aquí estoy — hablo, sujetando su mano — Te llevaré al hospital, pero necesito que te calmes, no podremos ir así.

— No, no puedo calmarme, no quiero ir al hospital.

— Hey — con sus manos sostuvo su rostro — Tendrás que ver a un doctor, es por tu bien, pero si sigues así, no llegaremos hasta ahí.

El azabache respiro profundamente y asintió, antes de que todo se volviera negro para él.

— Sasuke, Sasuke — fue lo último que escuchó.

Cuando despertó todo le daba vueltas, pero logro reincorporarse, solo para darse cuenta que estaba en un hospital, el olor era a medicina y el color blanco de la habitación solo se lo recordaba.

Estaba completamente solo, le recordó a el mismo en la misma situación años antes, cuando le dieron la noticia de que estaría solo para toda su vida, que triste, después de todo no hizo nada para cambiarlo.

En ese momento una rubia entro a la habitación y venía acompañado de otro rubio pero más pequeño.

— Bien, Sasuke, que bueno que has despertado — menciono mientras se acercaba a su cama.

El azabache miraba seriamente, aunque estuviera aterrado por dentro.

— Antes de que digas algo Oba-chan, ¿Puedo quedarme aquí? — pregunto el rubio hacía su amigo.

El azabache asintió, de todas formas, fue el, el que lo trajo, decirle que se fuera sería desconsiderado, a quien le importa, quería que se quedara.

— Muy bien ustedes dos, Sasuke, la verdad es que tú cuerpo se encuentra en muy malas condiciones, puedo ver tus huesos, puedo ver tus ojeras, se trata de un problema de desnutrición — aclaro revisando unos documentos.

El rubio miro sorprendido, no estaba seguro lo que significaba, pero sonaba a algo malo, además Sasuke no estaba en mejores condiciones, eso solo le aclaro que estaba enfermo y por lo tanto podías considerarlo un inútil.

— No hay mucho que hacer, tomarás medicamentos, necesito que te alimentes mejor y sobre todo que te cuides, por favor.

— ¿Estará bien? — pregunto Naruto.

— Si, pero hay un problema, Sasuke vive solo, necesito que alguien lo vigilé, para saber que todo está bien — hablo pensativa.

— Yo puedo estar con el Oba-chan, yo cuidare de Sasuke.

— Tu también eres un niño Naruto, yo hablo de un adulto — dijo y el rubio bajo la mirada.

— Puedo quedarme con Naruto, solo para asegurarse que no me pasa nada malo, tampoco necesito que me cuiden — hablo enojado.

La rubia resoplo, parece que esos dos solo querían estar juntos, después de todo si eran buenos amigos.

— De acuerdo, pero entonces Sasuke te irás a vivir a casa de Naruto, es la que está más cerca del hospital.

El azabache no protesto, y Naruto tampoco, ambos estaban de acuerdo, en esta convivencia.

— La verdad —