"轟" (Shoto) La Bestia de Hielo y Fuego (Todomomo)

꧁Cap. 22꧂

Momo se encontraba recostada en su cama abrazando fuertemente del torzo a Shoto ya de regreso a la nueva residencia Yaoyorozu descansado para comenzar nuevamente la rutina de la cualq estaban siempre acostumbrados .

Después de aquel viaje que tantos sentimientos les causó a todos los jóvenes del pequeño grupo de amigos de Momo, todos se dispersaron para volver a sus rutinas normales con la esperanza de volverse a ver en algún momento dejando a la pelinegra en soledad de vuelta a su rutina habitual dentro de su propio hogar. Pero, al tener a la bestia de hielo y fuego en persona siendo capaz de contestarle cualquier pregunta que le hiciese, hacía su trabajo de documentar todo lo que pudiese de él fuera mucho más fácil y entretenido.

Podía pasar mucho más tiempo de calidad con su novio -aunque este resultaba ser una bestia de más de 500 años de antiguedad- además de poder aprender y documentar todo lo que pudiese del pasado de Shoto ya que, siendo una chica que se alimentaba del saber mismo, no podía negar que de cierto modo le intrigaba el pasado de su pareja y siendo la única que tenía esa clase de intimidad con él, quería saber más que ninguna persona en este mundo por más egoísta que sonara aquello, quería... quería seguir siendo egoísta... solo un poco más.

Pensaba eso estando recostada junto a Shoto mientras este jugaba su cabello con tranquilidad en un ambiente muy apacible y cómodo.
No era la primera vez que Shoto se quedaba a dormir en el mundo humano. Desde que habían vuelto a poner pie en la residencia Yaoyorozu, Shoto se la había pasado pegada a ella a cada momento del día acompañándola en su rutina diaria de levantarse, desayunar, ponerse a trabajar en su oficina, leer uno que otro libro e irse acostar para continuar su rutina al día siguiente. Claro que no la molestaba, al contrario, era encantador tener a alguien al pendiente de ella y sus necesidades pero, solamente, era algo nuevo tener una relación sana con una persona que le demostraba amor y aprecio a cada minuto del día. Nunca pensó que el ser que el mundo conoce como una bestia sea en realidad la criatura más humana que nunca conocerá en su vida.

Momo suspiró llamando la atención de Shoto quien bajo su vista para mirarle y preguntarle con su típica voz fría y sería:

—¿Te sucede algo?— preguntó él con un cierto toque de preocupación en ella.

—No... solamente... es... difícil procesar para mi que alguien este de nuevo en mi vida, Shoto— dijo Momo colocando su frente en el pecho del bicolor —Alguien que no me lastima a cada momento del día— Shoto sintió como las manos de Momo que se encontraban colocadas sobre su torso se aferraron más a su camisa en busca de protección y seguridad, una petición que no fue negada claramente por el bicolor.

Shoto atrajo un poco más a Yaoyorozu y la abrazo colocando su barbilla en la cabeza de la pelinegra teniendo el dulce olor del perfume de Yaoyorozu inundando sus fosas nasales cosa que no le podía desagradar por más que quisiera.

Momo se removió en los brazos de su novio para buscar un poco más de contacto quedándo recostada en el brazo de este mientras se aferraba fuertemente a la camisa del bicolor escuchando su corazón latir y su respiración fluir.

Se sentía dichosa de ser la única que podía estar tan cerca de él, ser la única propietaria de su corazón... ser la única a quien miran sus ojos.

—S-Shoto...— dijo Momo titubeante llamando la atención del bicolor —Tú... nunca me lastimarias, ¿verdad?— preguntó Momo insegura de la respuesta.

—¿Por qué lo preguntas?— pregunto él confundido mirando a Yaoyorozu a los ojos.

—Yo... yo ya no soportaría ser nuevamente maltratada. Y si tengo que elegir entre mi integridad emocional y mi amor por ti... yo... me elegiría a mi misma antes de permitir que alguien rompa mi corazón de nuevo, Shoto. Así que prometeme, prometeme que no me harás daño jamás... No... no me hagas elegir entre tú y yo— las palabras de Momo estaban llenas de angustia y miedo, el miedo de volver a amar y ser lastimada de nuevo.