¿Qué tienes con ella?

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Cuando abrió los ojos, gracias a su reloj mental, estaba acurrucado en el pecho de su amigo.

Estaba medio dormido y era tan calientito, se hundió más en el pecho contrario, como respuesta recibió los brazos del rubio en un abrazo.

Y se hubiera quedado así, de no ser porque su lógica volvió, abrió los ojos en grande y se separó, pateando al rubio en el proceso.

— Agh, ¿Qué pasó? — pregunto mientras se levantaba del piso.

— Te caíste — fue la simple respuesta por parte del azabache.

El rubio se froto la zona afectada por el golpe y se levantó, recogiendo la cobija y la almohada que quedaron en el suelo.

— Buenos días — menciono con su sonrisa, pero Sasuke ya no estaba en la habitación — Buenos días — se contestó de vuelta.

Sasuke empezó a hacer el almuerzo, tratando de bajar los colores que tenía en la cara, se sentía demasiado abochornado, solo en recordar cómo se abrazaba al rubio.

— Tch, ya cállate — se dijo a sí mismo, mientras cocinaba enojado.

— Bueno, yo solo iba entrando ttebayo.

Sasuke se sorprendió en cuanto escuchó la voz, su cara amenazó con colorearse, pero antes de eso, pensó en todo lo malo del mundo, y siguió cocinando.

— Sasuke, la comida no tiene la culpa — hablo cuando vio como masacraba esa pobre fruta.

— ¿Eh? — pregunto y se dio cuenta que su fruta picada, ahora era puré de frutas, respiro con resignación y detuvo su cruel matanza — Lo lamento...

— No pasa nada, el puré de frutas me gusta mucho, ttebayo.

— Si, claro, no, lamento todo, siento que te estoy estorbando, no es mi intención.

— No, no digas eso, no me estorbas, estas aquí porque lo necesitas y yo estoy bien con eso, me alegra que podamos compartir tiempo juntos, la verdad... — pero fue interrumpido por un toque en la puerta.

El azabache estaba esperando las palabras de su amigo, pero el sonido de la puerta lo despertó de su ensoñación, se dirigió a abrirla con pereza.

— Hola Naruto-kun, oh, Sasuke-kun — vio a la ojiperla y recordó todo lo que había pasado un día antes, sintió un fuerte enojo y desilusión, pero se quedó esperando a que hablara — ¿Está Naruto-kun?

— Depende, para que lo quieres — hablo seriamente.

La chica se sorprendió por la extraña actitud del Uchiha, no iba a mentir, se sentía un poco intimidada por él, Sasuke siempre daba una vibra de superioridad.

— Quiero hablar con él y tal vez salir a — como respuesta recibió un portazo en la cara.

Enojado se dirigió al rubio y estuvo a punto de golpearlo, pero se controló, no tenía el derecho de nada.

— ¿Quién era? — pregunto el rubio, que disfrutaba de su puré de frutas.

— Hinata — menciono lo más calmado posible.

El rubio casi escupe su fruta, abrió los ojos en grande y un pequeño sonrojo apareció en su rostro, eso no causo más que un enfado en Sasuke, quien frunció el ceño muy molesto, ni él sabía porque estaba enojado, pero lo estaba.

— ¿Hinata? — pregunto después de limpiarse con una servilleta.

— Hinata — respondió él.

— Hinata... — hablo despacio.

— Hinata — aclaro Sasuke.

Mientras tanto Hinata, se había quedado afuera, con un golpe por la puerta, mientas trataba de escuchar algo, pero solo lograba entender su nombre.

— De acuerdo, ¿Necesitas algo?, Saldré un rato.

A ti, fue lo que pasó por la mente del azabache, quien quito rápido esa idea de su cabeza.

— No — salió casi inaudible.

Pero Naruto tenía una facilidad para escuchar hasta los respiros de Sasuke, por lo que asintió y salió del departamento.

Sasuke los siguió con la mirada, después de todo Naruto se había hecho cercana a la chica y él no podía hacer nada en contra.

Se quedó mirando la ventana, por quizás unos 20 minutos, cuando se dio cuenta que seguía en esa posición, se separó avergonzado y se dirigió a cualquier parte de la casa, con tal de no pensar en su desgracia.

Pero cuando pensó en hacer algo, unos toques en la puerta lo despertaron, tuvo que ir a atender, ¿Desde cuándo el rubio era tan cotizado?

— Sasuke-kun — y volvió a cerrar la puerta de golpe.

Bueno no era tan grosero, no tenía por qué reaccionar así.

— ¿Qué se te ofrece Sakura? — pregunto después de abrirle la puerta y observar como la chica se tocaba el golpe, vaya, el día de hoy ya había golpeado a dos chicas.

— Solo quería pasar a saludar, me dijeron que estabas mal y que ahora vives aquí — contaba con una sonrisa.

— Estoy bien, ¿Eso es todo?

— Ah, pues bueno, quería hablar contigo de algo, no sé.

— No — y estaba dispuesto a cerrar la puerta de nueva cuenta, cuando recordó que estaba solo y que el usuratonkachi de Naruto había salido con esa tal Hinata, del puro enojo la dejo entrar, compartiría su miseria con alguien.

— Gracias por dejarme pasar, quería ver cómo estabas y la verdad no sé si Naruto sea la mejor opción para quedarte.

— ¿De qué hablas? — pregunto serio.

— Ya sabes él también está solo y ¿No sería mejor que vivieras conmigo?, porque yo tengo a mis papás y...

— No Sakura, estoy bien viviendo aquí.

— De acuerdo, solo quería ayudar...

— Comprendo, pero no me interesa.

— Ya...

La habitación quedó en un silencio incómodo, Sakura no sabía que más decir y Sasuke pensaba como correrla de la mejor manera.

Para su suerte, la puerta se abrió en esos momentos.

— Tadaima — hablo el rubio — Oh, Sakura-chan — menciono al verla en su sala.

— Hola, Naruto — saludo está.

— Perdón, si estaban ocupados, mejor los dejo hablar — menciono nervioso.

— No, está bien, yo ya me iba, piénsalo por favor Sasuke — pero recibió una mirada de odio.

— Adiós, Sakura-chan, nos vemos — la pelirrosa solo movió su mano en señal de despedida — ¿Qué tienes que pensar?

— Nada que te importe — le respondió y se dirigió a la habitación, tenía que descansar ¿No?, Pues eso haría.

— ¿Por qué siento que hice algo mal? — se preguntó a el mismo.

No tuvo más opción que ocuparse de algo y pensar que hacer de ahora en adelante.

— ¿Qué tienes con ella? —

Lo Que Siento Por TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora