En casa

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Cuando llegaron a la casa, el ambiente estaba algo tenso, ninguno de los dos dijo nada en todo el camino y no sabían cómo iniciar la conversación.

— Prepararé algo de comer, me dieron una lista de los alimentos que tienes consumir, no sé cocinar, pero algo puedo hacer.

— No es necesario, yo puedo cocinar — agrego mientras se dirigía a la cocina.

— Lo sé, pero por lo menos descansa el día de hoy, yo puedo cocinar algo.

— No estoy enfermo, usuratonkachi.

— Ese es el problema, si lo estás, Oba-chan lo dijo, solo descansa está noche, por favor.

— Tsk, no me vas a decir que hacer dobe.

— Si, ya lo sé, pero descansa un poco, ¿Sí?, Por mi — le agrego.

Justo en el corazón, pensó Sasuke, el tonto de su amigo sabía cómo convencerlo, a regañadientes camino hasta a su cama y se acostó, Naruto solo sonrió.

Salió de la casa por los ingredientes, pues el normalmente solo tenía ramen y Sasuke no necesitaba ramen, necesitaba otro tipo de alimentos.

— Oye, demonio — grito uno de los aldeanos que pasaba por ahí.

El rubio lo ignoro.

— Quítate del camino — grito un niño mientras lo empujaba.

Naruto cayó al piso, pero solo se levantó y siguió caminando hacía su destino.

Muchos niños jugaban y gritaban, mientras lo atropellaban y evitaban que avanzará correctamente, con dificultad logro caminar hacia las tiendas.

— No eres bienvenido aquí demonio — hablo un señor de una tienda, mientas le lanzaba una manzana.

Con sus reflejos logro atraparla y la guardo en su bolsa, por lo menos le serviría para comer.

Siguió caminando hasta una de las últimas tiendas de la zona, la cual estaba algo vacía, con unas pocas personas.

— Supongo que ya me voy — agrego una señora poniendo mala cara al ver entrar al rubio.

Naruto solo espero a que todos salieran de la tienda, evitando con ello las miradas.

— Hola, Naruto — saludo la chica con una sonrisa, Naruto se permitió sonreír.

— Hola, Mila, ¿Como va todo? — pregunto mientras observaba los productos.

— Todo bien, dentro de lo que cabe, papá está más estable, espero que pueda mejorar.

— Mi Oba-chan es la mejor, tu papá de seguro se recuperará, ttebayo.

Mila sonrió ante la energía de su mejor cliente.

Conoció a Naruto unos años antes, lo veía pasar por las calles, mientras los niños lo ignoraban o lo trataban mal, los adultos no hacían algo diferente, eso le molestaba demasiado.

— Aléjate demonio, no quiero jugar contigo — grito un niño listo para lanzarle un balde de agua.

— Ustedes aléjense — grito una chica.

Los niños salieron corriendo, pues se trataba de una persona más grande y tenían miedo de ser regañados.

— ¿Estás bien? — le pregunto tendiéndole la mano.

El blondo dudo en agarrarla, no quería que, al momento de tomarla, lo lanzará o le hiciera algo, tenía muchas experiencias de ese tipo, pero la alegre chica tenía una sonrisa sincera, que le hizo confiar, tomando su mano, y levantándose.

— Muchas gracias — contesto contento.

Desde ese momento se empezaron a llevar bien y cuando el padre de Mila cayó enfermo, Naruto no dudo en obligar a su Oba-chan a tratar al hombre, pues sabía lo buena doctora que era y lo mucho que podría ayudar.

Mila le había agradecido enormemente, regalándole uno que otro alimento de vez en cuando, sobre todo porque Naruto podía pagarlo.

— ¿Que te trae por aquí?, ¿Necesitas una dotación de ramen instantáneo? — pregunto buscando las sopas.

— Quisiera, pero no, necesito está lista — agrego mientras se la entregaba.

— Veamos, tomate, lechuga, pan, fruta, wow, esto no tiene nada que ver con lo que tu comes, ¿Alguna razón?

— No es para mí, es para un amigo, él va a necesitar ese tipo de comida.

— Ah, ya veo, entonces déjame ir por ellas, las tengo atrás, te daré las más frescas — dijo mientras le señalaba que hiciera silencio — Shhh, es un secreto, a los demás les toca lo de hace días — agrego riendo y saliendo de ahí.

Naruto miro divertido y siguió observando la tienda, tenía muchas cosas nuevas, no solo vendía comida, si no que otro tipo de cosas, ropa, objetos del hogar, juguetes, entre otras.

Observando las cosas, su mirada captó un libro, había varios, pero hubo uno en específico que llamo su total atención, tenía en la portada una pareja, pero no cualquier pareja, una de hombres, leyó el resumen de atrás y hablaba de una historia de amor, entre dos estudiantes, le pareció interesante y decidió llevárselo.

— Listo, aquí están todas tus cosas, eh, ¿Qué tiene ahí?

El rubio dio un salto, en cuanto escuchó la voz, más porque se estaba imaginando un mundo alterno estudiantil junto a Sasuke, rápidamente elimino todas esas ideas de su cabeza y camino hacia la chica.

— Pensaba comprar este libro — le contó mientras se lo daba, más para que se lo cobre.

— Oh, interesante, romance juvenil, muy buena decisión — agrego guiñándole el ojo.

El rubio asintió y solo espero pacientemente a que le cobrarán todo.

— Muy bien, todas las cosas más el libro, son un total de... — abrió los ojos en grande por el monto a cobrar — Bueno, si te hago un descuento...

— No te preocupes, puedo pagarlo, el dinero va por parte de la Hokage.

— Bien, en ese caso, disfruta tus compras y ten cuidado, es la hora pico en estos momentos.

Naruto entendía el punto, era el momento en que más personas se juntaban en la calle, eso no debería de ser un problema, no debería, pero para Naruto las cosas son diferentes, está claro que la mayoría de la aldea, lo detesta, pasar cerca de ellos no era la mejor idea.

Tuvo que rodear a las personas lo más que pudo y aun así, se topó con unas personas malagradecidas, digo, como si el sacrificio de su padre, hubiera sido en vano.

— Eres un tonto, ¿Qué traes ahí?, ¿Comida?, ¿Para qué quieres alimentarte?, Sera mejor que te mueras de una vez — hablo uno de los señores, olían al alcohol, siempre era lo mismo.

De la nada, sin que se diera cuenta, un kunai le rozo cortándole parte de su manga y su piel en el proceso.

Se sorprendió al ver que un niño le había lanzado un arma y solo siguió su camino, unas lágrimas traicioneras se deslizaban por sus ojos, mientras las trataba de frenar, de todos modos, eso era cosa de todos los días.

Regresaría a su casa, porque tiene mejores cosas que hacer y por primera vez, a alguien esperándolo.

— En casa —

Lo Que Siento Por TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora