Luna comenzó a sonreír, mientras Tom y Harry se daban cuenta de lo que acababan de decir. Los demás, que tenían una corazonada, sólo se volvieron hacia la adolescente rubia para verla sonreír, sabiendo que esto había estado ocurriendo durante más tiempo del que cualquiera de ellos era consciente.
El clan Weasley, así como Draco, Hermione y Narcissa, miraron desde los dos hombres de la puerta, hasta los demás de la propia posada. Sin saber muy bien lo que estaba pasando, sólo que era algo esperado por los habituales, o que vivían en la posada.
Harry se limitó a negar con la cabeza: -Esto tenía que salir a la luz de alguna manera, no esperaba que ninguno de nosotros lo mantuviera en secreto como el año pasado-.
Luna se limitó a soltar su risa pensativa, sonriendo mientras extendía la mano para cobrar la apuesta que había ganado. Tal y como ella sabía que haría, y una de las principales razones por las que había mantenido todo esto en silencio.
Dimitriv, Sirius, Remus y Severus parecieron querer acercarse a hablar con Tom por un momento, antes de que los cuatro cambiaran de opinión. Conocían al Señor Tenebroso desde hacía mucho tiempo, y habían creído que él y Harry encajarían perfectamente. No había ninguna razón para que el hombre que había hecho tanto por todos ellos, por la comunidad y por el Lado Oscuro, se convirtiera de repente en un hombre totalmente diferente sólo porque saliera con su ahijado/sobrino.
En todo caso, era la pareja perfecta. Ambos tenían deberes que estaban directamente relacionados con la comunidad. Y ambos llevaban ya años dentro de la propia comunidad, para asegurarse de que ésta pudiera prosperar y estuviera protegida de aquellos que querían hacerles daño a todos.
Algo que se había demostrado una vez más, cuando Dumbledore estaba dispuesto a acabar con una de las familias más antiguas de la Luz, por la única razón de que su hijo menor era un peligro para la máscara que presentaba al mundo. Aunque esa máscara estuviera agrietada desde hacía años, y la única razón por la que el Viejo Chiflado se la puso fue como fachada hacia sus seguidores, para hacerles creer a todos que la causa aún no estaba perdida.
Tom miró a la manada de pelirrojos y a una rubia: -Señor Weasley, señora Weasley, confío en que todos estén bien de salud-.
La mujer más pelirroja asintió, mirando por encima de su marido, sus hijos y su nuera, -Lo estamos gracias a usted y a los suyos, señor. Salvo el shock por lo ocurrido y la constatación de la verdad, creo que todos estamos bien-.
Tom asintió, -Me alegro de oír eso. Se les proporcionarán habitaciones aquí en la posada, a menos que mi amante tenga algún problema con eso-.
Dicho amante negó con la cabeza, pasando junto a ellos para ir a ver las habitaciones que aún tenía disponibles y que estaban cerca. Como para asegurarse de que la familia no necesitara ser separada después de lo que les había sucedido.
Cuando regresó con varias llaves en la mano, el señor y la señora Weasley se miraron: -No creo que podamos pagar tantas habitaciones, señor-.
Harry se limitó a sonreír: -Esto no les cuesta nada, señor y señora Weasley. La posada es, y siempre será, un santuario para aquellos que necesiten un lugar donde alojarse. En el peor de los casos, ya que hay bastante gente en la posada ahora mismo, sería que otros vinieran a pedirles un favor.
Si lo que he oído de Luna es cierto, eres muy hábil tejiendo, ¿no? La gente puede acudir a ti para que le ayudes con una bufanda, o para encargarte un jersey, ya que la mayoría de nosotros no podemos salir a comprar cosas así. Lo intentamos, pero nunca parece ser suficiente.
Nunca será suficiente, no mientras Dumbledore se mantenga demasiado cerca del poder y corrompa todo lo que le rodea-.
Los miró con tristeza: -Siento lo de su hijo. Cayó en la máscara que Dumbledore ha estado poniendo desde hace años, una máscara que la mayoría de nosotros pudimos ver a través de ella, pero de la que nunca se creyó-.
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THE INNKEEPER
FanfictionDimitriv había sido el guardián de la posada durante varios años, sin encontrar nunca un heredero que tomara el relevo, dejándole a él -con su vida inmortal- la vigilancia de la posada y de las criaturas que se acercaban en busca de santuario, comid...