Rusia siempre llegaba con un obsequio para México. Además era quien le daba muestras de amor a la latina. A primera vista parecía que ella era fría con él.
-Oye, ¿estas realmente seguro que ella te quiere?- pregunta curioso China.
-Claro que sí.
-Como ella no es tan cariñosa contigo como tú con ella, por eso lo decía.
-Es solo que ella es reservada.
-Bueno, si tú lo dices. Pero todos sabemos cómo son los latinos de efusivos.
Esto último dejo pensando al ruso.
Y un buen día Rusia empezó a recibir pequeñas macetas con flores.
Empezó con un aciano. Sin nota o mensaje. Solo tocaron la puerta y ahí estaba.
Luego vino una camelia rosa.
Una madreselva
Un crisantemo rojo