Amelia Bones no pudo controlar su disgusto cuando se enteró de lo que casi le había pasado a la familia Weasley. Los cadáveres que encontraron en su jardín delantero fueron suficiente indicio de que algo había sucedido.
Cuando Ronald, el antiguo Weasley, gritó cuando le arrancaron la magia familiar, supo con certeza que la familia había sobrevivido. Algo que la hizo suspirar aliviada. Aunque habían perdido el contacto, ella había ido al colegio con Molly y Arthur, saber que algo podría haberles ocurrido por lo que su hijo menor había hecho, sería devastador.
Cuando Lucius Malfoy se presentó ante ella con la explicación de lo ocurrido, con los recuerdos tanto de él como de Arthur, para confirmar lo sucedido, había estallado. Saber que el viejo culón había llegado tan lejos. Como no pudo llegar a Ronald, pensó en matar a la familia del pelirrojo en una especie de retorcida retribución.
Después de todo lo que estaba ocurriendo, y ya había ocurrido, el hombre debería haber sabido que cada vez más gente miraba a través de su máscara. Sin embargo, siguió intentando mantenerla, llegando incluso a intentar matar a una de las familias más antiguas del territorio británico. Y para qué, para mantener una tapadera que ya había saltado por los aires.
-No me importa lo que cueste, pero quiero acabar con ese hombre. Entre la confesión de Ronald, otras personas que nos han estado contando lo que les ha pasado -(pero no tienen pruebas)- y ahora esto, ese hombre está como muerto-.
Mirando a Lucius, añadió: -Tus compañeros que vi, ¿estarían dispuestos a testificar?-.
Lucius abrió y cerró la boca: -Eso depende de cuán abierta esté usted dispuesta a ser, señora Bones-.
Ella parpadeó ante eso, hasta que recordó que uno de esos hombres tenía los ojos rojos -(algo que sólo tenía una persona en los últimos cien años)- y que el otro hombre (el más joven) tenía una marca de nacimiento muy reconocible en la cara.
Suspiró: -Creo que estoy dispuesta a arriesgarme con aquellos que han sido tachados de malos y malvados por Dumbledore y los suyos. Especialmente con todo lo que ha salido a la luz últimamente. Si están dispuestos a asistir, me aseguraré de que no les pase nada-.
Lucius asintió: -Me aseguraré de preguntar si están dispuestos a venir. ¿Debo pedir lo mismo a los Weasley?-.
Amelia parpadeó, antes de asentir: -Si puedes, entonces sí, por favor. También sería posible conseguir la información de contacto de Tedrick Parston, creo que ha estado esperando este momento durante los últimos veinte años-.
Lucius resopló, pero sacó una tarjeta de visita que guardaba de Tedrick y se la dio a Amelia.
-Puede que lo haga gratis, después de los juicios de los últimos años, sólo para estar seguro de que el Viejo Chiflado será metido entre rejas por todo lo que hizo, o intentó hacer-.
Amelia sonrió, antes de que un ceño fruncido se apoderara de su rostro. Miró la carta que tenía en sus manos antes de suspirar.
-Todo lo que va a ocurrir ahora, cambiará para siempre nuestro mundo, Lucius-.
El Malfoy asintió: -Lo hará, señora Bones, pero creo que será para mejor. Con Dumbledore fuera de escena, la gente podría empezar a pensar por sí misma. Cuando eso ocurra, quién sabe lo que puede pasar-.
La mujer lo miró y suspiró: -Supongo que eso podría ser un resultado, eventualmente. Después de todo, antes de que eso ocurra tendremos que lidiar con la mierda que es Dumbledore y la gente a la que le lavó el cerebro-.
Miró en dirección a las celdas de detención: -Creo que Ronald está recibiendo las consecuencias de sus actos. No ha preguntado ni una sola vez por Dumbledore, no después del primer día. En cuanto le quitaron la magia de la familia Weasley, ha estado llamando a sus padres la última hora. No creo que vengan-.
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THE INNKEEPER
FanfictionDimitriv había sido el guardián de la posada durante varios años, sin encontrar nunca un heredero que tomara el relevo, dejándole a él -con su vida inmortal- la vigilancia de la posada y de las criaturas que se acercaban en busca de santuario, comid...