THE INNKEEPER

Capítulo 25

Pasó otro año con la posada cada vez más ocupada, pero por suerte, con las runas cada vez más grandes que Harry y Tom habían colocado, nunca se quedaron sin espacio. Sin embargo, empezó a quedar claro que Dumbledore empezaba a sospechar que algo estaba pasando.

Después de todo, en el último año, las manadas, los grupos y los oscuros conocidos habían comenzado a desaparecer, ya sea hacia el continente (donde él, agradecido, tenía mucha menos influencia) o hacia la posada, que era un lugar que nunca podría encontrar.

Sin embargo, a esto se sumaba el hecho de que los juicios habían comenzado para casi todas las personas que habían estado en Azkaban, esta vez sin mantener el secreto. La información en la que se basaban sobre cómo se mantenía a estas personas en la prisión se publicó antes del juicio real.

Esto dio al público la oportunidad de conocer su propia opinión sobre lo que estaba sucediendo. Además, ayudó a que la gente dejara de ver a la mayoría del bando de la Luz como los que todo lo saben, después de todo, si estaban dispuestos a llegar tan lejos por gente que nunca había hecho nada, qué estarían dispuestos a hacer con los que tenían una mano en los crímenes.

No se dijo tan claramente, pero era obvio en la forma en que la gente comenzó a comportarse, y a retirar su apoyo a Dumbledore -aunque no fuera tan obvio todo el tiempo- fue suficiente para que el anciano comenzara a actuar.

Cuando los primeros partidarios de los Oscuros fueron absueltos de la razón por la que estaban en Azkaban en primer lugar, también empezaron de nuevo las incursiones en nombre de "el Señor Oscuro Voldemort", con Dumbledore tratando de señalar a las mismas personas que había sido acusado de encerrar no hacía mucho tiempo. El hecho de que empezara a señalar en su dirección en el momento en que se habían liberado fue suficiente para que mucha gente lo dudara.

Sin embargo, Tom y los de la posada consideraron que esto les beneficiaba, después de todo, con Dumbledore haciendo todo el trabajo por ellos para asegurarse de que su nombre fuera arrastrado por el barro, podían preparar lo que iba a venir.

Las señales estaban ahí, Dumbledore se estaba asegurando de que la gente también tuviera sus dudas sobre los Oscuros, y los que estaban demasiado pendientes de él no se lo pensarían dos veces antes de saber que había algo de verdad en sus palabras, o simplemente no querían perder su propia posición en el mundo (la misma posición que Dumbledore les había ayudado a conseguir).

Sin embargo, lo único que le preocupaba a Tom ahora era asegurarse de que sus seguidores estuvieran a salvo, especialmente los que ya habían sido encerrados una vez, quería evitar que tuvieran que volver tan pronto después de conseguir su libertad. Aunque el jefe del departamento de aurores supiera lo que había que vigilar, no quería dar a Dumbledore o a los de su calaña la posibilidad de llegar a los que estaban cerca de él. Quién sabe lo que el hombre haría, o haría que alguien les hiciera daño.

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Por eso estaba teniendo esta conversación con una de sus seguidoras favoritas, y amigas, a la que no quería ver encerrada de nuevo. O peor aún, descubrir que la habían matado por la naturaleza mágica que tenía.

-Bella, sé que quieres volver a casa, pero con lo que está pasando ahora, no podemos arriesgarnos. Por un lado, están vigilando tu casa, y la de los demás, y no quiero volver a perderte tan pronto después de haberte liberado-.

La bruja hizo un mohín ante eso, ya había dicho que se sentía encerrada con solo poder ir a todos los lugares de la posada, y a la mansión Malfoy (esa última nunca había sido vulnerada, ni Lucius había sido encerrado), que era uno de los únicos hogares de la familia que estaba libre de todo lo que había estado sucediendo. Sobre todo por la posición que él también ocupaba dentro de la Comunidad Mágica.