𝙻𝙴𝚃'𝚂 𝙽𝙾𝚃 𝙵𝙰𝙻𝙻 𝙸𝙽 𝙻𝙾𝚅𝙴 - [𝙲𝙷𝙰𝙴𝙽𝙽𝙸𝙴]

CAPÍTULO 47.

EPÍLOGO.

TRES AÑOS DESPUÉS.

Jennie se sentó en aquella banca en el parque. No sabía que hora era, pero ya era alrededor de las nueve de la noche. Había salido de su trabajo hace no mucho, pero decidió dar una pequeña vuelta por aquel lugar y disfrutar de la suave brisa que le brindaba aquella bonita y fresca noche de Seúl.

Había regresado a aquella ciudad hace un año y medio, esta vez, acompañada de su familia. Por fin había logrado darle a sus padres la mejor calidad de vida que se merecían, había logrado cumplir su sueño de ser una gran modista, al menos en Seúl. Pero sin duda todo su esfuerzo y sacrificio había valido la pena.

¿Pero por qué seguía sintiéndose incompleta? ¿Qué algo le faltaba?

Sabía que no podía quejarse de su estilo de vida, después de todo, hacia lo que quería, cuando quería y como quería, sin darle ningún tipo de explicación a nadie.

Pero aquello simplemente no la llenaba.

Incluso había tenido una relación seria, que por cierto, casi llega al matrimonio.

Im Nayeon había llegado a su vida un año después de haber regresado a Busan, iluminando su vida y dándole la felicidad y estabilidad que tanto había deseado. Y a diferencia de las otras anteriores, los padres de su ex-novia la habían recibido con los brazos abiertos en la familia. Incluso seguía en contacto con ellos, aún después de cinco meses de haber terminado su relación con Nayeon.

Pero tenía la leve idea de que era lo que le faltaba, o al menos lo intuía cada vez que se encontraba con Jisoo y Lisa.

Luego de varios años de amistad, por fin ambas se habían dado la oportunidad de tener una relación seria. Según ellas, habían comenzado una relación de amigas con beneficios unos meses después de la partida de Jennie a Busan. Y ahora, luego de tantas discusiones y celos por partes de ambas, estaban felizmente casadas, a punto de cumplir siete felices meses de matrimonio.

Suspiró suavemente, mirando el oscuro cielo, adornado por la hermosa luna y los millones de estrellas. No supo cuanto tiempo había pasado mirando al cielo, solo se había dejado llevar por la sensación de tranquilidad que le daba aquel lugar.

-Hermosa vista, ¿no? - preguntó una mujer al lado suyo.

Jennie se sobresalto, llevándose una mano al pecho cuando vio a una chica al lado suyo. Comenzando a enojarse por el repentino susto, miró a la mujer a su lado. Tenía el cabello gris y largo e iba vestida de manera casual. Una pequeña sonrisa adornaba su rostro mientras miraba el cielo, y tenía entre sus manos una botella de agua mineral, jugando con ella.

Jennie simplemente decidió ignorarla y no responder aquella pregunta. No tenía ánimos para hablar con nadie, mucho menos con una desconocida.

-Realmente adoro demasiado las noches como esta. - comentó la desconocida. - Me hacen sentir una tranquilidad que no sentía hace mucho tiempo, ¿no piensas lo mismo?
-Es muy bonita, sí. - respondió Jennie de manera seca.