Querido diario (LB'V)

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Una versión extendida y diferente a la historia original, se explicarán cosas que no fueron bien planteadas, así que pueden dejar preguntas sobre la historia aquí. ;) <3

Hola, querido diario, mi nombre es _________

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Hola, querido diario, mi nombre es _________. Hace casi un año me propuse en comenzar este diario, pero no había podido ya que te habías perdido entre algunas cajas al mudarnos.

Este año es 1942, han pasado algunas cosas, nos mudamos a casa de los tíos de los chicos, un poco tempestuoso por la relación de Ed con su primo. Ahora Lucy y yo comparamos habitación, a mi me encanta en realidad. Es muy reconfortante pasar tiempo con ella, me recuerda mucho a nuestra estancia en Narnia.

Ella y yo nos ayudábamos a arreglarnos el cabello, hace unas semanas la tía de Lucy nos prestó sus cosas para rizarnos el cabello, el cabello de Lu no reaccionó de la mejor manera y tuvimos que cortarlo. Pero en realidad le quedo muy bien.

Ya no es la niña pequeña de la casa, ahora es una adolescente muy valerosa, me gusta mucho el que sea una chica muy madura, supongo que el tener unos años de desarrollo mental en Narnia tiene sus ventajas.

Aunque hay un tema nuevo que no vivimos allá, en Narnia ella no tubo exactamente un interés amoroso, no digo que esté enamorada ahora pero cuando salimos al pueblo, ella se arregla muy linda y sus mejillas se sonrojan al ver a un chico, pubertad supongo.

Los Scrubb. Ese era el apellido de soltera de la señora Pevensie, vivíamos con el hermano de ella, era un hombre serió y no nos prestaba demasiada atención, la Señora Scrubb era una mujer agradable aunque pasaba mucho tiempo trabajando y finalmente Eustace, era resumidamente un Edmund antes de Narnia, egoísta, mimado, quejumbroso, además de más cosas, pero eso tristemente resalta.

Edmund compartía habitación con Eustace. No se soportaban, Edmund odiaba que su primo tuviera insectos enfrascados en su habitación una vez tratamos de pasar tiempo ahí, pero los insectos tintineaban golpeando con sus cuerpecitos contra el cristal, la verdad que no pude resistir más ahí. Ed y yo pasábamos tiempo cuando podíamos.

Eran vacaciones, pero en realidad no era como que estuviéramos muy libres, ayudábamos en lo que podíamos en casa y era un poco cansado ya que no era cómodo besarnos en un lugar con público, sea Lucy o Eustace, era incómodo.

Además

—Amor — escuche dos toques a la madera de la puerta después del llamado de Ed.

—¿Si? — me puse de pie y mirándome por unos segundos al espejo arreglé un poco mi cabello.

—¿Que haces? — abrí la puerta con cuidado y lo dejé pasar.

—Nada — cerré detrás de él y acomodé un poco mi vestido.

—Okay — respondió extrañado sentándose sobre mi cama, la cual los remaches de metal chillaron un poco — ¿quieres de compras conmigo y Lucy?

—Claro — se sentó sobre la cama y me analizo con la mirada,

—Ven — me acerqué viendo que es lo que haría y él comenzó a acomodar el dobladillo de la falda de mi vestido — me encanta como luces este vestido, se ve hermosos en ti — no pude evitar sonreír mientras lo escuchaba y sentía sus manos sobre mi cintura — quiero abrazos — me giré enseguida viéndolo sentándome en sus piernas mientras lo abrazaba — te extrañé hoy, extraño pasar mas tiempo contigo.

—Yo igual, pero por lo menos seguimos viviendo juntos — lo mire comenzando a acomodar su cabello en su frente para peinarlo como lo hacia entes.

—Eso si me encanta — cerro los ojos y se dejó llevar por mis caricias. — Me encantas — se giró y comenzó a dejar muchos besos cortos en mis labios — eres lo mejor que me a pasado — tomo mi mentón delicadamente y me acercó para besarnos.

Lo abracé por el abdomen, y recargue mi cabeza en su hombro, él me abrasó por la cintura y con una de sus manos acariciaba mi cabello, después de unos segundos levanté mi mirada para verlo y él igual me miró a mi, me incline un poco al igual que él y comenzamos a besarnos de una manera dulce, me sorprendió que él beso supiera a "delicias turcas" uno de los dulces favoritos de Ed y que según yo no había aquí. Pero eso era lo menos importante.

El beso se comenzó a intensificar y sentía como comenzaba a acariciar mi muslo, yo tenía mis manos en su cuello profundizando el beso, después de unos segundos sentí como el se puso de pie levantándome y después dejándome delicadamente en la cama, colocándose encima de mi, sin dejar caer su peso sobre mi, comencé a desabrochar el primer botón de su camisa.

—Oigan — mire rápidamente a la puerta la cual afortunadamente está cerrada — hay que salir.

—¡Ya vamos!

𝐄𝐥 𝐯𝐢𝐚𝐣𝐞𝐫𝐨 𝐝𝐞𝐥 𝐚𝐥𝐛𝐚 - 𝐄𝐝𝐦𝐮𝐧𝐝 𝐏𝐞𝐯𝐞𝐧𝐬𝐢𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora