Miré la bolsita de pastillas en mis manos, jugué un poco mientras recordaba lo que me había dicho Mark antes sobre los posibles efectos secundarios que podría sufrir después de tomarlas. Las guardé en mi mochila y me dirigí a la universidad.
Ya allá me senté con Matilda y Jorge— ¿Estas enfermo?-
—Pregunto Matilda con el ceño fruncido y preocupación en su voz.—Sí, has estado muy pálido estos días y esa vez que fuiste a vomitar —concordó Jorge en voz baja cuando el profesor entró.
—Estoy bien, es solo que me mareo con facilidad —Trate de explicar de forma vaga.
Matilda intervino diciendo—Ay mi tío también estaba así y se murió, eh—Soltó Matilda
Tuve ganas de poner los ojos en blanco ante la exageración de ella, deje de prestarles atención cuando ellos eran insistentes, todavía no me acostumbraba a sentir un aroma tan incitante en ellos pero trataba de ignorarlos lo más que podía.
El resto del día fue bastante normal y fácil de sobre-llevar hasta el medio día que era cuando más calor había y también un dolor de cabeza constante tanto por el hecho de que mi olfato era más sensible a las personas también estaba lo horrible que me sentía mientras estaba bajo el sol.
Busqué en mi mochila las pastillas y llevé una a mi boca junto a un poco de agua, ahora solo podía esperar a que diera efecto.
.
.
.—Tu cara está muy roja, ¿Estas bien?—La voz de matilda resonó mi cabeza causando dolor en ella.
Negué con la cabeza de forma floja, no tenía fuerzas ni siquiera para mentir o hablar, apenas y respira por la boca, sentía como mi cuerpo ardía en el calor inexplicable, mi estómago dolía demasiado tanto que solamente quería estar en posición fetal o acurrucarme contra mi escritorio. Lo peor fue cuando mis colmillos que hasta hace poco estaban ocultos habían salido haciéndose notar demasiado, me salte ya las últimas clases para ir a mi casa, te puse la capucha de mi sudadera para que no se notará mi rostro sonrojado y el sudor que escurría de mi frente.
Camine por varias calles para llegar a la parada de autobuses más cerca, me detuve en seco y regrese la cabeza por donde venía, había un olor familiar cerca, aquél olor para nada era como los otros, a diferencia de los demás este olor era amargo pero entre más lo olía entre aquella amargura se encontraba una dulzura escondida, camine en busca de más pero abruptamente lo perdí.
Quedé confundido al ya no poder sentirlo el aroma, aun respirando por la boca por la agitación, sentí un escalofrío mi cuerpo y volteé a ver hacia un lado cuando alguien sujeto mi muñeca con fuerza.
— ¿Qué diablos haces?—Exclame entre dientes, su rostro estaba sonrojado y respiraba igual de agitado que yo, el aroma que antes había perdido ahora estaba ahogándome. Era el licántropo de la otra noche.
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Fin del capítulo 12- Pastillas
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Tu asquerosa sangre
VampireUn chico llamado Samuel accidentalmente se vuelve un vampiro y con su aun ingenua e inocente mente se relaciona con un par de gemelos licántropos que jugaran y experimentaran con su cuerpo para volver a convertirlo en un humano, ¿Lo lograran? o será...