Ahora están ellos solos en la casa de la latina.
-Debemos de dejar de vernos así. Mira, parecemos momias- México le enseña las manos. Rusia la toma y comienza a besar la palma.
-¿Por qué te fuiste así?
-Sé que no te gustan las despedidas.
En ese momento a Rusia le viene un recuerdo.
-Rusia, cuida de tus hermanos, del pueblo y de ti.
-Si padre, ¿Cuándo volverás?
-Adiós Rusia.
-¿Padre?
-Rusia, cariño, ¿estás bien?- México le mira con un pequeño aire de preocupación.
-Estoy bien amor.
-¿Cuándo regresas a tus tierras?
-Mañana. Prácticamente me escape.
-Lo siento, por mi culpa tendrás problemas.
-No te lamentes. Lo volvería a hacer. ¿Cómo te sientes?
-Un poco entumecida. Dicen que estaré perfecta en unos días. ¿Estaremos bien, aun con la distancia? ¿A caso tú y yo...?
-Por ahora hay de dormir, ya mañana pensaremos en eso.
-Si ya mañana.
Y llego el momento de la despedida. Rusia se encuentra frente a México. Se sujetan de las manos. Están en silencio. Ninguno quiere empezar a hablar. Rusia sujeta con fuerza las manos, inhala.
-Acuérdate de comer a tus horas
Por un momento México se sorprende. Contesta con una sonrisa.
-Si amor-
-No te acuestes tarde
-Si amor.
-No comas solo carne y no tomes mucho refresco.
-Si amor.
-¿Me...me llamaras?
-Si amor, todos los días.
Se anuncia la salida del vuelo.
-Bueno... ya...ya me voy. Nos vemos en 2 meses en la junta.
Rusia le da un pequeño beso. Comienza a caminar a la puerta de embarque.
-¡Rusia!- México corre hacia él. De un salto abraza su cuello. – Voy a estudiar mucho para encontrar la forma de quedarme contigo más tiempo.
-¿Eh?
-Estoy segura que mi madre tuvo que haber investigado algo. Ella y padre eran guerreros, pasaban mucho tiempo fuera de aquí. Estoy segura que encontraron una forma. Y la voy a encontrar.- Le sonríe.
-Yo también investigare. Buscare la forma. Hasta que algún día ya no haya más despedidas.
Se unen en un beso largo y apasionado.
-¿Nos vemos en dos meses?
-Nos vemos en dos meses.
Rusia le baja lentamente, sueltan sus manos despacio. Rusia camina sin dejar de mirar a sus espaldas, despidiéndose con las manos. Entra. La puerta de embarque se cierra. El avión se prepara y despega, elevándose por el cielo azul. México no deja de mirar aun cuando ya no está el avión a la vista.
-Rayos ahora yo odio las despedidas.
Dos meses después...
-¡Rusia!