Ser tuyo

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—Querida y bella esposa— comenzó a decir mientras su voz y manos temblaban — quería iniciar esto así, ahora que tengo el privilegio.

»ya han pasado unos años desde que te confesé que te amaba, honestamente no sé si fue en un sueño, lo digo porque así se sentía y también lo digo porque no sé si fue literal, desde que te conocí, que es prácticamente desde que existo, siento esa energía hacia tu persona, quiero estar contigo siempre, no solo en las buenas y en las malas, en la felicidad y la tristeza, no, me gustaría estar contigo en los momentos que te pierdes, en los momentos en los que estás ahí sin estarlo, en los momentos en los viajas a un mundo, a tu mundo.

»Quiero ser tu soporte, quiero ser tu escudo, y quiero que siempre que te sientas  sola, sepas que si me necesitas estaré contigo, te e dicho que te amo, no sé cuantas veces han sido, pero puedo decir muchas cosas y creo que estás consiente de eso, llegue a decirte que te odiaba, que eras patética o insoportable y tú siempre me regresaste todo eso, después de que nos decíamos eso nos lo repetíamos pero con una sonrisa en la cara.

»Yo sabía que todo lo que te decía era mentira, yo sabía que no te odiaba, yo sabía que no quería que te callaras, quería escuchar tu voz, todo el tiempo escuchó tu voz y eso me da paz. Me hace sentí yo, tengo miedo, miedo porque es real, miedo de que simplemente no puedo existir sin algo tan simple como tu voz.

»esa voz con la que has salvado a más de una persona, esa vos que alzas por muchas personas y esa voz con la que cada vez que tenía miedo me decía "Edmund, ya no tengas miedo" era tan absurdamente tonta esa frase que me hacía reír, y dejaba de tener miedo.

»Me gustan tus manos, adoro tus manos y tu las odias y no se porque, simplemente no lo se, esas manos simplemente adornadas con tus fríos anillos y de vez en cuando de un color que te ponía mi hermana en tus frágiles uñas, amo sentir esa cálida frialdad cuando acunas mi rostro entre tus manos, adoro las marcas que quedan en mis dedos, porque eso quiere decir que estuve sosteniendo tus manos.

»adoro tus pecas, otra de tus inseguridades, me recuerda a la noche estrellada en la que te pedí matrimonio, mejor dicho, ¿recuerdas la noche en la que te hice un discurso muy largo? Tu lloraste y no puede evitar yo también hacerlo, al final fue una simple pregunta, pero esa pregunta nos hizo llegar aquí, estás frente a mi, con un vestido hermoso y un poco de maquillaje, ¿puedo pensar que es para verte bonita para mi? Porque si es así me encantaría recordarte lo patética que eres, no lo tomes a mal, solo recuerda la noche en la que jugaba ajedrez solo, recuerdo que después de esa noche cuando nos fuimos a dormir, me dijiste esa frase, "Si algún día llegó a maquillarme para un idiota recuérdame que soy patética"

»bueno, aquí está tu idiota, y estoy orgulloso de serlo, me encanta poder ser tu idiota y tú mi patética y hermosa esposa, te amo ______. Te amo por muchas cosas que ya dije y muchas cosas que me faltan por decir, si me lo pides algún día te dire con gusto cada una de ellas.

»Solo quiero decir una cosa más, se que después de esto el juez dirá que esto se acabará cuando nos dejemos de amar o la muerte nos separe, estoy seguro que yo nunca dejaré de amarte y haré todo lo posible para que te sientas orgullosa de mi, haré todo lo posible para que esas mariposas de tu estómago sigan ahí. Te diría que no me importaría destruir mi mundo para salvarte, pero se que tu mundo es tu imaginación, tu mente y tu extraña capacidad de estar escuchando a alguien mientras tu te pierdes en tus pensamientos y mi mundo, eres tú, estoy dispuesto a que me destruyan a mi o destruirme a mi mismo, pero nunca dejaría que te destruyeran a ti o a tu mundo.

»Por eso hoy, te lo digo, gracias por dejarme ser tu idiota esposo, pero ser tuyo.

Mamála llamaba su hijo mientras ella tenía la mirada perdida a la ventana, el agua corría por el grifo mojando sus manos con las que sostenían un vaso — Mamá — él tocó su hombro y ella reaccionó dejado caer el vaso, «que por suerte no se rompió» y cerrando el grifo.

—Perdón Edm- Caspian — se corrigió a sí misma, su hijo la miró y suspiró, mientras que ella se tensó y miró sus manos — ¿que necesitas corazón?

—Necesito que me firmes el permiso para perder salir del colegio— se lo señaló en la mesa.

—Ah, si, si — dijo ella sonriendo— ¿tienes una pluma? — Caspian subió corriendo las escaleras a su habitación, sacando su baúl del armario que le habían regalado hacía ya quince años.

—¡MAMÁ! ¡MAMÁ! — comenzaron a gritar, dos niños salían corriendo del bosque. _____ al ver esto salió rápidamente de la cocina y corrió a ellos. — ¡MAMÁ! — ambos llegaron y la abrazaron.

—¿¡Que!? ¿¡Que tienen!? — les preguntó su hermano mayor mientras abrazaba a la más "pequeña"

—Caspian tranquilo, adentro — dijo su madre al notar a su hijo mirando alerta al bosque sosteniendo algo en su mano — Caspian, adentro.

—Mami lo vimos — dijo la pequeña abrazando el torso de su hermano.

—¿A quien? — le preguntó preocupada.

—A papá — respondió ella, ______ asustada tomó a sus tres hijos y los llevó a la casa, ella cargó al más pequeño mientras que Caspian a su hermana.

Entrando ella dejó a sus hijos en el salón y comenzó a cerrar todas las puertas y ventanas.

6|08|21

𝐄𝐥 𝐯𝐢𝐚𝐣𝐞𝐫𝐨 𝐝𝐞𝐥 𝐚𝐥𝐛𝐚 - 𝐄𝐝𝐦𝐮𝐧𝐝 𝐏𝐞𝐯𝐞𝐧𝐬𝐢𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora