Perfecta Mentirosa © [Completa ✔️]

C29 | Agridulce

JULIETTA:

Joder, joder, joder.

Quizás debí quedarme callada.

Tal vez era mejor no decir nada.

Pero ahora jamás voy a saber qué hubiera pasado ante ello, porque simplemente no lo hice. No calle. Mi mejor amiga se queda en silencio y por el cambio leve en su mirada sé que le está doliendo, pero también sé que lo va a dejar pasar como si no fuera cierto.

—¿Listas? —la voz inesperada voz masculina, nos hace brincar en la banca. Nuestros ojos enfocan a Rean, quien tiene las manos dentro de sus bolsillos delanteros y mantiene un gesto lleno expectativa.

—¿Para qué? —indaga Aliss.

El pelinegro junta las cejas con confusión y estoy segura de que la chica a mi lado está tan desubicada que olvidó por completo que luego de clase se supone que iríamos a interrogar a la maldita perra de Meghan, y no puedo culparla si lo ha olvidado.

—Para irnos a casa, ¿para qué más? —respondí, lo que hace que Rean Doop acentúe su confusión. No obstante, no me contradice.

Sabe que no le conviene.

Minutos después estamos en su vehículo camino a la casa de Aliss, ni ella ni yo hablamos y las miradas llenas de extrañeza a través del retrovisor por parte de mi novio no se hacen de esperar.

Luego yo soy la entrometida.

Lo ignoro lo mejor que puedo, fingiendo prestar atención a las calles como lo hace Helman. Cuando finalmente llegamos a su destino, da las gracias y basta un vistazo de esos ojos azules para saber el desastre que es dentro de su cabeza. No dejo de ver como camina lentamente hacia la puerta principal, como queriendo retrasar entrar en el lugar. Una vez que abre y la pierdo por completo.

Suelto un suspiro fatigado ante la imagen que se proyecta en mi mente, donde la castaña se tumba en la cama con unas inmensas ganas de simplemente desaparecer. La hija de Alisson puede mantenerse en línea aunque todo se esté cayendo a pedazos, gran diferencia de mí, que lloro cuando no encuentro salida —como cuando mis padres se enteraron de nuestra salida nocturna—, pero eso no significa que no se quiebre, porque ella también lo hace, y no es nada agradable verla en ese estado.

No quiero verla en ese estado.

Pero tampoco estoy dispuesta a dejarla sola o que alguien más la vea ahogada en su caos mental, y la perra de Lerman a logrando observar una grieta y mofarse de está.

Me las va a pagar.

—¿Por qué no viene con nosotros? —habla mi novio, sacándome de mis cavilaciones.

—Porque Harry es un idiota... —contesto, pasando una pierna hacia el asiento de copiloto.

Cuando estoy ubicada me permito contemplar la cara de Doop, misma que es un jodido poema, porque lo he dicho no tiene mucho sentido. Sin embargo, por segunda ocasión, no me contradice y eso hace que me cruce brazos inconforme, porque quería iniciar una discusión. Él al detallar el gesto deja salir una risa con soltura.

Y sonriendo no se ve tan peligroso.

Pero que lo haga a mi costa, no me gusta.