Olimpiada escolar

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Me gusto escribir sobre Dánica, la hija de ambos de Estrella de Kremlin, así que ahí va otra historia.

Dánica regresaba de la escuela. Daba pequeños saltitos de alegría. Lleva un folleto en sus manos. Se llevarían a cabo unas olimpiadas en su escuela, y ella quería ganar la mayor cantidad de medallas. Las actividades eran de padre e hijos. Esas serían las primeras actividades que haría con su papá.

-Ma, ya llegue.

-Bienvenida hija.

-Ma, ¿ya está papá aquí?

-No, aún sigue en la embajada, creo que llegara tarde.

Rusia ahora residía con ambas en territorio mexicano, pero aún tenía que cumplir con sus obligaciones con su territorio, lo cual hacía por medio de su embajada. En más de una ocasión Dánica no lo miraba en todo el día. Ella comprendía, después de todo su padre era una potencia.

-¿sucede algo?

-Nada ma.

Ya recostada en su habitación la niña miraba el folleto. Escucho como su puerta se abría, ocultando el folleto debajo de la almohada.

-Buenas noches cariño.

-Ma, ¿papá aun no llega?

-No mi niña, aun no llega. ¿Pasa algo?

-No, nada. Buenas noches, ma.

Se arropa con las sabanas.

Rusia llega ya muy tarde. Pasa a ver a su hija. Quiere pasar más tiempo con ella, solo que sus obligaciones le superan. No quiere que su hija crezca con un padre ausente. Antes de irse ve algo sobresalir debajo de la almohada.

-¿Y esto?

Por la mañana la niña toma su mochila.

-Ama, ya me voy.

-Que te vaya bien

Dánica sale de casa. En la escuela se cambiara su uniforme por el de deportes, esperara una media hora y se ira a casa. Ya para esa hora su madre estará en la oficina. Se escucha el estruendo de la inauguración. Suspira. Toma su mochila y comienza a caminar para irse. Escucha una voz familiar.

-Disculpe. ¿Dónde se encuentra el 2A?

-¿Ma, pa? ¿Qué hacen aquí?

-Tú, ¿por qué no nos dijiste del evento?- le oprime las mejillas.

-Porque sé que están ocupados, además es un evento papá e hijos, y papá está ocupado.

-Sí, vi el folleto, yo solo vine como porra y traje comida. –México alza una canasta.

-Mi Zarevna. Jamás estaré demasiado ocupado para ti. –Rusia le coloca su mano en la cabeza.

Dánica muestra una amplia sonrisa.

-Papi. Ahora que estas aquí. ¡Hay que destrozarlos!

-Así se habla mi Zarevna.- Rusia le carga en sus hombros.

-Oigan no los hagan llorar.

Una mujer se acerca a México.

-¿Hacer llorar? ¿A los niños?

-No, a los padres. Esta niña saco el lado guerrero de ambos. Hasta siento lastima por ellos.

Está de más decir que ganaron muchas, muchas medallas.

Dánica va en segundo de primaria.

Si se trata de deportes, la niña es muy competitiva.

En la escuela hay otra competencia de madres e hijas. 

Ruso y latinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora