Daphne
Llegué a la oficina en coche, después de muchos días habiendo pedido taxis.
La verdad es que ayer pude dormir muy bien, y he de decir que me he levantado de buen humor. He decidido ponerme uno de eso vestidos que tenía en el fondo del armario, de color blanco y estrecho adaptándose a mis curvas a la perfección, y con un poco de escote. He de decir que me sentía increíblemente sexi. Encima, decidí ponerme también esa ropa interior de lencería que tenía escondida.
Estaba acabando de leer uno de los últimos capítulos del libro que estaba editando y leyendo uno de los contratos y acuerdos con el autor, cuando me interrumpieron.
—Daphne, el señor Brown solicita pasar— me informó Ness, mi secretaria. Una chica más poco más joven que yo, rubia y con gafas.
—Dile que pasé— le comuniqué.
Pocos segundos después apareció mi amigo en uno de sus trajes. Siempre elegante y atractivo.
—Buenos días, bombón— me sonrió, sentándose delante de mi escritorio.
—¿Qué tal, Derek? —le pregunté, dejando de lado lo que estaba haciendo.
—Muy bien, pero no estoy aquí para hablar de mí— me sonrió y le miré confundida.
—¿Y de quién quieres hablar?
—¡Chica! ¡Quiero saber qué está pasando con el jefe! —me dijo con entusiasmo.
—No hay nada que saber...
—Cuéntame todo, inocente Daphne— dijo divertido.
—No vuelvas a llamarme inocente— repliqué.
—Está claro, ya no lo eres.
—Bueno, ¿qué es lo que quieres saber exactamente?
—¿Qué ha pasado con Aquiles? Y ¿por qué no me lo has dicho?
—Lo que ha pasado es que lo hemos hecho, y no te lo he dicho porque no suelo ir contando mis encuentros sexuales con cualquiera.
—Voy a obviar que me has dicho que soy cualquiera y que no me ha dolido— se puso una mano en el pecho, dramatizando la situación.
—Sabes que no era eso a lo que me refería. Pero es que no sé qué contar y que no, estoy confundida...
—Tranquila, Daph. Alex me ha contado cómo te sientes y te puedo llegar a entender, créeme.
—¿Qué hago, Derek? — dije poniendo una mueca triste, e incluso dramática.
—Ven aquí, bombón— se me acercó para abrazarme. Siempre me había gustado estar abrazada a él—. Haz lo que sientas y lo que te apetezca. Siempre contarás con mi apoyo.
La verdad es que entre Derek y Alex conseguían ayudarme y aclararme muchísimas cosas. Siempre estaban para mí y yo siempre iba a estar para ellos. También suelen comprenderme muy bien en todos los sentidos, ya que por el trabajo y más cuando tenemos cosas importantes suelo estresarme bastante porque soy muy perfeccionista y todo tiene que salir bien, y ellos me ayudan siempre que pueden.
—Señorita Fox, siento interrumpirla— me llamó Ness—. El señor Price está fuera esperando para entrar a hablar con usted. Le he dicho que estaba ocupada, pero me ha dicho que es importante.
—Tranquila, Ness. Me despido de Derek y puede pasar— le dije y asintió.
—Bueno, bombón, te dejo con el jefe— me guiñó un ojo, mientras se dirigía a la salida.
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HAZLO CONMIGO
RomanceDaphne Fox vive en Nueva York después de haber perdido a su familia en un accidente muy trágico que le dejo consecuencias. Ella sintió que estaba sola hasta que lo conoció. Aquiles Price, un hombre frío e imponente, de hielo, entrará en su mundo pa...