CAPÍTULO 9

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Daphne

Me desperté con los primeros rayos de luz que entraban por el gran ventanal de mi habitación. Me removí por la cama y me di cuenta de que Aquiles ya no estaba.

La verdad es que ya me lo esperaba que se hubiese ido. Me quedó claro que él no dormía con sus ligues, y él lo hizo conmigo. Seguramente se fue en cuanto me quedé dormida.

Me levanté y fui a darme una ducha. Hoy volvía al trabajo y quería volver lo más normal posible, como siempre. Así que no tardé mucho en arreglarme. Me puse uno de mi vestido y me sequé el cabello, dejándolo caer por mi espalda.

Cuando acabé de vestirme, recogí un poco la habitación, ya que estaba todo hecho una mierda, e hice la cama.

Fui a abrir la puerta de mi habitación para dirigirme a la cocina para hacerme un café, pero me quedé sorprendida al abrirla.

Estaba Aquiles en mi cocina. Delante de la cafetera. Ya estaba vestido.

Me quedé boquiabierta. Yo pensaba que ya se había ido. Caminé lentamente hasta que me situé a su lado. Me miró con una sonrisa.

—Buenos días, dormilona.

—Buenos días— le contesté, aún un poco sorprendida.

—Si no te levantabas, iba a ir a hacerlo yo.

—Pues no ha hecho falta— le sonreí—. Pensaba que te habías ido...

—Te dije que no me iba a ir, Daph. Cumplo lo que digo— me acarició la espalda.

No dije ni hice nada más, solo lo abracé. De verdad que no me esperaba que estuviese aquí.

—Déjame ver— me cogió de la barbilla y pasó su pulgar por encima de mi pómulo —Está bastante bien, casi no se ve. Un poco de maquillaje y arreglado.

—Sí, después me maquillaré.

—Ten— me dijo en cuanto se separó y me tendió una taza de café.

Fuimos hasta la isla y nos sentamos en los taburetes mientras tomábamos el café. La verdad es que tenerlo aquí, me había alegrado la mañana. Me sentía genial con él. Es reconfortante. 

Puede llegar a ser frío —aunque conmigo no lo es mucho— e intimidante, pero en verdad tiene un buen corazón, aunque él no lo quiera admitir. Detrás de tanto tatuaje y músculo hay una personita cálida.

No sabía muy bien que tipo de relacion teniamos. Estaba confundida. Aquiles me confundia. Porque muchas veces pensaba que teniamos una amistad, pero despues hacía cosas que para nada harían amigos, y eso me confundía. 

—Me gustaría que te pusieses al día con la editorial. Laurel es la chica que ha estado reemplazando, y lo ha hecho como el culo. Necesito que vuelvas fuerte —lo miré y asentí—. Por eso, te reunirás conmigo y también haremos una reunión con Derek y Alex para cerrar el contrato que llevabas tú.

—Está bien. En cuanto a la celebración de mañana, ¿está ya todo preparado?

—Sí, pero quiero acabar de hacer unos arreglos que te implican. Me han dicho que tienes buenas ideas. Así que en cuanto lleguemos, ve a tu despacho y que tu secretaria te ponga al tanto y después ven a mi despacho. Llévate todo lo que necesites, porque dudo que vuelvas a tu despacho en todo el día.

Continuamos hablando durante todo el desayuno. No fue nada incómodo. Incluso nos reímos. Parecíamos amigos y todo. Estaba cómoda con Aquiles, no había nada más que decir. Verlo tan tranquilo, tomando un café y sus ojos grises que de vez en cuando se encontraban con los míos, era perfecto.

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