-Muy México, ¿Qué sabemos?
1.- La mujer se llama Danica
2.- Era su mejor amiga de la infancia.
3.- Se enamoró de ella tanto como para escribirle cartas y comprarle un anillo.
Bueno, creo que va siendo hora que encontremos a la Bela mujer. Si me pusiera así con mis cosas yo sería una potencia. –suspira.
Busca un contacto en su teléfono. Realiza una videollamada.
-¿Ken es mi potencia favorita, el más guapo y bien parecido ser de este mundo?
-Mexico, what do you want?/ ¿Qué quieres y cuanto me va a costar?-menciona la voz al otro lado.
-Ahh, me ofendes, ¿Cuándo te he pedido dinero?
-Tienes razón, ¿Qué quieres?
-Mi lindo y pechocho bebe, necesito que me ayudes a encontrar a alguien.
-Claro solo dame datos.
-Es ruso.
-Olvídalo. Busca a otra persona que te ayude.
-Pleaseeeee. O, ¿me vas a decir que el poderoso USA no puede con algo tan sencillo?
-Golpeas mi orgullo, eso es bajo.
-Ándale, por favorcito- pone ojos de perrito mojado.
-(No la mires USA, no la mires) [pero le mira de reojo] (shit) ok, ok. Te ayudo.
-Gracias, te envió lo que tengo.
-Aja, chao.
Cuelga.
-Prianik, que haces- le rodean unos brazos por el cuello.
-Wahh. Me asustaste galletita.
-Perdón, te vi muy concentrada viendo tu teléfono.
-Solo enviaba un mensaje, nada malo.
Rusia le mira con cara sospechosa.
-Neta, no es nada malo mi lindo ángel. ¿Trabajas mañana?
-No, tendré el fin de semana libre.
-Genial, podríamos salir.
-Claro cariño.
México piensa que le tranquilizo, pero Rusia le mira, analizándola.
Algunas horas después USA le envía lo que encontró.
Mx
¿Ya te dije que eres el mejor?
USA
Lo sé, nena, lo sé.
-Ahora señorita Danica, es hora de tener una charla.
Conduce algunos kilómetros, llega hasta un lindo pueblo. Ve la dirección en su teléfono. Toca una puerta.
- Da, chem ya mogu vam pomoch'?/ ¿Si, que se le ofrece?
Le abre una mujer hermosa, de mediana edad. Le mira por la puerta entreabierta.
-(Es hermosa) Vy mozhete dat' mne minutku?/ ¿Me puede regalar un minuto?
Rusia recibe un mensaje.
Mx
Galletita, nos vemos en un café. Llevare una playera roja.
A Rusia le parece extraño, pero acepta encantado.
