Sueño

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El día estaba hermoso, la latina se encontraba sentada en una mesa con dos recipientes con comida. Paraguay llega corriendo hacia ella.

-¡Chambeña! ¡Che Dios!, y ¿Por qué tanta comida?

México mira los recipientes.

-Oh rayos, lo hice de nuevo. Rusia está de viaje y por costumbre empaque un almuerzo para él. ¿Quieres?

-Vale.

Comienzan ambos a comer. Paraguay ve el gesto de México.

-Ya suelta, ¿en qué tanto piensas?

-En él. En si ya comió, en cómo le está yendo.

-mmm.

-También si, si es feliz conmigo. Vamos pensé que lo nuestro duraría solo un ratito, que él se cansaría de mi rápido, porque, seamos honestos él es maravilloso, una potencia, guapo, ojos de color, alto, joven.

- Emendana hese/cásate con él.

-Tal vez él sería más feliz si estuviera con otra persona, una en la que pueda apoyarse, que le pueda brindar ayuda, como Alemania, China o Japón.

- Nahenduséi/ no quiero escuchar. Tú eres un ser maravilloso. Tan alegre y llena de vida. Aun no entiendo porque siempre te haces esto.

-¿Hacer qué?

-Menospreciarte. Cada vez que sientes que eres feliz te pones a pensar que existe alguien mejor que tú para esa personas y zas, te niegas a sentirte querida. Se ve que él te quiere, así que déjate querer, confía en ti y confía en él.

-Dime ¿Por qué no hablamos más a menudo?

-Porque siempre estas ocupada.

Ya en su casa México se siente adormilada. Se recuesta en el sofá.

De la nada tiene a Rusia frente a ella. Este tiene un semblante serio.

-¿Rusia? ¿Qué pasa?

- Мексика, debemos terminar.

-¿Eh? Espera, ¿Por qué?

-Es más que obvio que somos distintos. Además debo de estar con alguien de mi nivel, tú no tienes nada que ofrecerme. Lo nuestro fue solo para divertirme. Adiós Мексика.

Rusia comienza a caminar, ella solo puede ver la espalda alejarse.

-No, espera, Rusia, aguarda.

Estira sus manos, intenta alcanzarlo, corre tras de él.

- Мексика, любовь, despierta.

México se despierta. Rusia le sostiene de los hombros. Ella tiene gruesas lágrimas en los ojos.

Fue una pesadilla.

-Prianik, tranquila.

-Rusia. ¿Cuándo llegaste?

-Acabo de llegar. Estabas llorando, ¿Qué sucedió?

-nada, una tontería. ¿Quieres cenar? ¿Te preparo un baño?

- любовь, dime. Nadie llora por nada.

Rusia le mira con ternura mientras quita con el pulgar una lágrima que resbala por la mejilla.

-Soñé que me pedias terminar. Me decías que lo nuestro fue solo por diversión, que éramos diferentes. Que debías estar con alguien de tu nivel.

-¿Qué?

-Lo sé, una tontería.

-¡¿Eso deseas?! ¿Quieres que te deje?

-¿Qué? No, cálmate, ya te dije que fue un sueño.

-¿No dicen que los sueños son ventanas a nuestro deseos más profundos? Dime, ¿Realmente esperas que te deje? Pues escucha bien: nunca, jamás permitiré que esas palabras salgan de mis labios. Tú significas todo mi mundo. Eres eso que solo deseo para mí. No quiero compartirte con nadie, a decir verdad ni me gusta compartirte con el mundo, pero tengo que hacerlo. Sé que no debo de decirte esto, pero no te libraras de mí.

México le mira. Rusia une sus frentes.

-Eso es tan aterrador.

-Lo siento. Siento amarte de esta forma.

Y asi se quedaron algunos minutos. Compartiendo en silencio parte de sus almas. Ella quería decirle, sacar aquello que ahora su gritaba con cada latido.

Gracias por amarme.

Pero solo suspiros salían de sus labios.

Ruso y latinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora