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Rusia y México se encontraban en el jardín trasero de la casa. Ambos revisaban algunos folletos y catálogos.

-Bien, ya tenemos todo.

-¿Pudiste ponerte de acuerdo con el lugar al final?

-Sí, será en playa Oregano, en Oaxaca. Es linda. Te encantara.

-Si tú la escogiste es lo más seguro.

-Tuve que jugarme como 50 rondas de piedra, papel y tijeras. Fue agotador. Ah, es verdad. Toma, firma esto.

Ella le extiende un papel.

-¿Qué es esto?

-España ya lo reviso, dijo que está bien. Es un acuerdo para no compartir beneficios sobre territorio. Aún tengo que encontrar la manera de quedarme más de seis meses, pero seguro que voy por buen camino.

-¿Por qué? ¿Por qué hiciste este acuerdo?

-No quiero que pienses que solo me caso contigo para poder estar en Europa. Además a la larga nuestro matrimonio se puede mal interpretar como que yo busco los recursos de tus tierras, así que por eso lo hice.

-Meksika, ¿Para qué nos podamos casar tengo que firmar esto?

-Rusia, yo...

-Lo siento, si es así, no me pienso casar contigo, discúlpame.-Rusia se levanta de la silla.

-Rusia, espera- pero para cuando ella voltea el eslavo ya se ha ido.

Ruso y latinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora