"轟" (Shoto) La Bestia de Hielo y Fuego (Todomomo)

꧁Cap. 2꧂

Eran las tres de la mañana y Momo se despertaba con un calor infernal y asfixiante consumiéndola lentamente. Se sentó sobre la cama estando apunto de desmayarse por el intenso calor que sentía y, como pudo, se levantó de entre las sabanas para correr hacia ventana de su alcoba, abriéndola de par en par respirando un poco el aire helado de la madrugada de aquella noche.

Por el cambio tan repentino de temperatura, sintió un fuerte mareo que la azotó hasta el punto de casi caer por la ventana de su cuarto hacia una muerte segura, pero, antes que cayera a un abismo oscuro solo iluminado por la luz de la luna, una mano la sostuvo con fuerza de la suya propia, deteniéndola.

Momo, al sentir aquella sensación helada en su muñeca, volteó su débil mirada hacia atrás notando una figura de aspecto borroso que sostenía con fuerza para no dejarla caer.

—Necesitas descansar— dijo aquella figura espectral observando a Momo con su mirada heterocromatica.

 Después de aquello, todo se volvió negro para la pelinegra.

(...)

Yaoyorozu rememoraba aquel sueño una y otra vez sin encontrar una respuesta lógica para el por qué había soñado con "Shoto" la noche anterior. Pero, ¿Cómo sabía que la criatura que había visto en sueños era la mismísima bestia de hielo y fuego en persona? No lo sabía con exactitud, pero, algo en su interior le decía que aquella figura que apareció en su soñar era ni más ni menos que la bestia conocida como "Shoto", pero, el recuerdo de él se encontraba tan borroso que no podía definir nada de él. Lo único que le quedaba de aquel encuentro era un cosquilleo helado en su muñeca en donde se supone, la bestia la había tomado para detener su caída por la ventana junto con el sonido resonante de su voz en su cabeza. Su voz era tan inexpresiva y helada como el frío de un invierno en los polos de la tierra pero, había un cierto toque de tristeza y reserva que era difícil descifrar el porque de aquello.

Todo aquello era tan confuso y complejo, que apenas podía asimilar la poca información que tenía sobre "él". Ella siempre solía tener una respuesta para todo, pero, al parecer, en estos momentos, tal vez nunca la tendría de nuevo.

Se incorporó en la cama y tocó su muñeca sintiendo aquella extraña pero agradable sensación recorrer su piel. Tal vez el misterio de la bestia era más misterioso de lo que había imaginado.

De pronto, su estomago gruñó exigiéndole comida para amortiguar su hambre y decidiendo dejar eso de lado, se levantó de la cama y se dirigió a la cocina para preparar su dichosa desayuno.

Había aprendido a cocinar con los mejores chefs de Japón para poder sobrevivir sin la servidumbre de la mansión Yaoyorozu, pero, aunque había logrado cierto grado de complejidad en sus comidas, extrañada tener su desayuno listo en su cama.

Mientras calentaba un poco de arroz al vapor, comenzó a preguntarse por todos aquellos sucesos que había pasado desde su llegada a la antigua residencia Todoroki. ¿Había sido una coincidencia o en serio alguien se encontraba viviendo en esta propiedad aparte de ella? Un ser más poderos y misterioso que ella.

Finalmente, terminó comiendo su arroz con un poco de té matcha en el porche del jardín escuchando el grato sonido de las aves cantando y dando gracias a los dioses por traer de vuelta la luz del sol. Aquello tranquilizo un poco su mente afligida, pero, después de unos minutos de reflexión, decidió a no solo quedarse en casa para ahogarse en sus dudas. Tenía que salir y recolectar lo más que pudiera de la leyenda parar iniciar su investigación sobre "Shoto", si no, no cumpliría con el propósito con el que vino a este pueblo, documentar todo sobre la bestia de hielo y fuego.

(...)

Momo se encontraba recorriendo el pueblo recolectando lo más que podía de la leyenda de "Shoto" pro, no conseguía más de lo que Jirou le había dicho el día anterior. Al parecer, todos los aldeanos tenían miedo incluso de hablar de él, como si fuera algo que era mejor olvidar.