64

64 13 9
                                    

México estaba frente al ordenador, pero no veía la pantalla. Veía un punto imaginario, a la nada. Su mente estaba en la última conversación con Austria.

-Mi señora, mi señora

Siente una mano en el hombro que le sacude ligeramente, asi como una voz. A su lado se encuentra SEDENA.

-AHH, SEDENA, me asustaste.

-Lo...lo siento mi señora, perdón.

Se retira a una distancia considerable, México ve como aun siente remordimiento por el pasado.

-No, discúlpame a mí, estaba en la lela. Acércate.

-No, desde aquí está bien.

-Que vengas acá, es una orden.

La organización se acerca.

-¿Qué paso?

-Le vi tan contrariada, me preocupe.

-No es nada. Solo el universo que le gusta joderme. Cada que siento que soy feliz me da un golpe duro en el rostro. A veces quisiera desaparecer y así dejar ser feliz a los demás.

-No diga eso mi señora. Muchos sufriríamos si a usted le pasara algo.

-Que cursi SEDENA.

-Hablo enserio. ¿Puedo...puedo preguntar que es lo que le tiene en ese estado? Está bien si no me quiere contar.

-[exhala] Tengo que darle una noticia a Rusia pero tengo miedo de su reacción.

-¿Tan mala es?

-Depende de la perspectiva.

-Debería decirle. Sé que él le ama. Después de todo no muchos se enfrentan a mi s puño limpio, y eso que no estaba en su mejor momento. Confié en él. Todo saldrá bien.

-¿No te torturaron mientras estuviste castigado, cierto?

-Mi señora, ¿enserio cree que podrían torturarme?

-Era broma. Gracias, me has dado la confianza que necesitaba. Y ahora tengo hambre, vamos por unos tacos, pero al puesto de la esquina, y con agüita de jamaica, ya deje el refresco gracias a "alguien".

-Mi señora, ya me disculpe.

-Es broma, ya sabes como soy.

En casa Rusia espera a la latina.

Muy bien Rusia, no le presiones. Ella te lo dirá, solo tienes que hacer lo que Austria dijo y darle tiempo. Tiempo. ¿No tienes nada grave, cierto?

Se escucha el arrastre algo viniendo hacia él. Beny trae un sobre amarillo en su hocico.

-Beny, ¿Qué llevas ahí?

Deja caer el sobre y se retira corriendo.

Rusia lo recoge. Lleva impreso el logo de un laboratorio y el nombre de México.

Curioso lo abre.

-Galletita, ya volví. Que crees, encontré un restaurante de comida rusa. –México carga las bolsas con comida. Rusia le sale al encuentro, abrazándola.

-Rusia, ¿qué pasa?

México mira el sobre amarillo en la mesa. Deja caer las bolsas al suelo.

-¿De dónde lo sacaste? ¿Lo viste?

-No tienes que cargas todo tú sola, estamos juntos en esto.

-Lo siento, no quise ocultártelo, solo, solo no...no sabía cómo reaccionarias.

- moye sokrovishche/ mi tesoro. Está bien para mí que seamos solo nosotros dos. Además seguro nuestros hermanos nos darán muchos sobrinos.

-Pero y si más adelante...- un dedo le cierra la boca.

-Shh, si tú me amas, lo demás no importa.

-Rusia.- México le abraza.

-Si querías comida rusa yo la hubiera preparado.

-En realidad quería darte una sorpresa, fingiendo que yo la había cocinado.

Afuera Beny se estira sobre el techo del kiosco, bosteza y se acomoda para dormir.

Ruso y latinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora