Magia (LB'V)

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—Hola llegamos — Lucy entro antes de nosotros cargado la caja de las verduras.

Suspire cargando bien las bolsas se papel para no arriesgarme a que se rompan por el peso.

—Déjame ayúdate con eso — se ofreció Edmund mientras acomodaba entre sus abrazos otra de las cajas.

—Estoy bien — comencé a subir las escaleras del porche sosteniendo bien las bolsas escuchando un quejido de protesta.

Rápidamente se adelantó acercándose a la puerta agachándose un poco flexionando las rodillas, se quejó tratando de abrirla, con sus dedos trataba de tomar la perilla y girarla pero la caja no se lo permitía, lo mire unos segundos y después lo mire a la cara, de verdad se estaba esforzando. Pase las bolsas a mi otro brazo para acercarme a ayudarlo.

—No, no, casi lo logro — suspire rindiéndome para darle ese mérito, pero no esperaba que la puerta se abriera y al parecer él tampoco porque la caja se cayo se sus manos.

—Ed — se quejó Lucy que de seguro salió para ver si faltaba algo.

—Hola señor Harold — saludé rodeando a los chicos para entrar — intentamos comprar zanahorias pero solo había nabos — le dije mientras dejaba las cosas en la mesa — ¿Quiere que hagamos sopa para el almuerzo? — le pregunte a él tío de los chicos, que se dedicaba a leer su periódico e ignorarnos.

—¿La tía Alberta llegará pronto tío Harold? — preguntó Lucy, él simplemente la ignoró y Lucy solo suspiró para después entrar a la cocina, Edmund comenzó a hacerle muecas y sacarle la lengua al tío a lo que reí levemente.

—Padre — dijo Eustace desde las escaleras— Edmund se burla de ti — después de eso le lanzó una bola de papel con saliva por un popote, justo en el cuello.

Que asco.

Nota mental: no besar a Edmund en el cuello.

—Eres un — dijo el y comenzó a correr hacia Eustace.

—Edmund — lo llame algo agotada, de verdad que ninguno aprende.

—¡Padre me quiere golpear!— gritó Eustace corriendo y encogiéndose en las escaleras.

—Me rindo — rodé los ojos y ya no les dije nada más.

—Miren chicos — decía Lucy saliendo de la cocina — la envía Susan — los tres nos miramos emocionados y corrimos a la habitación que compartía con Lucy.

Llegamos y cerramos la puerta, después de eso nos sentamos en mi cama — ¿Que dice? — le pregunte a Lucy y ella comenzó a leerla.

"Desearía que estuvieran con nosotros, ha sido una gran aventura, pero nada como nuestros días en Narnia, América es muy emocionante, pero nunca vemos a nuestro padre, trabaja todo el tiempo. Fui la invitada de té al consulado británico por un oficial Naval, que además es muy apuesto, creo que le gusto un poco"

Mientras que ella leía mire a Edmund, parecía prestar un poco de atención mientras caminaba por la habitación, él también parecía cansado miré mis manos al verlo girarse a mi y que no se diera cuenta de que lo observaba.

"Parece que los alemanes han hecho difícil cruzar el océano, son tiempos duros, mamá espera que puedan pasar unos meses más en Cambridge"

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𝐄𝐥 𝐯𝐢𝐚𝐣𝐞𝐫𝐨 𝐝𝐞𝐥 𝐚𝐥𝐛𝐚 - 𝐄𝐝𝐦𝐮𝐧𝐝 𝐏𝐞𝐯𝐞𝐧𝐬𝐢𝐞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora