Daniela.
El sol implacable no daba tregua en aquellas gradas frente a un circuito maravilloso en Daytona, desde que me enteré que Karina emprendería su camino deportivo la he acompañado a cada entrenamiento, y hoy a su primera carrera, pero no del todo por ser una buena amiga, es más por mí misma y la fuerte curiosidad que me causa esta variación del automovilismo. Es intrépido y podría decir que mucho más peligroso que la Fórmula 1.
Iban a ser las tres de la tarde y el movimiento de los equipos en la pista empezaba a fluir, la hidratación de las pilotos, las últimas revisiones, el repaso de las estrategias. Nada muy diferente a la Fórmula 1. Es divertido y algo frustrante estar en las gradas, la responsabilidad no cae sobre tus hombros, pero te gustaría estar al volante para no cometer los errores que cometen los pilotos, siempre está esa voz diciendo... "Yo lo hago mejor".
Tomé el celular y saqué alguna fotos del auto número cuarenta y dos, ese icónico número que corrió mi ídolo de toda la vida, JP Montoya. Karina hoy corría con su mismo número y en el mismo equipo donde el colombiano hizo historia en su paso por la Nascar.
—Siento que una piloto de la Fórmula 1 nos está espiando —Una voz femenina y con un muy buen español me sacó de mis pensamientos. La chica se sentó a mi lado y me ofreció una botella de agua. La tomé.
—De todo se aprende, pero no es la motivación principal de mi presencia acá —Destapé la botella y tome un poco del líquido vital. Miré a la joven y se me hizo familiar, pero no logré reconocerla.
—Hoy es un día bastante atípico, pero bueno, hoy tocó observar —Se coloco unos lentes de sol y apoyó sus pies en el asiento que estaba adelante, realicé la misma acción y adquirí una posición bastante cómoda.
—¿A quién apoyas? —Pregunté para entablar conversación.
—Auto 42 —Tomó su escarapela y me la enseñó. Lo único que logré ver bien fue el nombre del equipo. Chip Ganassi y con eso bastó. Enseguida supe quien era la chica.
—Toni Breidinger —La miré atentamente unos segundos hasta que se retiró los lentes.
—Todo el mundo sabe quién soy, pero al parecer una tal Daniela Calle no. Interesante —Sonrió
—Lo siento, claro que sé quién eres, Karina nos ha hablado de ti y también vi aquella carrera donde te hiciste con el campeonato el año pasado —Respiré, alcancé a verme como un fan estúpida.
—Entonces, ¿Sigues mi carrera? —Preguntó juguetonamente.
—Tanto como tú sigues la mía —Esta vez fui quién se colocó las gafas de sol.
—Entonces es mucho lo que lo haces —Decidí callar y observar la partida de las chicas.
—¿Por qué no estás corriendo? —Pregunte cuando los autos desaparecieron de mi vista.
—En la definición de las posiciones está mañana mi motor se fundió y no logramos recuperarlo para la carrera, todas las energías están enfocadas en mi compañera y en su auto —Sentí algo de frustración en su voz y podía entenderlo, había vivido un par de veces lo mismo.
—Karina es una muy buena piloto, sé que se especula mucho porque no ha pasado por estancias inferiores, que no hay registro de ella y que prácticamente inicia su carrera deportiva en la élite, pero es muy buena frente al volante —Quise enmarcar las cualidades de mi amiga.
—Lo sé, conozco a Karina hace mucho, cuando ya sabes, corría en donde todos saben y no podemos mencionar —Solté una carcajada inevitable.
—¿Estuviste en alguna de esas carreras? —Me estaba divirtiendo un poco con la conversación por todo lo que Km7 representa en mi vida.
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KILÓMETRO 7 - Caché
FanfictionVelocidad, motores, grandes premios, clandestinidad y mucha soledad llevan a dos mujeres a enfrentarse a la carrera más importante de sus vidas. El amor. Adrenalina, la palabra perfecta para definir a Daniela Calle, piloto profesional de la Fórmula...