꧁Cap. 7꧂

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Por primera vez, en más de 200 años, la nevada eterna por fin llegaba a su fin y la espesa ceniza que cubría el paso del sol se dispersaba revelando un hermoso cielo azul.

Shoto veía todo aquello estando fuera del santuario en completa soledad. ¿Acaso la llegada de Momo había causado tal reacción en su hogar?

Chiyo alguna vez le dijo que este lugar tenia vida propia y reaccionaba según el estado de animo de quien la habitaba. ¿Cómo podía creer las palabras de Chiyo? ¿Cómo podía creer que una joven de cabellos negros como las plumas de un cuervo y mirada de ciervo hecha de la más pura obsidiana haya causado tan reacción en este lugar? Él había habitado en un lugar hostil y peligroso que había autonombrado su hogar en alguna parte de su estancia, pero, ahora, ese lugar cambiaba, cambiaba de una manera tan peculiar y misteriosa que Shoto ni siquiera podia creer que era posible.

Extendió su mano sintiendo la calidez de los rayos del sol sobre ella. No sabía el por que pero de alguna manera, eso le recordó a sus momentos de la infancia que hace tanto yacían perdidos en su memoria. Cuando jugaba con su madre y sus hermanos antes de finalmente convertirse en lo que sería siempre, lo que era ahora.

La llegada de Momo a su vida le había otorgado tanta dicha como confusión a su mente, ¿Cómo aquella joven le podia causar tantas sensaciones distintas? Y lo más importante ¿Como se categorisaba lo que sentia hacia ella?

El canto de las aves de hielo calmaban un poco su alma intranquila pero su corazón seguía tan confundido y atormentado por no comprender aquellos sentimientos que ahora invadían su pecho.

"¿Qué... es lo que siento por Yaoyorozu?" se preguntaba constantemente mirando al cielo.

De pronto el sonido de la puerta del santuario siendo abierta llamo su atención y al voltear, encontrandose con la bella imagen de la chica siendo bañada por la luz del sol que no hacía más que iluminar su hermosa piel de procelana, su corazón dio un pequeño vuelco al verla de nuevo junto a él.

—Shoto, Buen día— dijo Momo con una encantadora sonrisa mientras se acercaba al bicolor.

—Hola, Yaoyorozu— dijo Shoto con su típico rostro inexpresivo tratando de ocultar lo que antes pensaba.

—¿Qué... estas haciendo?— pregunto Momo curiosa.

—Solo... miró el cielo— dijo Shoto volteando su vista nuevamente hacia arriba observando el gigantesco cielo azul frente a él.

Momo se colocó a su lado y giró su vista igualmente hacia el cielo y quedó encantada por la magnificencia que se presentaba ante tus ojos.

—Es... hermoso. Y pensar que ayer hubo una tormenta que oculto tal belleza de nuestros ojos— dijo Momo sin apartar su vista del cielo.

Shoto volteó levemente su vista hacia Momo y vio con interés como el cielo se reflejaba en sus ojos negros haciendo que tomara un leve tono azulado. No apartó la vista de ellos hasta que finalmente, Momo giró su vista hacia él y le sonrió con elegancia haciendo que el corazón de Shoto se acelerará y apartara la vista con algo de nerviosismo que trató de ocultar con su aura inexpresiva.

—¿Cómo... esta la chica?— dijo Shoto cambiando de tema.

—Jirou esta bien, aún no ha despertado pero se ve mucho mejor que ayer— dijo Momo mientras giraba su vista nuevamente al cielo.

Shoto sintió el impulso de disculparse con Momo. Él era la causa del estado de su amiga y no soportaba la idea de que Momo estuviera a su lado sin recibir una disculpa de su parte.

—Yaoyorozu, yo... lo siento— dijo Shoto llamando la atencion de la pelinegra.

—¿Por qué te disculpas?— pregunto ella confundida.

"轟" (Shoto) La Bestia de Hielo y Fuego (Todomomo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora