CAPÍTULO 18

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Daphne

Viernes. Me levanté con dolor de cuello por haberme quedado dormida en el sofá. Hoy no iba a trabajar porque teníamos el evento y los cinco que íbamos, pedimos un día libre para prepararnos y obviamente Aquiles nos lo concedió.

A las siete de la tarde me pasaría a buscar Derek en su coche. Me sentía una niña pequeña que no podía ir a ningún sitio y tenía que pedir permiso para salir y que la llevaran.

Odio no tener independencia.

Eso era otra cosa que amaba de tener coche, el no necesitar de nadie, no tener que esperar a alguien que me lleve, coger el coche e irme a donde quisiera ir.

Ahora ya no podía.

Era por la mañana así que tenía rato para prepararme. No sabía qué vestido me pondría. Saqué algunos que tenía guardados y los puse junto al rojo que me llegó ayer.

Puse música en el altavoz mientras me preparaba el desayuno. Hoy me quería sentir bien, no deprimida como me había dicho Alex.

Bailé y canté mientras hacía toritas y un café. Después me lo desayuné mientras leía un libro al lado de la ventana que daba el sol. Me pasé horas leyendo. Perdía la noción del tiempo cuando leía y no me importaba, sobre todo cuando no tenía nada que hacer.

Decidí empezar a hacer la comida. No se me daba muy bien cocinar, pero lo intenté. Me hice unos macarrones con una salsa que me guiaba una chica del YouTube. Pasé toda la mañana sin hacer nada.

Después me comí los macarrones, que no me quedaron nada mal y estaba muy orgullosa de mí misma. Quería llamar a mi madre y decirle que por fin pude cocinar algo decente, pero recordé que no podía hacer eso.

No quise darle más vueltas así que me fui a duchar para empezar a prepararme. Me duché tranquilamente, aplicándome todos los champús en los que consistía mi rutina. Me depilé y exfolié la piel. Después al salir seguí escuchando música, y envuelta en una toalla, me senté en mi cama para empezar a aplicarme mis cremas y aceites.

Me gusta cuidarme, pero no lo hacía siempre.

Ese día tenía tiempo así que aproveché. La hora se fue acercando así que decidí secarme el pelo y después cogí la plancha y lo alisé, dejándolo completamente lacio, además que no me daba tiempo de hacerme otra cosa.

Después de acabar con el pelo, apenas me quedaba una hora, empecé con el maquillaje. Muy sencillo, solo un poco de sobras, corrector, máscara de pestañas, un poco de highlighter y un labial rojo.

Cuando apenas quedaban quince minutos decidí ponerme las joyas. Unos pendientes muy bonitos largos, de diamantes, parecidos a los que llevé con Aquiles ese día, pero no iguales. Me puse también una pulsera que iba a conjunto con los pendientes y finalmente unos anillos.

Ahora solo me quedaba elegir el vestido. Una vez en ropa interior me coloqué delante de los vestidos. Empecé a descartar alguno que ya no me gustaba o no me parecía apropiado para un evento como ese. Me quedé con tres. Uno lo descarté porque no me entraba, así que solo me quedé con dos: el negro que me puse en el evento de la editorial y...el rojo.

Mi teléfono empezó a sonar sacándome de mis dudas. Fui corriendo hacía él y lo cogí.

—¿Diga?

—Bombón, estoy esperando abajo— me dijo Derek.

Mierda.

—Emm— empecé a coger unos tacones y un bolso que pegaran con el vestido—. En cinco minutos bajo— le colgué y empecé a meterme en el vestido rojo que no sé en qué momento lo elegí, pero ya no me daba tiempo a quitármelo.

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