Poché.
No estaba segura de poder enfrentar todo lo que quizás estábamos a punto de vivir, pero si de algo estaba completamente segura y convencida era del amor que le tiene a la castaña terca y decidida que tenía por novia. Había pasado un mes desde que pude regresar a Bogotá, de que empecé a dormir todas las noches a su lado, siendo testigo del gran esfuerzo que Daniela hacía para poder caminar sin dificultad alguna. Un mes dónde las citas al sicólogo no eran solo para ella, también lo eran para mí, necesitaba superar algunas cosas de mí vida, y también, educarme para ayudar a mí familia a hacerlo. Desconocía la importancia de tener una adecuada salud mental para poder obtener una buena salud física, crecí como ser humano y me enamoré más de Daniela Calle.
Me miraba en el espejo de mí habitación, llevaba dos días sin ver a Daniela, por decisión suya. Hoy era la reunión con los misteriosos socios de Km7, y ella, quería a como diera lugar entrar caminando, conocía su progreso increíble, hace dos semanas logro ponerse de pié, pero hace una semana no lograba dar más de tres pasos sin tener que volver a la silla, temía por su reacción al no lograrlo, y ese fue el último tema que traté esta mañana con Kim, fui a visitarla a su casa algo nerviosa, podría ser catalogada como un paciente dependiente de su sicólogo, pero hoy era un día importante en la vida de mí amor, y yo necesitaba estar preparada para cualquier escenario.
Hablamos un par de horas de todas las posibilidades y de todo en lo que yo podría ayudar, me distraje jugando con su pequeño hijo, Emilio, un pedacito de ser demasiado hermoso. Kim me contó que le pediría a Daniela que fuera su madrina de bautizo, lo cuál, sabía que haría feliz a mi novia. Me despedí de Kim y corrí a casa a cambiarme, debía estar en la torre Calle, aquella donde firme un contrato que cambió mí vida.
Aquí estoy, mirándome al espejo, me sentía especial, tenía nervios, pero el traje de pantalón y chaqueta azul noche, y la pequeña blusa color hueso a juego con unos tacones, me hacían lucir segura e imponente. Acomodé mí cabello totalmente liso y decidí llevar un maquillaje suave, pero los labios pintados de un color vino mate, precioso.
—¡Poché! Ya llegó Germán— La voz de Valentina desde el otro lado de la puerta me hizo sonreír, saque rápidamente mí celular y tomé una foto muy casual frente al espejo. La subí de inmediato a las redes sociales con la frase "Hoy, tú me sostienes a mi". Esa foto tenía nombre y apellido.
Caminé de prisa a la salida de la casa encontrándome con mí padre y Germán hablando frente al auto.
—Wow— Mi padre me ofreció sus manos las cuales tomé sin dudarlo —Te ves divina— Me dió un beso en la frente.
—Gracias papito— Le di un besito en la mejilla, dejando una leve marca de labial.
—Cuando Daniela te vea va a querer llevarte a la cabaña en la costa y encerrarte todo un fin de semana— Agregó Germán, supongo que era su forma poco sutil de regalar un cumplido.
—Pues espero que lo haga— Le guiñé antes de abrazarlo —¿Nos vamos?— Pregunté.
—Nos vamos, pero tú debes irte en tu camioneta— Lo miré extrañada, el alzó los hombros —No me mires, órdenes de Daniela— Sonreí, camine hasta la casa en busca de las llaves y caminé hasta la hermosa camioneta negra que cada día me gustaba más.
—Germán, te sigo— Alcé un poco la voz para que me escuchara. El hombre se despidió de mí padre con un apretón de manos y se monto a su camioneta, hizo sonar la bocina antes de arrancar. Negué entre rías. Germán es el suegro que todo ser humano desea tener, encendí el motor y el sonido de una notificación no permitió que lo pusiera en marcha.
Amor ✨
Es increíble que no esté a tú lado quitándote esas prendas, te ves realmente espectacular, espero poderme concentrar hoy. Te amo Poché. Te estoy esperando.
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KILÓMETRO 7 - Caché
FanfictionVelocidad, motores, grandes premios, clandestinidad y mucha soledad llevan a dos mujeres a enfrentarse a la carrera más importante de sus vidas. El amor. Adrenalina, la palabra perfecta para definir a Daniela Calle, piloto profesional de la Fórmula...